Capítulo 29

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CAPÍTULO 29

Llegamos a la sede del evento. Innumerables personas estaban en el exterior del Club.

Hubo una larga cola que se formaba frente a la puerta del club nocturno.

Me detuve en la entrada, decidí esperar a Eros.

No tenía ninguna gracia entrar sin él.

-¿No vas a entrar?- preguntó Mirta cuando me vio.

- Yo me quedo aquí esperando a Eros. – Dije decidida.

- Él tendría que haber llegado. Si no ha aparecido hasta ahora es porque no vendrá. – insistió ella.

Probablemente no vendría más.

Esperé media hora... y él no apareció.

Caminé en el Club, sola. Hubo mucha agitación dentro del Club, Mirta y Christian sería una misión casi imposible de encontrar. Fui empujada entre ciento de personas.

Pensé que habría sido más fácil y menos decepcionante el haberme quedado en casa, en mi cama. Estuve en el show de rock por una razón, por una persona quien no se había preocupado en venir.

Él no merecía el sentimiento que sentía por él.

Después de todo él es un monstruo, un vampiro.

No debería tener corazón y mucho menos alguna sensación por mí o por cualquier otra persona.

Ya era tarde para que le explicara a mi corazón, mi corazón fue tomado por él. Mis reacciones se hacían muy claras. Cada vez que lo veía, se aceleraban mis latidos.

Miré a la cabina en la parte superior, en el segundo piso. Había menos flujo de personas, Vi una figura idéntica a Eros, buscando donde estaba.

Llevaba ropa oscura.

Incluso yo miraba en su dirección, lo perdí de vista, ya no estaba en el lugar donde lo vi.

Mis ojos se convirtieron en radares buscándolo. Hasta que escuché una voz en la multitud.

Aún con todo ese ruido, podía detectar su inconfundible voz.

- Te estoy buscando.

Él dijo y puso su mano en mi hombro, Giré mi cuerpo, estaba tan cerca mío. Parecía que en ese lugar éramos sólo nosotros dos.

Pude ver su mirada gris.

- Pensé que no vendrías.

- Te di mi palabra.

Miraba a la gente que nos rodeaban. Sentía el latido del corazón de ellos estimulando su mente, una invitación de sangre humana.

-¡Vamos! Aquí hay mucha gente.

Dijo eso y agarró mi mano, me llevó hasta la cabina, donde había una docena de personas. Cuando tomó mi mano, tuve la misma reacción que cuando me tocó por primera vez.

Su mano fría, aun así su toque acaloraba todo mi cuerpo.

Arriba, pude ver todo el escenario donde la banda de rock actuaba. También vi a Mirta en una esquina abrazada con Christian. Miré a Eros, también observó la conducta de la pareja.

Mirta con vestido rojo y sus hermosas piernas, esto había llamado su atención. Su cabello dorado se refleja bien con el juego de luz que iluminaba.

Eros miraba todo el tiempo a Mirta con ese vestido rojo, se sentía atraído, Mirta era seductora, encantadora.

Su cuello era el principal realce.

Valquiria - La princesa vampiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora