Amor y amistad III

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-¿No ibas a ayudar a Hoya hyung? -Preguntó SungJong cuando íbamos de regreso a casa- Me sorprendió que cambiaras los días cuando ya tenías una cita con él.
-Eso no era una cita -Contradije- DongWoo se ofreció a hacerlo en mi lugar.
-¿Hoya lo sabe?
-Supongo, sería raro que no lo hiciera. ¿Por qué hyung me diría a mí y no a él?
-Algo no está bien -dijo aumentando la velocidad.
-No vayas tan rápido, todavía no controlas tan bien el auto.
Me miró con cara de pocos amigos y no disminuyó la velocidad. Llegamos al departamento en menos tiempo del normal.
SungJong debía de tener más intuición que yo, porque su predicción resultó ser correcta, al pasar la puerta, una oscuridad nos recibió.
-¿Qué paso? ¿A dónde fue todo el mundo?
-Vámonos -Ordenó con una voz varonil viendo al teléfono.
-¿En serio pasó algo?
-Apúrate
Jaló de mi mochila y me arrastró hasta la entrada y de regreso al auto. Comencé a preocuparme y tomé el lugar del conductor.
-¿A dónde vamos? -Pregunté seria abrochándome el cinturón.
Puso la dirección en el GPS y al segundo vistazo me di cuenta que era la agencia.
-¿Por qué vamos para allá?
-El presidente acaba de mandar un mensaje, todos están reunidos, solo faltamos nosotros.
Entramos a la agencia corriendo y una de las secretarias nos esperaba ya, al parecer debíamos ir a la sala de reuniones.
Traspasamos esa puerta tan rápido como pudimos, y aunque no sabía que esperar, cualquier cosa me hubiese sorprendido menos que aquello.
Todos se encontraban sentados alrededor de la gran mesa redonda que había en el centro, Hoya y DongWoo tenían un par de golpes en la cara y al frente estaba MyungSoo con la mano envuelta en una compresa de hielo, los demás se habían sentado al azar, excepto SungKyu que estaba grabando un programa en ese momento. El silencio era tan profundo que nuestra llegada resulto ser ruidosa en demasía.
-A partir de este momento y durante un periodo de tres meses, tu salario será reducido a la mitad, perderás un día de descanso y tendrás que ayudar al departamento de traducciones hasta fin de mes -El presidente habló con voz tranquila dirigiéndose a mí, al igual que si estuviese leyendo los resultados de un partido de futbol.
Llevaba en esa oficina casi quince segundos y lo único que sabía era que estaba recibiendo una especie de castigo.
-Ella no ha hecho nada -Protestó Hoya- Nosotros tomaremos la responsabilidad...
-Tú no tomaras la responsabilidad de nada. Ninguno de ustedes lo hará. Cada uno de ustedes seguirá con sus actividades como fueron planeadas, esconderán eso con maquillaje o hablaran con el director, no me importa. Las agendas no se moverán.
-De acuerdo pero... -Trató de intervenir WooHyun
-Lo dije claro desde el primer momento. Si ustedes se comportan de esta manera, es ella la que paga las consecuencias. Si quieren que no sea así, piénsenlo dos veces la siguiente vez que quieran cometer otra tontería.
Terminó de hablar y salió dando un portazo.
No dije nada, ellos tampoco lo hicieron. Ni siquiera me miraban, tenían los ojos pegados al escritorio y le veían con frustración y enojo. Dejé la mochila en una de las sillas disponibles y salí de la oficina.
En realidad no me importaba el castigo, tanto como lo que había pasado entre ellos que desatara la "pelea". Hoya solía ser impulsivo, sí, pero DongWoo era todo lo contrario, y ¿en dónde entraba MyungSoo?
