Capítulo 5 | ¿A quién engaño?

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—Esa me gusta bastante —dijo Gala.

La muchacha había llegado sólo unas horas atrás, y había convencido a Abril de visitar las academias de ballet esa misma mañana. Después de todo, sólo estaría por tres días allí, y quería asegurarse de que su amiga consiguiera algo en lo que entretenerse.

—A mí también —repuso Abril.

—¿Cuál, de todas las que hemos visitado hasta el momento, te agrada más?

—Esa —dijo.

Gala había notado que su amiga distraída. Había intentado sonsacarle lo que le pasaba, pero Abril se mostraba renuente a ello.

—Por el tono en que lo dices, bien podrías estar eligiendo la cárcel en la que quieres pasar el resto de tu vida.

Abril rió.

—Sabes que amo el ballet, Gala —dijo—. Es sólo que... —suspiró— hablé con Santiago hace dos días, y no puedo dejar de pensar en esa expresión en su rostro, como si estuviera luchando consigo mismo al decirlo.

Gala sonrió, claramente emocionada.

—¿Y qué fue lo que te dijo? —preguntó mientras caminaban hacia el auto estacionado dos calles abajo, donde Adrien las esperaba.

—Quita esa sonrisa de tu rostro, amiga mía. Me dijo que no me quería perder, pero que quiere estar con Belén.

Gala arrugó la nariz.

—Sigo creyendo que es el nombre más estúpido que he escuchado —dijo—, ¿te imaginas su vida en la novenas navideñas? ¡A Belén, pastores, debemos andar!

Abril frunció los labios, intentando no reír por aquello, pero no fue mucho lo que pudo hacer.

—El punto aquí, Gala, es que me dijo que quiere sólo ser mi amigo. Y no lo culpo.

—A veces eres bastante estúpida —declaró Gala, mientras abría la puerta del copiloto—. Hola —saludó a Adrien mientras se abrochaba el cinturón de seguridad.

—¿Cómo les...? —empezó a preguntar el muchacho, pero se vio interrumpido por Abril, quien estaba ligeramente molesta y cerró de un portazo la puerta trasera del auto.

—Para ser mi amiga, a veces eres bastante cruel conmigo.

Gala la miró a través del retrovisor.

—Te culpas porque te encontró besándote con Mauro —dijo—, ¿crees que él, en los casi dos años que llevaban separados, no se había besado, y hasta más, con ninguna chica? No seas ridícula, Abril. La desventaja aquí fue que él te vio.

Adrien y Abril intercambiaron sus miradas, y luego las posaron sobre Gala.

—No, no lo hizo —dijo Adrien.

—Santiago es muy diferente, Gala. No se besaría con nadie a menos que no sintiera algo.

—Eso es ridículo.

—Concuerdo contigo, cariño —dijo Adrien—, pero es la verdad. En toda su vida, Santiago sólo ha tenido tres novias. Y en las fiestas nunca hace nada divertido. De verdad.

Gala los miró, como si lo que estuviera escuchando fuera una locura.

—Es un niño bueno —finalizó.

—¿Qué es lo siguiente que me vas a decir? —preguntó Gala—, ¿que contigo pasa lo mismo?

Adrien soltó una carcajada.

De tu mano ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora