Valquiria - La princesa vampira

CAPÍTULO 32

CAPÍTULO 32

Eros regresó al techo, donde lo estuve esperando, con mi pecho angustiado. No sabía qué decisión adoptar.

Esto es, el ir con él a Neptuno y dejar a mi madre sola, o permanecer en la Tierra y perder una gran oportunidad para conocer a mi padre, algo que esperé durante toda mi vida.

Y arriesgar mi vida, mi estancia en el planeta Tierra.

-¿Estás lista? – me preguntó.

Me quedé muda, porque no sabía qué decir en ese momento. Preparada para ir con él. Esto era algo que aún no había decidido dentro de mí.

Ambos lados de la balanza representan ponderaciones iguales.

La elección se había convertido en difícil. Todas las decisiones graves en mi vida, siempre las había decidido con tiempo y mucha cautela y esa fue una decisión en cuestión de minutos.

Eros extendió su mano para que fuera con él. Sin embargo, me quedé sentada, sin ninguna reacción, Yo lo miraba...

Tal vez por última vez. Si no estuviera con él no podría verlo más.

-¡Vienes conmigo!

Dijo y mantuvo su mano abierta. Levanté y extendí mi mano hacia él.

Eros agarró mi mano y me llevó hacia él. Estábamos abrazados. Por primera vez un abrazo que representó mucho para mí.

Sentí una protección producida por él. Todos los malos sentimientos y ansiedades habían desaparecido.

Estaba haciendo lo correcto. Ir con él a ver a mi padre, aunque fue un monstruo, pero era mi padre.

Eros estaba mirando fijamente al cielo, esperando el momento exacto de nuestra partida.

Fuertes vientos surgieron alrededor nuestro. Cuando miré hacia el cielo, hubo un "símbolo de Neptuno" color azul, donde fuimos aspirados por una energía que había surgido de él.

Todavía estábamos abrazados, Luego nos evanecimos en medio de ese cielo laberíntico y negro, con algunas estrellas.

El símbolo de Neptuno desapareció y todo volvió a la normalidad.

El viento tomó otros rumbos.

Eros era la conexión de todo esto que había sucedido.

Luego estaría en Neptuno, con mi padre...

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