Hola problemas

602 33 9
                                    

A los pocos días de haber visto por última vez a InHa volvimos a encontrarnos en la universidad.

Estaba claramente desconcertada de verla ahí puesto que no era alumna y que supiera, no tenía nada que hacer en un lugar como ese.

—Por fin llegas —Dijo sonriente cuando estuve lo suficientemente cerca porque para mi desgracia ese era el único camino para llegar al edificio donde tenía clase.

No pronuncié palabra alguna. ¿En serio era necesario seguir fingiendo tanta amabilidad?
Suspiré y traté de esquivarla para continuar con mi camino, fue consiente de mis intenciones y dio un paso de costado para impedírmelo.

—¿ Qué quieres? —Pregunté con desgana— Ni yo ni los chicos vamos a hacer un escándalo si eso es lo que te preocupa.

Se quitó las gafas de sol que había estado usando hasta ahora con desdén.

—Estaba segura que no ibas a hacerlo desde el principio. Eres demasiado cobarde para intentarlo si quiera.

Respiré cansada, hablar con ella resultaba agotador incluso si solo eran unas pocas líneas.

—Piensa lo que quieras. Lo único que quiero es dejar de cruzarme contigo.

Me miró seria y vi mi oportunidad para escapar. La rodee y me dispuse a continuar hacia mi clase.

—No puedes estar con él —Declaró haciendo que me detuviera— Puede que ahora pienses que todo va a estar bien pero no podrás soportarlo hasta el final. Su carrera es más importante que todo. Más importante que tú.
—No voy a pedirle que escoja —Respondí.
—Que ingenua —Se burló— Tienes demasiada confianza.

Cerré los puños, absteniéndome a contestar.

—Será mejor que te prepares porque vamos a ver cuánto dura.

Comencé a caminar con deseos de dejar de escuchar cualquier cosa que dijera y sin embargo sus palabras cobraron sentido unas horas más tarde, cuando después de clases había sido llamada a las oficinas de administración escolar.

Comprendí que no habían sido una amenaza ni una advertencia, sino una afirmación de lo que había preparado para mí.

—¿Qué significa esto? —Pregunté temerosa después de leer todo el contenido de los papeles que me habían sido entregados.
—Lo siento. Por motivos de presupuesto tenemos que recortar el apoyo a alumnos becados y entre esos alumnos se encuentra usted.
—¿Motivos de presupuesto? —Repetí con sarcasmo.

Carraspeó incómodo y se aflojó la corbata.
La odie, la maldije todo lo que pude por la facilidad con la que volvía mi vida un caos. No lo pensaba dos veces a la hora de querer hacerme pasar por el mismo calvario que ella "habia" sufrido.
Estaba frustrada y molesta pero sobre todo decidida. Si el año pasado todo hubiese sido color de rosa probablemente cedería ante InHa, pero mi vida en ese entonces estaba lejos de ser rosa. Las tormentas y las corrientes no me asustaban, y si en ese entonces las había superado sola, ahora con los chicos, no me podía dar por vencida.

—De acuerdo —Acepté con resolución— Es suficiente si yo cubro el pago de la matrícula en su totalidad ¿Cierto?

Me miró ofuscado y recompuso su expresión rápidamente.

—¿No es un poco difícil para una estudiante juntar esa cantidad por su cuenta cada mes?
—¿Si pago la matricula puedo seguir estudiando aquí?
—Bueno si pero...
—Entonces está bien —Concluí— A partir de este mes me encargaré de depositar el dinero en la cuenta. Con su permiso.

No esperaba esa respuesta y apenas tuvo tiempo de ordenar sus ideas antes de que yo saliera.

—Estudiante —Me llamó— Haga las paces con esa señorita, no se complique las cosas y sólo haga lo que le diga. Si sigue con esa actitud las cosas serán más complicadas para usted.

Llegando a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora