Una chica logra irse a vivir a Corea gracias a un intercambio escolar, pero una vez ahí se dará cuenta de que las cosas serán más complicadas de lo que esperaba. La escuela y el trabajo ya la tienen lo suficientemente ocupada y las cosas se complica...
El cambio antes y después del Comeback era enorme. A la hora de regresar se presionaban demasiado a ellos mismos tratando de dar su mejor esfuerzo. No querían decepcionar a nadie y deseaban mostrar siempre algo mejor que lo anterior. Era difícil, pero me daba cuenta que encontraban su recompensa en los escenarios, sus miradas cambiaban al escuchar los gritos de los cientos de chicas que acudían a apoyarlos y de alguna forma encontraban en ellas cierta fuerza para recargar sus baterías. A veces me sentía en sintonía con las fans, ellas los apoyaban cuando estaban arriba, y yo... una vez que bajaban.
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Esta semana había sido una locura, el grupo acababa de lanzar su nuevo mini álbum y las actividades de promoción no se habían hecho esperar, los chicos solo habían estado durmiendo 4 o 5 horas diarias debido a lo cargada de la agenda. Al menos ellos recibían energía de sus fans. Yo lo único que recibía eran exámenes porque estaba en parciales. Este era mi cuarto día sin dormir y me había convertido en un zombi. Todos los días corríamos de un lado a otro, tan ocupados que a pesar de estar juntos todo el día apenas y nos veíamos.
Lo cual resultó ser de ayuda porque no tuve que esforzarme todo el tiempo por caminar normal y ellos no notaron lo mucho que cojeaba cuando lo hacía.
La inflamación de la pierna todavía no acababa de bajar y los hematomas que en un principio tan solo eran rojos, con el paso de los días habían empeorado hasta volverse de color negro. Debido a las circunstancias y a la falta de tiempo, había tenido que tratarlo únicamente con compresas calientes por las noches y un par de analgésicos por las mañanas para el dolor. De una forma u otra funcionó y ahora parecían estar adquiriendo un tono más purpura con algunas zonas verdes en algunos lados. El brazo no lo tenía mucho mejor, los cardenales no eran tan intensos y dolían muchísimo menos, pero debido a los raspones lucían aparatosos. Estaba agradecida de que la primavera no fuese lo suficientemente caliente aún como para seguirme permitiendo usar mangas largas.
Sonó el timbre que daba por finalizada la clase, salí sin poder creer la calificación que estaba en el examen que había contestado hoy y que aún seguía en mis manos, apenas había estudiado, no había dormido y con todo eso había sido de las mejores de la clase. Todavía sentía los ojos pesados y mis ideas no parecían seguir una secuencia lógica, pero si era capaz de contestar un examen entonces aguantaba un poco más.
