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-¡Leash!- gritó Harry en horror

-¡Harry!- gritó alguien de regreso

Harry se levantó frenéticamente, intentando identificar dónde estaba, pero sin sus lentes apenas si podía distinguir las siluetas en frente de él.

Respiraba con dificultad, su pecho subía y bajaba agitadamente, sudor frío resbalaba por su frente y rastros de lágrimas frescas se encontraban en sus mejillas, todo lo veía borroso y la cabeza le dolía, tan solo veía varias cabezas rodeándolo, pero no podía identificar ninguna.

-Ten- esa era Ginny, reconocía su voz, le extendió algo en su mano, eran sus lentes, Harry los tomó y los pudo observar a todos con mayor claridad

-¿Estás bien Harry?- preguntó Ron preocupado

Harry se frotó los ojos con sus manos para secar las lágrimas, le avergonzaba que lo vieran llorar cada noche, despertaba en la madrugada gritando y llamando a alguien que jamás regresaría, Leash se paseaba por sus sueños para asegurarse de que jamás olvidará su muerte.

En el momento, Harry sintió que estaba haciendo lo correcto al no dejar a ir a Draco, pero el recuerdo empezó a taladrar sus más profundos pensamientos, se sentía culpable de la muerte de Leash, sabía que Draco corría peligro al ir con ella, pero quién sabe, tal vez y Voldemort los dejaba vivir y Leash y él encontraban una manera de no pelear, pero jamás lo sabría, por qué Leash está muerta y según la carta que recibieron el día anterior, Draco ya no recordaba nada.

-Lo lamento- dijo Harry con pena

-Tranquilo- dijo George- Aún así ninguno podía dormir- hizo una mueca curvada con su labio para que no se sintiera culpable de levantarlos

-¿Dónde está Fred?- preguntó Harry al solo notar aún gemelo

-Dormido, es la primera vez que duerme en semanas, así que quisiéramos apresurarnos para que no se levantara- dijo Ron volteando a ver en dirección a la puerta contigua- Susurra su nombre- aseguró Ron con tristeza

-Al menos no lo grita- dijo Harry con un susurro

-Todos la extrañamos, no tienes de qué avergonzarte- dijo Ginny tomando su mano en gesto de apoyo, un cosquilleo nació en las yemas de sus dedos, fue recorriendo sus brazos, subiendo por sus nervios hasta llegar a los latidos de sus corazones.

Ginny y Harry se miraron asombrados con un brillo en sus ojos, su boca estaba ligeramente abierta y respiraban entrecortadamente.

George carraspeó con la garganta al observar la escena y Ginny retiró su mano rápidamente al notar que dos de sus hermanos estaban en el cuarto.

-Sé que ayer hablamos un poco de esto, pero ¿Sabemos que vamos a hacer al respecto?- preguntó Hermione intentando cambiar la conversación, se refería a la carta que habían recibido el día anterior.

-No creo que podamos hacer mucho- dijo Ron- Que yo sepa, no hay manera de revertir un "obliviate"- dijo diciendo lo que todos pensaban.

-¿No hay algún tipo de poción?- preguntó Ginny con esperanza

-No que yo conozca. admitió Hermione con tristeza- Pero podríamos pedirle ayuda a Snape- George rió con eso

-Como si fuera a ayudarles- dijo George con burla

-Pero tal vez si a Draco, es como su alumno favorito- sugiero Ron

La cabeza de Harry empezó a punzar, no había estado durmiendo bien y tantas voces hablando a la vez hacía que le doliera aún más.

-Voy a salir por aire- dijo Harry interrumpiendo, se salió de las cobijas y se levantó de la cama, todos tomaron aquella señal como regresar a sus respectivas camas, al fin y al cabo todavía era madrugada.

No Me Olvides- 3 (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora