Capítulo 43

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Capítulo 43

Valeska abotonaba mi vestido, de abajo para arriba, con su mirada encima de mí en su inconsciente las ganas de estar en mi lugar, ser la legítima hija del vampiro más poderoso del Universo. Notaba que yo no tenía esa concepción, por el contrario, yo siempre aspiré a nacer humana y morir humana. Todo aquello que yo estaba viviendo en aquel momento no era de mi agrado, vivir en aquel lugar frío, sombrío y desértico.

Ser esclava de la sangre, en los cuales las víctimas perdían sus vidas.

- ¡Estás callada!

- Tengo miedo de lo que me convertí.

Desahogué con el rostro hacia abajo, veía frente de mí a mis pies pálidos en contacto con el suelo.

-¡Tú aún no te has dado cuenta de lo bueno que es todo esto!

-Si yo hubiera imaginado que acabaría así yo no hubiera venido.

- ¿Por qué estás aquí? -miró a mi rostro- ¿Es por Eros?

- Estoy aquí por mi padre. -desvié mi mirada a otro lado.

-Sabes que puedes desahogarte conmigo. No tienes a nadie aquí para hacer eso, excepto a mí.

-Yo no quiero hablar sobre eso.

-¡Eros él es tu tormento! ¡Yo veo eso!

Afirmó forzando una confesión mía.

-¿Él sabe eso?

-No.

- ¿Por qué no se lo dices para él lo sepa?

-Tengo miedo.

-¿Miedo de que?

-De su reacción.

-¿Y si él siente lo mismo por ti?

-Se él sintiera lo mismo por mí... debo esperar a que él me lo diga.

-Eros no hará eso.

-¿Cómo lo sabes?

- Tengo cien años de conocerlo... Eros jamás confesaría sus sentimientos a alguien.

-¿Piensas igual que él siente alguna cosa por mí?

-No puedo afirmarlo... pero la manera como él se queda delante de ti...le incrimina.

Aquellas palabras que salieran de la boca de Valeska me alentaron a tomar tal actitud, encarar mis recelos y confesarme con Eros, lo que yo sentía por él, un sentimiento que nació dentro de mí desde la primera vez que lo vi en el aula.

Valeska hizo que yo me sintiese otra, me dio coraje de encarar todo con vigor y determinación, ella me convenció de que Eros podía corresponder a lo que yo sentía por él. Pero para eso yo precisaba decirle sobre la existencia de mi amor.

Imaginé que no sería una tarea fácil, y tampoco imposible.



Valquiria - La princesa vampiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora