Inesperadamente tierna

954 70 2
                                    

-¡Esperen! -grité corriendo hacia la camioneta en el estacionamiento del apartamento
Se abrió la puerta y subí
-¿Qué haces aquí? ¿No se supone que nos verías en la agencia? -preguntó extrañado SungKyu
Asentí
-Sí, pero hoy salí temprano de clases y no quería llegar tan temprano a Woollim y tener que esperarlos -expliqué sonriendo
-Vámonos

El chofer echó a andar la camioneta y yo recosté la cabeza en la asiento.
No me quedé dormida porque escuchaba las conversaciones de los chicos, sonreí por dentro, era la primera vez que los notaba tan comunicativos entre ellos sin que una cámara estuviera presente.

-Creo que está durmiendo -susurró DongWoo
Pensé que no se refería a mí, y como nadie contestó me imagine que tal vez si era yo.
-No lo estoy -afirmé abriendo los ojos,
Siete pares de ojos me observaban curiosos y de pronto me sentí tímida
-No me miren -dije cohibida cubriéndome el rostro con las manos
Soltaron una carcajada y mi cara se volvió roja.
-Que tierna -expresó SungJong acariciándome ligeramente la nuca y despeinándome al mismo tiempo.
-No sabía que tenías tanto aegyo -mencionó WooHyun
-No lo tengo
-Mentirosa, lo estás haciendo en este momento -apuntó
-No lo hago
-¡Sigues haciéndolo!
-¡No es cierto!
-¡Claro que sí! -apoyó el resto

Ahora era un tomate, literalmente.

-Señorita ¿Tiene el pase de entrada? -preguntó el conductor
-Sí, está en mi mochila.
-¿Podría prestármelo, necesito confirmar la puerta para el estacionamiento?
-Claro
La intervención del conductor me vino de maravilla para tratar de que mi cara volviese a su color natural.
Bajé del auto en donde me lo indicaron y todavía tenía una sonrisa en el rostro. ¿Era mi imaginación o en serio nos estábamos llevando mejor?

-¿Terminaste lo de ayer? -preguntó JinAh a modo de saludo en cuanto pasé las puertas de la entrada.
-Sí, terminé todo -contesté un poco sarcástica
-Llévalo a la oficina del Subdirector en una hora. Asegúrate que no te vea entrar, si lo hace estamos muertos.

Quise decirle que no era mi obligación hacer su trabajo, que la ayudé porque quería mejorar mi relación con ella pero que esto ya era demasiado y que era la última vez que lo hacía.
Desafortunadamente no tuve el valor de hacerlo y tan sólo guardé silenció.
-¡Nueva! -gritó DongWoo haciendo señas para que entrará al elevador

Corrí hacia donde estaba y escuché a JinAh gritar a mis espaldas
-¡Una hora! ¡No puede verte!
-¡Ya entendí! -grité corriendo

Entré al elevador junto con los otros miembros, el manager Kim también estaba ahí al igual que las máscaras del día de ayer que les cubrían las heridas ¿Se habían puesto la medicina?
-Buenos días -saludé
Asintió en respuesta.
-El día de hoy tendremos pruebas de vestuario para un meeting -explicó SungKyu cuando las puertas se abrieron en el tercer piso y no el segundo donde estaba el estudio de baile.

Hileras de percheros los esperaban en una habitación en la que nunca antes entré. Al centro había pequeño pedestal rodeado por espejos que le daban un ambiente como de boutique, sumado a que todo era blanco y a que tenía probadores al fondo olvidé por un momento que seguíamos en Woollim.
Cinco estilistas se encargaban de darles los vestuarios ya listos, cuando ellos regresaban cambiados, les ponían zapatos, cinturones, brazaletes, collares, sombreros... todo.
Literalmente ellos no hacían nada más que ponerse y quitarse la ropa.
Algunos de sus atuendos eran realmente horribles, no sabía a quién se le habían ocurrido tales combinaciones, o tal vez mi sentido de la moda era muy común y no tenía ojo para esas cosas. Cualquiera de las opciones que fuera, parecían coincidir conmigo y cuando las chicas de vestuario no veían me preguntaban que me parecía lo que llevaban puesto. No les entendí la primera vez cuando SungKyu susurró:
-¿Qué tal?

