Abril observó con nostalgia su ventana. Desde que ella y Santiago estuvieron en el restaurante en compañía de Belén y Adrien, su amigo se había comportado esquivo con ella. La mañana siguiente a su encuentro, se habían visto al levantar la cortina de sus ventanas, y cuando Abril quiso saludarlo, éste esquivó su mirada.
De cierta manera, ella lo comprendía: había regresado sin avisar, cuando él tenía novia. Y por más que quisieran ocultarlo, tenían un pasado mucho más grande y fuerte que una amistad. Habían compartido un montón de primeras veces, de esas que nunca se olvidan. Juntos, habían superado las extrañas maravillas de la adolescencia: las hormonas, la sensación de poder tocar el cielo y la de arrastrarse por el suelo, la sensación de incomprensión, el sentimiento de amar más fuerte que ninguna otra persona, todo.
Y ella lo había arruinado.
Santiago no lo decía, y jamás lo haría, pero Abril sabía que él aún estaba lastimado. Si tan sólo ella hubiera sido un poco más paciente...
Pero no, no lo fue. Y el "hubiera" no existe.
Ahora tendría que vivir con la imagen de Santiago tomando la mano a alguien que no era ella.
Dos toques en la puerta de su habitación la regresaron a la realidad.
-¿Abril? -llamó la voz de su padre.
-¿Sí?
-Adrien está buscándote
La pelirroja resopló y se levantó de su lugar. Al pasar junto a su padre, le dedicó una sonrisa y depositó un beso sobre su mejilla.
-¿Te pasa algo? -preguntó el hombre.
Abril frunció el entrecejo.
-Lo dices como si jamás te demostrara mi afecto -rió.
-No, hija. Lo digo por tus ojos. Están humedecidos -observó-, ¿ha pasado algo?
-No, papi -dijo, empleando el tono que usaba siempre que quería tranquilizarlo.
El hombre sonrió, y la muchacha siguió su camino hasta la sala de estar.
-Hola -saludó Adrien.
-Hola.
El chico se levantó del sillón y ambos caminaron hacia el jardín delantero; la sala de estar nunca fue el lugar de reuniones.
-¿Qué pasó? -preguntó Adrien.
-¿De verdad se me nota tanto?
El chico rio.
-Sí -dijo, torciendo el gesto-, eso y que Santiago me llamó a decir un montón de cosas sin sentido.
Entre ellas, algo sobre avanzar y dejar el pasado atrás.
El rostro de Abril se ensombreció.
-¿Eso dijo?
Adrien asintió.
-Sonaba como que intentaba convencerse a sí mismo de ello.
-Ya veo.
El muchacho le pasó la mano por la espalda a su amiga.
-Aún siente lo mismo por ti.
Abril entornó los ojos.
-¿Podrías dejar de decir eso?
-Es la verdad.
-¿Santiago te contó que fue a verme hace casi un año y medio?
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De tu mano ©
RomanceDesde el momento en que se conocieron, Abril y Santiago han vivido para alejarse y encontrarse una y otra vez. Discusiones de niños, hormonas queriendo darse a conocer, malos entendidos y padres queriendo escapar es solo la punta del iceberg de t...