Llegando a ti

Un millón de empleos

¡Mi vida solía ser tan fácil! En el momento en el que bajé de ese avión, hace seis meses ya, todo se volvió más complicado de lo que esperaba.

La habitación en la que me quedaba era más o menos decente, era un cuarto de cuatro por cuatro, con un armario, un escritorio y una cama. Sin comidas incluidas.

Quería un trabajo, sí, pero jamás imaginé que la vida aquí fuera tan cara, y uno no fue suficiente, termine con cuatro.

Nadie de mi familia sabia, creían que la beca para estudiar aquí incluía todo, (la verdad solo me libraba de pagar las colegiaturas de la universidad), y que trabajaba en un café por diversión más que por necesidad. Aunque en realidad sí trabajaba en una cafetería después de la escuela y antes de esta sacaba a pasear los perros de tres vecinos. Los sábados por la mañana daba clases de inglés para niños y por la tarde inglés para adultos, y los domingos, no eran para descansar, trabajaba como recepcionista en una clínica de cirugía plástica. ¡Ah! Y cuando tenía tiempo libre cobraba por tutorías en mi universidad.

Hoy era un martes exactamente igual a todos los otros. La cafetería estaba especialmente llena desde que mi turno empezó. Me sentía hecha polvo, aunque la sonrisa que me cargaba todos los días no lo demostrara.

Un par de señores de expresión amable estaban parados frente al mostrador decidiendo su orden. La fila estaba más corta ahora, miré el reloj, ya casi era la hora de cerrar, (esta era de las pocas cafeterías que no abrían las veinticuatro horas), cuando por fin escogieron se detuvieron un momento para examinarme.

-¿Eres extranjera? -preguntó uno de ellos.

-¿Eh? -Me tomó por sorpresa -¡Ah! Si

-Debes hablar bien para tener un empleo aquí.

-Un poco, todavía tengo que mejorar -"No alardear" recordaba haber leído eso en un blog que daba consejos para adaptarse rápidamente a la vida en la mayoría de los países asiáticos.

-No es verdad, ¿Qué más hablas? ¿Inglés? -intentó adivinar.

-¿Por qué lo pregunta?

Me ofreció una tarjeta de presentación y la acepté.

Kim Jung Ryul

Management

Woollim Entertainment

Agencia de entretenimiento y compañía discográfica

-Estamos solicitando personal, y los bilingües nos vienen de maravilla. Mañana puedes pasar a dejar tu solicitud y curriculum, el jueves se llevaran a cabo las entrevistas. Si eres aceptada tenemos horarios flexibles y buenos salarios.

La queja de una señora unos lugares atrás en la fila, me recordaron que seguía en el trabajo.

-¿Tiene su pedido listo? -dije al tiempo que guardaba la tarjeta en el bolsillo trasero de mi pantalón.

-Dos americanos para llevar, por favor.

-Enseguida están listos.

Seguí trabajando.

No me decidía entrar. La noche anterior había buscado en internet la agencia, en efecto existía y estaba reclutando trabajadores. EunJoo una amiga de la escuela, dijo que era una buena oportunidad y que lo más seguro era que la paga fuera equivalente a por lo menos dos de mis empleos juntos.

¡Vamos! Tenía que por lo menos intentarlo. Atravesé las puertas de ese enorme edificio con la confianza flaqueándome a ratos, la chica de la recepción me dio un pase y las instrucciones para llegar a la oficina donde debía entregar mis papeles.

A mitad de camino me topé con el señor de la tarjeta, tardé como dos segundos en reconocerlo por los lentes que traía puestos.

-¡Oh! -dijo cuándo me vio -- ¿La cafetería?

Asentí

-¿Puedo? -señalo los papeles que traía en un sobre y a los que me aferraba como si mi vida dependiera de ello.

-¡Claro! --dije cuando noté que tan fuerte los sostenía

Los hojeó y se detuvo en una de las hojas, después en otra, se acomodó los lentes como si no estuviera leyendo bien.

-¿Hay algún problema? -pregunté nerviosa

-No...

Metió los papeles de nuevo en el sobre y me lo entrego. Estaba a punto de preguntarle si en serio no había nada malo en las hojas, algo que no debería haber puesto, pero cuando quise hacerlo una señora le dijo algo de una junta

-Buena suerte

-Gracias

Se fue con la señora a toda prisa y yo me quede ahí revisando una y otra vez mi solicitud, las referencias, mis datos... todo.

A la hora de entregar las cosas los nervios me mataban. Me dije a mi misma que ya estaba hecho, la peor parte era la entrevista y esa todavía no la había pasado.

Sábado. Mi grupo de alumnos era pequeño, los niños guardaban sus cosas y se disponían a salir. Borré el pizarrón porque ya no sabía qué hacer.

Sonó mi teléfono. Respondí enseguida.

-¿Bueno?

-Eso fue rápido -era EunJoo

-Hola -no pude ocultar la desilusión en mi voz

-¿Qué haces? -por el ruido que escuchaba debía estar en la calle.

-Trabajando

-Obvio. ¿Qué harás mañana? Espera no... ¿tienes tiempo?

-No creo. ¿Por qué?

-Hay un chico del salón que quiere que salgamos todos juntos, ya sabes: película, café, centro comercial, nada fuera de lo común.

-Suena bien, pero no puedo. Ve tú y diviértete

-Le dije que dirías eso. Lo intenté. Nos vemos después

-Adiós.

Era todo. Tenía que aceptar que ese empleo no era para mí. ¿Tres días no era el margen de espera mayormente aceptado por los solicitantes antes de darse cuenta que habían sido rechazados?

Me desplome en la silla y cerré los ojos. El salario era tan bueno, y el horario era más o menos como el de la cafetería, creí que ya podía olvidarme de los perros, las tutorías y el café, haciendo cuentas si entraba a esa empresa hasta podía dejar la clínica. Sentía como si hubiera volado muy alto y de pronto tuviera que darme cuenta que las alas ya no estaban y yo iba directo contra el piso. El aura negra que me rodeaba iba en aumento.

El teléfono sonó de nuevo.

-EunJoo en serio no pue...

No era EunJoo

-Usted aplico para entrar como personal en la agencia ¿cierto?

-S-i -tartamudee y me tallé los ojos para asegurarme de que no fuera un sueño.

- ¡Felicitaciones! Fue seleccionada. Agradeceríamos que empezara lo más pronto posible.

-Claro, tengo algunas cosas que arreglar pero el lunes puedo estar ahí.

-De acuerdo entonces. Bienvenida.

Colgué sin terminar de creerlo todavía. Cuando fui consciente de ello grité como loca, salté y di vueltas de la emoción.

Pensaba que en la entrevista me había ido terrible. Aunque exageré bastante también.

¡¡Lo logré!! En serio lo logré

Las alas aparecieron de nuevo y ya no me estrelle contra en suelo.