Capítulo 39
Pasé horas con los cuidados de Valeska, todos recomendados por mi padre. Cerradas en mi aposento, escogiendo un vestido para usar a la noche, todo lo que yo sabía es que había una conmemoración en mi homenaje.
Era una especie de bienvenida en aquella casa.
Valeska cuidó de todo, de los preparativos de la ceremonia y de mí. Minutos antes del acontecimiento, ella volvió a mi cuarto y me ayudó a poner el vestido, finalizando con el maquillaje. Al terminar de arreglarme se retiró de mi aposento.
Permanecí allí por algunos instantes, andando de un lado para el otro con tanto misterio girando en torno de mí.
De repente recordé la sangre en el lago, pensé que aquella visión podía ser un aviso de lo que estaría por acontecer más tarde. Aquel pensamiento me ayudó a dejarme aún más nerviosa. Yo no debería tener miedo, aquella era la casa de mi padre, con mis amigos.
¿Qué mal podrían hacer ellos?...
Pensar así me dejó relajada.
Media hora después, salí de mi cuarto, mi intención era ir a la sala principal, donde acontecería el evento. Tuve dificultad para caminar con aquel vestido arrastrando en el suelo, mis pies tropezaban en la punta.
Cuando llegué a la sala, todos se encontraban allí, menos mi padre. Me paré en el comienzo del enorme salón, cuando percibí que todos me miraban, Valeska, Bizak y Eros.
Valeska con su modo cortés me ofreció la mano, para que yo estuviera cerca de ella.
- ¡Yo no te dije antes, pero tú estás linda con ese vestido!
Ella dijo, así que me aproximé.
Bajé el rostro, avergonzada, sabía que Bizak y Eros escucharon el elogio. Yo no deseaba ser el centro de atención aquella noche. Toda mi vida pasé desapercibida delante de las personas y ser el centro de la historia en aquel momento, era algo fuera de la fantasía.
-el rojo combina contigo. -acrecentó Bizak mirándome de pies a cabeza.
Eros no dijo nada desde que llegué al lugar, su silencio hacía parecer que yo me veía ridícula con aquella ropa y aquel maquillaje. Valeska abusó de tonalidades fuertes, haciéndome parecer una bailarina de burdel con aquel carmín rojo y las sombras oscuras en torno de mis ojos. Mi vestido rojo sangre, era bonito, y en mi opinión, osado. Nunca me vestí de aquella forma. Pero para todo había una primera vez...
Minutos más tarde, mi padre apareció en la sala, su mirada se encontró con la mía, al lado de Valeska.
-¡Mi niña estás linda! -él dijo, al aferrar mis delicadas manos.
Enseguida las besó en una forma de cariño.
A pesar de él ser un monstruo, tenía momentos en que parecía tan humano, tan distinto. Yo olvidé que estaba conviviendo con un vampiro.
-¡Hoy será tu gran día! -dijo mirando a mi cuello.
Al oír aquellas palabras, miré a todos a mí alrededor, pude ver en sus expresiones que ellos sabían lo que iba a pasar conmigo. Sólo que no tenían permiso de hablar, no podían estropear la sorpresa.
Mi padre soltó mis manos y se alejó, fue hasta una enorme mesa, donde estaban las comidas y las bebidas. Tomó las copas y las llenó de un líquido rojo, fabricado por los vampiros. Una mezcla de sangre con alcohol. Distribuyó la taza para todos, menos para mí.
-¡Tú aún no puedes beber eso! -irguió la copa haciendo un envite para brindar aquella ocasión. -¡Vamos hacer un brindis!
Todos se aproximaron con sus copas.
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Valquiria - La princesa vampira
VampireLibro 1 en la Valquiria - La Princesa Vampira Sinopsis Valquiria creció teniendo sueños extraños con un hombre que nunca vio en su vida. Cuando conoce a Eros, un muchacho hermoso y atrayente, el misterio pasó a ser parte de lo cotidiano. Algunas...