CAPÍTULO 20
Ofrecí una cena para mis dos amigos de la escuela, Mirta y Eros.
Mi madre hizo hincapié de esa cena para conocerlos. Siempre ha sido así, ella siempre quiso conocer a mis amigos. ¿Porque ahora sería diferente?
El primero en llegar fue Eros.
Fui a la puerta para saludarlo. Yo estaba preocupada por arreglar mi cabello antes de abrir la puerta y verlo.
-¡Pasa! -Le dije.
-¡Gracias! -dijo.
Llegamos a la sala, mi madre estaba de pie esperando por nosotros.
-Eros... esta es mi madre.
Ambos se miraron fijamente.
-Hola. – dijo mi madre.
-¿Cómo está señora?
Mi madre hizo por encima de Eros una mirada vigilante.
-¡Siéntate! –le dijo mi madre.
Eros se sentó en el sofá. Mi madre se sentó en una silla al lado.
Luego fui a la puerta para dar la bienvenida a Mirta.
Apenas abrí la puerta entró, como si estuviera constantemente visitando este lugar.
-¿Dónde está tu madre?- Ella me preguntó mirando a la decoración de la casa.
-Allí - señalé a la silla.
Mirta miró a Eros, detrás, sentado en el sofá.
Ella se sorprendió por su presencia.
- ¿Por qué no me dijiste que él vendría? Me hubiera puesto un traje más apropiado.
Me dijo ella junto a mi oído, para que nadie pudiese escuchar.
La miré y vi su ropa. Mirta llevaba una falda demasiado corta, sus muslos gruesos estaban al desnudo. Era una invitación para la mirada de los hombres, incluso Eros.
Fuimos con los demás a la sala.
- ¿Tú eres la madre de Valquiria? ¡Eres muy joven!
Mirta dijo antes de presentarla.
-¿Cómo estás? ¡Mi hija habla muy bien de ti!
Ella se levantó para saludarla.
Cambiaron besos en sus mejillas.
-Muy bien. - Mirta dijo con una sonrisa.
Luego miró a Eros, sentado en el sofá.
-¡Hola! - Señaló una sonrisa.
-¡Hola! - Él respondió, frunciendo el ceño.
Al principio no lo vi mirando a sus piernas.
Nos sentamos en la mesa donde mi madre sirvió la cena. Le ayudé a poner los platos sobre la mesa. Mi madre se sentó en el borde de la mesa. Mirta estaba de mi lado y Eros frente a mí.
-¿Quiénes son tus padres Eros?
Mi madre le preguntó.
-Mis padres no viven aquí.
-¿Y tus padres, Mirta?
-Mi padre es un contador y mi madre es ama de casa.
-¿Siempre vivieron en esta ciudad?
El cuestionario de mi madre me hacía sentir incómoda. Parecía más como un juez en un tribunal.
-Yo nací aquí. – dijo Mirta.
-Yo hace poco tiempo que vivo aquí.
Dijo Eros.
- Madre es mejor dejarlos comer antes de que la comida se enfríe.
Comimos en silencio.
Más tarde, mi madre sirvió el postre.
Volvemos a la sala. Los cuatro estábamos sentados.
Hablando de la ciudad y la escuela.
Oímos un ruido de bocina que venía de afuera de la casa.
Mirta saltó del sofá. La mirada de Eros se detuvo en sus piernas. Me sentí molesta, una bestia celosa al ver que sus ojos estaban muy ocupados con otra cosa. En un maravilloso par de piernas.
-¡Es mi padre, él vino a buscarme!
Mirta siguió hasta la puerta después de que ella se despidió de todos en la sala.
Volví a la sala y Eros se despedía de mi madre. Con la intención de dejarnos.
-¡Buenas noches! -Dijo con frialdad.
Mi madre le tocó la mano fría y miró a sus ojos, sintió un escalofrío, una sensación extraña.
-¡Buenas noches! -Dijo asombrada.
Seguí con Eros hasta el jardín.
-¿No te gustarías quedarte un poco más?
Insistí.
-Es tarde. Suelo ir a dormir temprano.
-¿Te ha gustado la cena?
-Sí.
Sacudió su cabeza positivamente.
-¿Y mi madre?
-Creo que deberías preguntarle eso.
-¿Por qué? ¿Ella te trató mal?
Yo estaba preocupada.
-Ella me ha tratado bien, pero mi presencia le molestaba.
-Ella es así, trata de protegerme de mi propia sombra.
Hubo un largo silencio entre nosotros.
-¡Adiós!- dijo.
Él no estaba con automóvil.
-¡Puedo hacer que mi madre te lleve a tu casa!
- ¡No es necesario! ¡Voy a estar en casa en menos tiempo de lo que piensas!
Se alejó lentamente.
A medida que lo miraba fijamente, parecía más lejano. Se apartaba muy rápido.
Llegando hasta la puerta, me encontré con mi madre, que vio todo lo que sucedió entre nosotros en el jardín.
-¡Interesantes, tus amigos!
-¿Qué tiene ellos?
Sentí que había algo malo con ellos, en la visión de mi madre.
-¡Tu amiga usa minifalda!
-Es su opción.
- Y tú amigo...
-¿Qué pasa con él?
Miré el rostro de mi madre y vi una línea de expresión en su rostro. Alarmante.
- Me parece extraño−helado− su mirada es enigmática... Algo como...
No terminó, observando, que yo estaba atenta a sus comentarios.
-¿Como quién?
Le pregunté perpleja.
-Como una persona que yo conocía.
-¿Como mi padre?
Mi madre me miró con una mirada seria.
-¿Cómo lo sabes?
- Imaginé.
-Él me recordó a tu padre, no digo en su rostro, pero su forma de mirar... sus manos frías...- Dijo aprensiva.
ESTÁS LEYENDO
Valquiria - La princesa vampira
VampirLibro 1 en la Valquiria - La Princesa Vampira Sinopsis Valquiria creció teniendo sueños extraños con un hombre que nunca vio en su vida. Cuando conoce a Eros, un muchacho hermoso y atrayente, el misterio pasó a ser parte de lo cotidiano. Algunas...