-¿Que esta pasando aquí?- preguntó Cristopher encima de las escaleras, observando a sus manos que se encontraban en el recibidor.
Sin embargo, noto las miradas de todos, se encontraban aterrados, algunos estaban temblando y parecía como si les hubieran drenado el color de sus cuerpos, fue entonces que observo la pequeña caja de madre que estaba en la puerta, era negra con símbolos extraños y un pequeño susurro salía de ella.
-Llama a el resto- dijo Cristopher a nadie en particular, sin quitar la vista de la caja- ¡Pero ya!- gritó
Varias cabezas se movieron a llevar a las respectivas personas, en poco tiempo, Jannette, Sade, Trisha, Naomi, Mazen, Lidia y Marelyn llegaron al recibidor y todos notaron el artefacto que había llegado a la casa.
-¿Quién lo trajo?- preguntó Jannette
-No lo sé- dijo Hilary en un susurro- simplemente apareció-
-Eso es imposible- dijo Trisha furiosa- Nada entra a esta casa sin que lo sepamos-
-Es magia negra- dijo Mazen acercándose lentamente e la caja, la varita en alto- Esta cosa emana magia negra- confirmo
Antes de que pudieran hacer algo al respecto, la caja se abrió rápidamente y todos retrocedieron con temor.
- Salazars...- una gélida voz invadió la casa y todos supieron quien era inmediatamente- Traidores de sangre... tanto potencial gastado en una chiquilla malcriada....- continuo la voz, metiéndose en sus cabezas- ¿Se sacrificarían por alguien que ni si quiera han conocido?- pregunto la voz refiriéndose a los más jóvenes- Alguien que ni si quera muestra su cara- rio- Únanse a mí, y podrán darse cuenta de lo poderosos que en verdad son- Voldemort seguía hablando mientras su voz infectaba cada lugar al que llegaba
-¡No nos conoces, no sabes nada de nosotros, vete de esta casa y no regreses!- gritó Lidia dando un paso al frente
El aire se tornó frío y denso y la caja se quedo completamente callada.
- Una lastima... - susurró y antes de que alguien pudiera hacer algo, el humo negro se convirtió en varios mortifagos encapuchados y uno lanzó un avada kedavra a Lidia, asesinándola al instante.
Los gritos se hicieron presentes y todos empezaron a correr, ya fuera para esconderse o luchar.
-¡Marelyn sácalos de aquí!- grito Jannette mientras detenía los hechizos que un mortifago le lanzaba
-¡Ya no hay tiempo!- contesto esta intentando encontrar una salida por donde sacar a sus hermanos, pero todas estaban bloqueadas
Todos empuñaban sus varitas en alto, lanzando y evitando hechizos por toda la casa, las maldiciones rebotaban por las paredes y de vez en cuando, un último grito era acompañado por un cuerpo cayendo al suelo.
Naomi, Mazen y Sade cubrían a algunos de los más pequeños, mientras seguían pelando con mortifagos, sin embargo eran demasiados y no podían proteger a todos.
-¿Que hacemos Marelyn?- gritó Jenny con lágrimas en los ojos, Marelyn había logrado aislar a algunos de sus hermanos, sin embargo sabía que era cuestión de segundos hasta que los encontraran.
Marelyn los volteó a ver con decisión, no podía verse débil, debía ser fuerte, justo en ese momento, un mortifago abrió la puerta, encontrándolos.
-Peleamos- contesto Marelyn dándole una patada en el pecho al mortifago
Sus hermanos la siguieron con sus varitas en mano y salieron a la batalla, la mayoría de ellos eran muy jóvenes, habiendo chicos de 13 años pelando por sus vidas, a donde quieras que voltearas veías cabelleras blancas contra capuchas negras.
-¡Marelyn no!- gritó Sade con horror
Marelyn volteó demasiado tarde, el relámpago verde iba directo a ella, sus ojos brillaron, dándose cuenta que ese era su fin. Sin embargo, el relámpago jamás llegó; chocó contra una varita, haciendo que desapareciera el hechizo.
-Leash...- susurró alguien en el silencio que se había creado
Leash Salazar sostenía su varita firmemente, mientras con su otro brazo protegía a su hermana, posicionándose enfrente de ella. Su cabello rojo sangre caía en su rostro por lo cual no se veían sus facciones, pero su pecho subía y bajaba rápidamente.
Se irguió con lentitud, atrayendo cada par de ojos en la casa, se escuchaban murmullos y sonidos de sorpresa, Leash Salazar había regresado a casa.
-¿Que creen que están haciendo?- se quito el cabello de la cara, mostrando aquellos ojos azules de ella
-Eres tú- susurró Jayden
Pero Leash los ignoro a todos y caminó directamente hacía el mortifago que estaba en frente de ella, quien había intentando asesinar a Marelyn. Con un ágil movimiento con su varita lo hizo caer de rodillas con dolor, haciendo que todos retrocedieran, Leash lo tomó de la barbilla y le arrancó la máscara.
-No me toques, tú traidora de sangre- su voz sonaba furioso pero daba un hilo de temor
-Que esto les sirva de recuerdo que a esta casa, nunca volverán a poner un pie- lo observó a los ojos, pero sus palabras iban para los demás
Sacó una daga de su manga y la enterró en el pecho del mortifago, todo soltaron un suspiro de sorpresa, retrocediendo aún más. El cuerpo del mortifago cayó de lado, con los ojos aún abiertos.
Las manos de Leash estaban cubiertas de sangre, con la daga escurriendo en el piso.
-¡Vuelvan con su amo!- grito Leash- ¡Díganle que use sus mejores hechizos!- observó a los mortifagos del cuarto- Por que no tenemos miedo de mancharnos de sangre- sus ojos ardían, con un fuego que ya nadie, nunca, podría apagar.
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No Me Olvides- 3 (Draco Malfoy)
Hayran KurguPara ganar una guerra se deben hacer sacrificios. Leash Salazar sabía eso y estaba dispuesta a enfrentar las consecuencias de sus actos, pero todos los que la rodeaban no estuvieron listos para aquella decisión. La oscuridad ha llegado al mundo mági...