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Fred Weasley se la estaba pasando mal y eso era algo que todos sabían, pero, desde la visita del hermano de Leash, las cosas habían cambiado. El collar que ella le había dejado contenía fechas importantes para los ambos y le traía a Fred una gran tranquilidad revivirlos.

Habían 12 recuerdos en el reloj, uno para cada hora del día, si él quería revivir uno, solo debía seleccionarlo con las manecillas y oprimir el reloj de la tapa. La forma en la que el reloj funcionaba es que creaba una ilusión en el cuarto, era como si estuvieras dentro del recuerdo, más no lo vivías de nuevo y no podías hacer nada para cambiar el recuerdo.

Dentro de los recuerdos que ella había incluido, estaba la primera vez que los presentaron, justo antes de la segunda prueba, cuando Fred sintió que se iba a desmayar solo por que ella dijo su nombre; cuando su gemelo lo obligó básicamente a confesarle su amor por ella; la vez que ella lo besó antes del partido de Quidditch y algunos otros recuerdos que hacían Fred sonreír cada vez que los recordaba.

-¿Estás bien Freddie?- preguntó George a su gemelo

Estaban en el callejón Diaggon, los últimos detalles de su tienda estaban terminando y los dos habían acordado ir a supervisar antes de la gran inauguración, Fred se estaba recuperando lentamente, aún se veía miserable y se quedaba perdido en sus pensamientos, pero al menos ahora podía levantarse de la cama.

Aunque había estado en muy mal estado los últimos meses, lo mantenían al tanto de todo lo que pasaba a su alrededor, por ejemplo la visita de la hermana de Leash, Lidia y por su puesto, aún más importante, Draco Malfoy se había borrado la memoria.

Al menos eso era lo que Daphne, Blaise y Theodore habían escrito en la carta, no podían decirles que Voldemort lo había hecho, porque entonces no tardarían en conectar el hecho que ellos también estaban con el Sr. Tenebroso. Por lo cual optaron en decir que Draco se encontraba en muy mal estado y él mismo había decidido borrarse la memoria.

Eso había impactado demasiado a los demás, pero Fred en específico estaba molesto. El odiaba a Draco Malfoy, no importaba cuanto Leash lo amaba y lo importante que era para ella, siempre lo odio y nunca dejó de hacerlo, la única razón por la que respetaba la relación que tenían era por respeto a ella, no a él.

Fred había renunciado a Leash para que Draco fuera con ella, con esperanzas de que él la protegiera, por que por más que lo odiara, sabía que la amaba, creía que con él, ella estaría segura. Estaba equivocado.

-Sí, solo...- dijo Fred después de unos segundos- Va a ser una gran tienda- dijo con una sonrisa, intentando tranquilizar a su hermano.

George le sonrió de regreso, emocionado, estaban afuera de la tienda, un trabajador estaba poniendo el cartel con el nombre de la tienda y los hermanos miraban con orgullo.

-Hemos avanzado mucho desde hacer experimentos en la cocina- rio Fred y George asintió

-El dinero de Leash ayudó mucho- dijo George con nostalgia- También el de Harry, el que ganó en el torneo- le recordó

Fred quiso agregar algo pero fue interrumpido por una voz que le resultó demasiado familiar.


-Esto es absurdo, nos tratan como elfos domésticos- dijo la voz unas tiendas atrás

Draco, Blaise y Daphne estaban saliendo del callejón Knockturn, los habían mandado a recoger unos paquetes de unos mortífagos, Theodore había sido enviado con otras personas por lo cual ahora solo eran los tres.

-¿Podrías callarte y seguir órdenes?- preguntó Daphne molesta que tenía un rango superior a aquellos dos.

-Oh por qué tú eres tan leal al Sr...- pero antes de que pudiera acabar aquella oración, un golpe en la mandíbula lo tiró al piso.

No Me Olvides- 3 (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora