Capítulo 21 Suegro...

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- ¿Laura?

Y ahí estaba la chica rubia, pálida y con una enorme sonrisa en su rostro y a su lado una chica morena con expresión...bueno, Carmilla siempre será Carmilla.

- ¡Papá!

Laura estaba a punto de lanzarse a los brazos de su padre pero Carmilla la alcanzó a detener y le recordó con una mirada su naturaleza, así que la rubia disminuyó su euforia y abrazo suavemente a su padre.

- ¿Qué haces aquí hija? ¿No deberías estar en la universidad?

- Sí bueno...verás papás...

- ¿Por qué estás tan pálida?...¿Has comido bien?...¿Seguiste tomando tus vitaminas?...

Laura agradeció que su cuerpo ya no reaccionara porque si no estaría como jitomate.

- Papá..hace años que ya no necesito de vitaminas, y sí como bien (le lanza una mirada de complicidad a Carmilla), pero ¿nos vas a dejar pasar? o ¿nos dejarás aquí en el jardín?

- Oh cierto, icerto, discúlpame, es que me sorprendió verte aquí, pasen, pasen.

- Bueno papá es que hubo ciertos...problemas en la escuela y por ahora está cerrada...

Ambas chicas entraron a la casa, seguían al papá de Laura con varias maletas en las manos.

- Disculpen, ¿dónde puedo dejar las maletas?

- Por aquí señorita...(el padre de Laura trata de recordar si su hija le dijo el nombre de la pelinegra).

- Carmilla...me llamo Carmilla.

- Mucho gusto Carmilla, y disculpa mi falta de memoria.

- No se preocupe, no fue su falta de memoria, sino ¡la falta de educación de su hija que no le dijo mi nombre!

Laura ya estaba en la sala, y solo levantó los hombros en forma de disculpa, su padre se sentó junto a ella y Carmilla los imitó pero en un pequeño sillón que había a un costado.

- ¿Y bien...?

- ¿Qué papá?

- ¿Me van a contar qué clases de problemas tuvieron en la escuela que ahora están aquí?

- Ammmm...bueno...verás es que es un poco difícil de...

- Laura...¿a caso me estás mintiendo?

- No...yo...

-Lo que sucede. señor Hollis...es que mi madre murió y ella era la decana, entonces ahora los profesores están peleando su lugar y la escuela se volvió un caos, así que tuvieron que intervenir las autoridades y decidieron mandarnos a casa.

- Oh, lo siento mucho muchacha...debe de ser difíficil para ti.

- En realidad no tanto, no éramos muy cercanas.

- Oh...entiendo...

Laura notó la incomodidad de ambos y decidió cambiar el tema.

- ¡¿Quién quiere galletas?!

Y como una vampiresa primeriza casi comete el error de moverse demasiado rápido, pero de nuevo Carmilla la salvó.

- ¡Señor Hollis!

- Dime hija...

- Ahh, yo...su casa es muy bonita, y más su jardín.

- Laura y yo nos encargamos de cuidarlo siempre.

- Sí, me lo contó, su hija es muy linda.

- Lo es.

Laura ya había llegado a la cocina usando un paso considerablemente "normal" y estaba preparando galletas cuando alcanzó a escuchar a Carmilla y sólo pudo sonreír.

Enamorada...¿de un vampiro?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora