Capítulo 40

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Capítulo 40

Dormí tres noches seguidas. Un sueño profundo devastó mi ser, precisaba reponer mis energías. Ya que ellas habían sido todas sorbidas por la mordedura de Eros.

Al abrir los ojos, sentí mi cuerpo diferente, una sensación que jamás conocí. Un vacío dentro de mí, no sentía los latidos del corazón. Yo era una muerta viva. Miré el techo y las paredes del ambiente sombrío, reconocí que estaba en mi aposento, acostada en la cama helada. Me senté en la cama y miré a mis manos, mi piel estaba pálida, no había señales de sangre transitando en mis venas, el color de mis ojos no eran oscuros, quedaron ceniza como de los demás vampiros, y alrededor de ellos, había unos círculos oscuros. Me di cuenta que yo me había transformado en una vampiro. Una pobre inmortal sedienta de sangre.



Valquiria - La princesa vampiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora