Capítulo 36
Al abrir los ojos, reparé que dos personas extrañas me estaban mirando. Con ojos curiosos, como si nunca hubieran visto a un ser humano en sus vidas.
La joven se aproximó primero. Dueña de una sensualidad explícita. Con un traje provocante, un vestido ceñido, color bermejo y una maquillaje fuerte.
Me hizo recordar un poco a mi amiga Mirta.
Su cabello, era color bermejo fuego, hasta el pescuezo, ojos enormes color ceniza y una boca sensual.
Y una piel blanquísima. Una bella vampira.
El muchacho a su lado, también tenía su encanto, un tanto fuerte y alto, con un rostro también pálido y atrayente, cabellos castaños, cualquier mujer lo miraría. Su mirar tenía las mismas características del mirar de Valeska, un color ceniza.
Miré para todos los ángulos del salón y vi que faltaba algo. Fruncí el semblante con la intención de encontrar lo que yo buscaba, con los ojos inquietos.
-¿Cómo estás? - Ella preguntó.
Mi cerebro no asimiló su pregunta. Aún estaba acostada, luego levanté un poco la cabeza y pronuncié con lentitud...
-¡Eros!
- Quédate tranquila, él vino contigo. - ella dijo en un tono de voz amigable.
-¿Dónde está él? - La desconfianza no me abandonaba, al menos quería que Eros estuviese allí, cerca de mí.
-Él fue hablar con Vincent. – respondió el chico.
Me levanté despacio, un poco atontada, parecía que mi cuerpo estaba fuera de órbita. Percibí que estaba descalza y sucia, el mismo vestido de la noche del espectáculo de rock.
Imaginé que estaba soñando.
-Ella está atontada. - Comentó el chico mirando a su compañera.
- Es normal que esté en ese estado. - Dijo una voz que venía del corredor.
Un hombre llegó donde estábamos nosotros. Así que posé los ojos en él, sentí que ya lo conocía. Era el hombre de los mis sueños, a pesar de que yo no lo veía perfectamente en mis sueños, pero sabía que era él. Estaba muy bien vestido, con una túnica en color vino y anillos en los dedos, sus uñas eran largas, cabellos extensos, hasta la mitad de la espalda, negro como la noche, una piel pálida y su mirar era embelesador.
También de color ceniza.
Mi padre era un hombre bello, ahora entendía por qué mi madre no se había resistido aquella noche. Juraba encontrarlo con una edad más avanzada. Él tenía la fisionomía de un varón muy joven. Casi veinte años después, y él estaba del mismo modo. Mi madre había adquirido algunos trazos de expresión en el rostro y algunas arrugas, sin contar con algunos hilos de cabellos blancos, perdidos en su cuero cabelludo, que ella cubría con tintura.
Esperé tanto por este día, estar cara a cara con mi padre. Sólo que no imaginé que sería de este modo, en un lugar lúgubre, en otro Planeta.
Él estaba distante, observándome.
Yo hice lo mismo con él.
-¡Mi hija!
Él dijo emocionado. Extendió los brazos para que yo fuese a su encuentro. Dudé en realizar el pedido de él.
Yo aún no me había acostumbrado a la idea de que él era mi padre.
- ¡Ven a darme un abrazo! – Él insistió.
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Valquiria - La princesa vampira
VampireLibro 1 en la Valquiria - La Princesa Vampira Sinopsis Valquiria creció teniendo sueños extraños con un hombre que nunca vio en su vida. Cuando conoce a Eros, un muchacho hermoso y atrayente, el misterio pasó a ser parte de lo cotidiano. Algunas...