Tardé como cinco segundos en negar con la cabeza. Después de eso cuando se paraban en el pedestal frente a los espejos yo levantaba el pulgar si me gustaba o arrugaba ligeramente la nariz si no era asi.
Debo admitir que lucían bastante guapos con muchas de las cosas de ahí.
De pronto una punzada en el estómago me tomó por sorpresa igual que la noche anterior, y después le siguió otra y otra más.
¿Necesitaría medicamento? Rebusqué entre mis cosas sin éxito, ahí no estaba. ¿Dónde lo había puesto? Creía traerlo en mi mochila ¿tal vez no?
De pronto recordé que tenía que entregar el trabajo de ayer. Menos mal que la hora no pasaba todavía.
-¿A dónde vas? -SungJong me atrapo cuando me escabullía
-Tengo que entregar unas cosas. No tardo
-De acuerdo

Tenía hambre, me había saltado el desayuno y ahora pagaba las consecuencias. ¿Debería pasar a la cafetería de enfrente y comprar algo? Imaginaba un montón de cosas deliciosas para comer mientras caminaba hacia la oficina del jefe de departamento.
-Otra vez tú
Antes de que pudiera ver quien era, mi pie tropezó con algo y caí de bruces soltando todas las carpetas que traía en las manos para cubrirme la cara.
Me incorporé poco a poco pero no me paré por completo ¿Quién...?
-Todavía sigues aquí -de pie, recargada sobre la pared con las manos cruzadas y el pie ligeramente hacia adelante, SunMi me miraba como si yo fuera una especie de vendedor que pasaba frente a ella por centésima vez.
-¿Qué vamos a hacer si habla? -la otra chica también se encontraba ahí, a su lado, como las veces anteriores ¿Cómo la llamó WooHyun? ¡SeulBi!
-No lo hará. Se irá antes de poder decir algo.
-Disculpen -dije poniéndome de pie- ¿Están hablando de mí? Porque estoy justo aquí y puedo oírlo todo. ¡Ah! Y no tengo planes de irme.
-Aún -dijo sarcástica SuMi pateando las cosas en el suelo que se me habían caído. SeulBi la imitó.
-¿Qué hacen? -arruinaban mi trabajo de toda una noche- ¡Alto! -la tomé del brazo para detenerla y me hizo a un lado sin más. Su fuerza seguía sorprendiéndome ¿Cómo algo tan pequeño...?
-¿Qué es esto? -supe que era MyungSoo incluso antes de voltear. En sus ojos se podía ver como si de repente se hubiese molestado. Lo sabía porque esas miradas, ya me las había dirigido antes.
-¡Oppa! -Gritó SeulBi en cuanto lo vio y corrió hacia él-Oppa esta chica está loca. Nosotras estábamos pasando y nos empujó de la nada. Solo nos defendíamos. Haz algo por favor.

La miré sarcástica. No podía creer tanta hipocresía. Ni siquiera le veía el caso discutir, seguramente él no me creería.
Me puse de rodillas y empecé a juntar las carpetas y a quitarles las huellas de zapatos que tenían marcadas.
-¿Es cierto? -preguntó L. No sabía a quién se dirigía y al menos yo, no contesté
-¿Qué pasó? -antes de que me diera cuenta ya estaba arrodillado frente a mí y se había bajado la máscara.
Seguí sin contestar. Me ayudó a recoger el resto de las cosas, algo que ni en mil años hubiese esperado.
Nuestras manos se tocaron por accidente, una descarga eléctrica me recorrió y retire mi mano rápidamente al tiempo que nuestras miradas se encontraban.
Por un segundo mi mente se quedó en blanco. Sus ojos ya no mostraban molestia, sino desconcierto, talvez como los míos.
-Oppa... tu labio... -ambos miramos a SeulBi cuando habló.
MyungSoo rápidamente se puso de nuevo la máscara. Ninguno de los dos supo que hacer o decir.
-Pelearon de nuevo -asumió SunMi lanzándome una mirada significativa
-Claro que no. Debes estar viendo mal.
-Supongo que si -dijo en un tono que me hacía dudar si en verdad creía haberse equivocado o no- Nos vemos después
Tiró de SeulBi y se fueron hablando entre ellas con voz demasiado baja como para escuchar algo. MyungSoo las siguió con la vista, lucia desconfiado.
-¿No confías en ellas? -pregunté dudosa.
-No lo sé. No insistieron más, eso me preocupa.

Yo debía ser la última persona que quisiese creer en ese par, pero en el fondo quería pensar que habían superado... lo que sea que esta situación fuese, aun ahora no entendía del todo por qué les preocupaba tanto que estuviese escuchando. Estaba dispuesta a olvidar todo lo que pasó y a no preocuparme por si hubiesen visto las heridas de L. ¿Qué sería lo peor que pasaría?

Llegando a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora