Capítulo 45

1.3K 115 3
                                    

Capítulo 45

Después de la comida fuimos al salón de al lado, designado para sala de música. Mi padre chasqueó los dedos y una melodía invadió el salón. Sin la presencia de instrumentos musicales ni músicos. Y la melodía era perfecta. El son del violín sonaba limpio en los nuestros oídos. Una música suave y agradable de oír. Vincent se dejó llevar por la melodía.

Giraba por el salón, agarró mi mano e hizo que yo bailara con él. Dejamos el suelo, nuestros cuerpos flotaban, quedé un poco atontada de tanto rodar, pero era lindo. Nuestras cabezas casi rozaban el techo del castillo. Valeska y Bizak hicieran lo mismo, se unieron a nosotros para bailar. Eros permaneció de pie en el canto, sin clima de festividad.

Con el rostro hermético todo el tiempo. Nada le divertía.

Varias melodías desfilaron en nuestros tímpanos, hasta que llegó la hora de reposar.

Todos fueron a dormir a sus aposentos.

Menos yo, que permanecí en el salón por algunos instantes.

El silencio reinaba en aquel lugar sombrío.

Caminé en dirección al balcón del castillo, no veía nada sólo la oscuridad y una brisa rabiosa.

Cerré los ojos para sentirla con más aliento en mi rostro. Abrí los ojos cuando sentí un soplo gélido en mi oído y la evidente presencia.

Eros estaba atrás de mí.

En los primeros momentos, quedé sin reacción, mirando directo.

-¿Aún despierta?

Reconocí la voz. Quedé frente a él en una forma de defensa.

-Yo pensé...

-Que fuese Eros. -completó.

Bizak miró a mi cara y percibió mi decepción por no ser quien yo esperaba.

La verdad es que yo fui para el balcón con la esperanza de que Eros apareciese y yo pudiese hablar de mi angustia.

Pudiésemos quedar a solas, sólo yo y él.

Bajé el mentón lamentando que no fuera en verdad la presencia de Eros allí, atrás de mí, respirando en mi oído.

Todo lo que yo deseaba en aquel momento era estar junto a él.

-Todos están durmiendo... hasta el mismo... Eros.

Bizak dijo aun mirándome.

-Yo pienso que debemos hacer lo mismo.

Lo dije para escaparme. Pero sentí que me detenían, cuando una mano helada aferró mi brazo.

-Si Eros estuviese aquí tú no tendrías tanta prisa en ir a dormir.

Soltó mi brazo cuando vio que retrocedí.

-¿No entiendo por qué confías tanto en Eros y desconfías de mí?

-Conozco a Eros por más tiempo.

-Eros sabe con excelencia deslumbrar a las personas.

-¿Qué tienes tú en contra de él?

-¿Yo? -llevó las manos a la cabeza, y dio dos pasos adelante, para estar más cerca. –Nada en contra. ¡Sólo veo que él se luce en todo lo que hace, hace que todos lo perciban!

Irguió los brazos hacia arriba.

Me aproximé cerca, quedando al lado de Bizak.

La charla se tornó atractiva, al fin se refería a Eros, yo deseaba saber más sobre él. Nos quedamos mirando en la oscuridad, callados. Ambos con pensamientos distintos.

Aún sentía su mano por arriba de mi cabeza, deslizándose por mi cabello cuidadosamente.

-Él te va a hacer sufrir...

Dijo mirando mi cara sin reacción alguna.

Su afirmación desafiaba a mis expectativas en relación a lo que Valeska dejó claro para mí, horas antes. Yo estaba de nuevo insegura respecto a los sentimientos de Eros.

Bizak se transformó en una serpiente, arrastrándose por el suelo del balcón, sus movimientos rápidos lo hicieran desaparecer de inmediato.

Yo permanecí allí por algún tiempo más, con la esperanza de que Eros despertara y viniera hasta mí.

'


Valquiria - La princesa vampiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora