Valquiria - La princesa vampira

Capítulo 47

Capítulo 47

Llegué al aposento de mi padre sin su consentimiento. Entré abriendo la puerta, furiosa. Sorprendido, se levantó de su silla.

Sabía que yo no estaba bien.

Me paré frente a él en posición de confrontarlo.

-¿Qué sucedió? – se llevó la mano al mentón.

-¡Tú dijiste que puedo tener todo! -dudé.

Él torció la nariz.

- ¡Todo lo que yo quisiese estaría en mis manos!

-¿Dudas de eso? -sacó la mano del mentón.

-¿Y por qué yo no puedo tener el amor de Eros?

-¡Estás mal por causa de eso! -sonrió.

-¡Tú nunca tuviste el lujo de sentir eso! ¡Eres un monstruo!

Vociferé.

-Valquiria, el amor es compasión de los mortales... No precisamos de eso.

Se sentó al mismo tiempo en la silla, airado.

-¡Tú no deberías haber hecho eso conmigo! Haber enviado a Eros tras de mí...

Bajé la cabeza agarrando mi sollozo.

-¡Tú acabaste con mi vida...yo ahora soy un monstruo!

-Yo no tuve alternativa, tú eres mi hija.

-¡Estoy condenada a este infierno!

Hice movimientos cíclicos con la cabeza, en forma de negación, mientras me dirigía a la puerta para salir.

Mi padre impidió que saliese, cerrando el pasaje con rapidez, sólo con la fuerza de su pensamiento. Paré, y giré el cuerpo, donde lo vi sentado aguardando a que yo me calmara.

Aferré mis lágrimas, no quería llorar en frente de él.

-¿Es esta la forma que tú le retribuyes a tu padre?

Se levantó de la silla y caminó hasta la ventana y miró hacia el cielo nublado.

-¡Yo te di la inmortalidad!

-¡Y quitaste mi felicidad!

Grité.

Eso hizo que yo liberase toda mi furia.

-¿Tú felicidad es estar en un amor trivial por un vampiro?

-Yo también perdí a mi madre...

-¡No es en ella en quien estás pensando!

Afirmó al observar mi amargo mirar.

-Eres muy joven, tendrás muchas pasiones.

Giró de espaldas y chasqueó sus dedos haciendo que la puerta se abriera.

-¡Ahora vete!

Ordenó.

-Un día tú me agradecerás todo lo que yo hice por ti.

Atravesé el pasaje sin decir nada. El silencio era la actitud más correcta de mi parte.

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