Uno no es consciente de cada vez que respira, las únicas veces que los humanos se concentran en su respiración es cuando les falta aire, quieren aguantar la respiración o quieren calmarse, fuera de eso, se respira todos los días, a cada segundo, y no se dan cuenta.
Draco Malfoy se daba cuenta, desde aquel día, cada inhalación que pasaba por su cuerpo, era visible para él. El aire ardía cada vez que entraba a él y quemaba cuando salía, respirar era doloroso y si no sintiera ese dolor, creería que estaba muerto. Por qué así se sentía.
La razón por la cual Draco no podía dejar de concentrarse en su respiración, era por qué si se dejaba distraer, aunque fuera un poco, podía escuchar el choque de la cabeza de Leash contra el piso, cada que eso pasaba, cerraba los ojos y se tapaba los oídos con fuerza, como si el sonido viniera de afuera y no de su mente, pero en el punto en el que estaba, Draco ya no sabía de dónde venía nada.
Cuando llegó a su casa después de la escuela, apenas si notó que estaba en otro lugar, podía hacer cualquier cosa, caminar, comer, hablar, pero todo era una memoria borrosa en su cabeza, para cuando acababa el día, ya había pasado una semana y todo se había sentido en un sólo segundo, pero no importaba qué tan rápido se había el tiempo, Draco no podía escapar de aquel día fatal.
Sus ojos se mantenían rojos y sus mejillas húmedas, no llegaba a notar cuando empezaba a llorar, pero cuando se daba cuenta, su cabeza dolía de todas las lágrimas que había derramado, en las noches, despertaba a todos en la casa con los gritos que sus pesadillas le causaban. Draco prefería no irse a dormir, por qué aquel era el único lugar en donde no podía controlar lo que veía y si se cerraba los ojos, podía ver el relámpago verde pasando por los de ella.
-¡No!- gritó Draco intentando correr hacía ella
-¡Draco!- alguien regresó el gritó pero aquella no era la voz que él esperaba.
Se dio la vuelta en su cama y abrió los ojos intentando recordar donde se encontraba, en la orilla de su cama había una figura sentada, piel oscura y complejo musculoso, Draco supo al instante quien era.
-¿Blaise?- preguntó confundido
-Sí Draco-susurró Blaise está vez
-¿Qué...- estaba confundido- ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Cuando llegaste?- le preguntó sin entender
Blaise se quedó unos segundos en silencio, Draco apenas podía ver bien por la falta de luz en el cuarto, pero incluso entonces pudo ver como su amigo lo miraba con lástima.
-Llevo un mes aquí Draco- le dijo- Tu madre nos pidió a Theodore y a mí que viniéramos a acompañarte ¿Recuerdas?- le preguntó con tristeza
Draco buscó entre sus borrosos recuerdos y pudo encontrar el día que Blaise y Theodore llegaron a la mansión, le sorprendió no verlos con Daphne, pero lo prefería, no quería ver a esa chica nunca más en su vida.
-Oh- dijo dándose cuenta- Lo lamento- susurró
-No te preocupes- le dijo Blaise con una sonrisa- Vamos, debes dormir- le dijo a Draco tapándolo con sus cobijas
Draco quiso reclamar pero su cabeza dolía y sus parpados pesaban así que se quedó dormido al segundo que su cabeza tocó la almohada de nuevo.
-Descansa Draco- le susurró cerrando la puerta
Blaise soltó un suspiró fuerte en cuanto puso un pie fuera de la habitación, se talló la cara con las manos, intentando no llorar de desesperación. Todos los días era lo mismo, el chico no salía de su cuarto, le llevaban comida y regresaban en la tarde para recoger un plato intacto, pero cuando llegaba la noche, los gritos de dolor del chico los atormentaban a todos; Blaise siempre era el que iba a consolarlo y cada noche sin falta, él chico le preguntaba qué hacía ahí.
Se estaba volviendo loco, sin duda alguna, lentamente, su mente y cordura lo estaban abandonado y a Blaise le dolía saber que no podía hacer nada al respecto, no sabía lo que era perder a la persona que amaba, pero sabía que era perder a dos.
Volteó hacía el final del pasillo, la luz del cuarto de Theodore estaba apagada, no había sido fácil para él, sus padres habían sido arrestados en la pelea en el ministerio y él chico ahora debía tomar su lugar, no estaba listo para ello, había alejado a Blaise durante las vacaciones, sin mencionar que no podían ser vistos juntos ahí.
Al otro extremo del pasillo, a la derecha, Daphne Greengrass aún tenía su luz prendida, probablemente escribiéndole una carta a su hermana, la cual nunca mandaría. Daphne había dejado de hablarles desde que se fue con Bellatrix Lestrange, la veía en la mansión y con los adultos, ayudando, pero en ninguna ocasión había volteado a verlo a él o a Theodore.
Tan sólo bastó una noche para que Blaise Zabini viera a sus amores alejarse de él, como si no les importara ya.
Tan sólo bastó una noche para que todos perdieran todo.
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No Me Olvides- 3 (Draco Malfoy)
Hayran KurguPara ganar una guerra se deben hacer sacrificios. Leash Salazar sabía eso y estaba dispuesta a enfrentar las consecuencias de sus actos, pero todos los que la rodeaban no estuvieron listos para aquella decisión. La oscuridad ha llegado al mundo mági...