Me sentía como una egoísta, todo este tiempo solo había estado concentrada en mis propios sentimientos, en mis propios problemas, sin prestar atención a los de ellos. Traté de recordar si alguno había estado más serio de lo normal, si hubiese actuado extraño, mencionado algo, pero además de L, no era capaz de pensar en otra cosa.
Regresé a la sala con el botiquín de primeros auxilios. Me acerqué a DongWoo, y una vez más, después de muchos meses, volví a curar sus heridas, que no eran tan graves como la primera vez. Continué con Hoya, que no dejó de mirarme todo ese tiempo, tal vez esperando que dijera algo, pero no lo hice, aun buscaba las palabras adecuadas para hacerlo.
Cuando llegué a MyungSoo me apartó las manos, lo ignoré y volvi a sujetarlo con fuerza, quité la compresa y dejó de resistirse. Hice mi mejor esfuerzo para concentrarme y que mis manos no temblaran o que mi respiración no cambiase. Tenía la mano con los nudillos heridos y llenos de arañazos con pequeñas marcas de sangre ya seca.
-¿Por qué pelearon? -pregunté cuando terminé, en un tono relajado y sentándome en la mesa.
Esperé, pero nadie abrió la boca.
-Entiendo -Carraspeé hasta que pude encontrarme con los ojos de todos- Voy a pedirles disculpas -Vi sus intenciones de hablar y levante una mano para detenerlos- Admito que últimamente no presté atención a muchas cosas, siento no haberme dado cuenta de todo esto y que llegara a este punto -Agregué- Voy a preguntar solo una cosa y no volveré a tocar el tema, ¿Es algo que puedan solucionar solos? No a golpes, de otra forma.
Asintieron despacio y decidí creerles.
-Bueno... Entonces... ¿Quién va a comprar la cena? -Dije sobándome el estómago que justo en ese instante comenzó a gruñir pidiendo comida- Quiero pollo frito.
-¿Tienes hambre? -Me reclamó SungJong escéptico- ¡Comimos pollo!
-¡Eso fue una ensalada! Por supuesto que tengo hambre.
-¿Cómo puedes no cambiar ni un poco ni siquiera en esta situación?
-¿Por qué? -Me quejé
-¡Acabas de perder tu sueldo y no te importa!
-No lo perdí, solo se hizo chiquito -Hice pucheros moviendo los brazos como un niño pequeño- Por eso estoy pidiendo que me compren la cena.
WooHyun soltó la carcajada en ese momento y poco a poco el resto comenzó a reírse. SungJong y yo les miramos sin entender aunque con un sentimiento de alivio en el fondo.
-Yo lo compraré -Se ofreció DongWoo- Voy a llamar por teléfono para ordenar
-Comamos en casa
-De acuerdo, ordenaremos en el camino.
Salieron de la oficina con una cara mucho menos oscura que antes, mientras guardaba las cosas de nuevo en el botiquín, Hoya y DongWoo se dirigieron miradas y después de unos segundos DongWoo asintió y se llevó a MyungSoo de la oficina, de modo que Hoya y yo quedamos de último.
-Lo lamento -Comenzó avergonzado- Hyung tiene razón, supongo que hay cosas que no puedes cambiar. No fue mi intención hacer las cosas más difíciles para ti.
Le despeiné el pelo porque su rostro se veía realmente triste.
-Si los hyungs lo dicen, supongo que debe ser verdad -Yo por ejemplo, no podía cambiar el hecho de que MyungSoo me gustara y tampoco el que me ignorase ¿o...?- ¿Eso fue lo que paso?
-No quería darme cuenta de cómo eran las cosas. Soy demasiado testarudo, supongo, aunque no soy el único.
-Todos lo somos. ¿Estás mejor ahora?
-Voy a estarlo -Estaba a punto de decir que podía contar conmigo, antes de que pusiera su dedo en mis labios para impedirlo- Pero es algo con lo que tengo que lidiar yo. En realidad es algo con lo que todos debemos lidiar por nuestra cuenta.

Llegando a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora