De camino al apartamento comencé a inquietarme.
—¿Vamos a decirle a los chicos que...?
—¿Estamos saliendo? —Completó MyungSoo.
—Si —Acepté en voz baja.
—Supongo que lo darán por hecho una vez que lleguemos ahí —Suspiré aliviada aunque me preguntaba cómo es que ya lo suponían— De lo que no vas a salvarte es de explicar porque mentiste sobre tu accidente.
Tragué saliva.
—¿Mentí? —Pregunté inocente.
—Sabemos que InHa lo hizo. Ya puedes parar.
—¿Cómo...?
—Ella misma lo dijo. Estábamos discutiendo y en un descuido terminó confesándolo todo.
El chofer del taxi nos miraba curioso pero no decía una palabra al respecto. Era de edad avanzada y no tenía idea de quien era L así que estábamos a salvo y podíamos conversar aunque supongo que nuestra charla era un poco extraña para cualquiera que escuchase.
—Ah... —Me resultaba difícil imaginar semejante situación y lo que debieron haber dicho para que perdiera el control de esa manera.
—Si no supiera lo lastimada que estas hubiese insistido en tener una cita hoy.
Hice un mohín, cabizbaja. Yo también quería ir a una cita con él y si no fuera porque notaba como las energías se me iban poco a poco también hubiese insistido.
—Pero tienes razón —Dijo en voz baja entrelazando su mano con la mía— esto es más que suficiente.
Asentí sonriendo sin poder evitarlo.
—El amor llega a nosotros como una casualidad, pero es el tesoro más grande que podemos tener y defenderlo es más difícil que encontrarlo —Expresó el conductor de forma inesperada antes de que bajáramos del auto— son jóvenes y un amor capaz de acelerar sus corazones no será fácil de hallar una segunda vez. Pero al final del día, el dolor, la espera, la alegría incluso las lágrimas, un viejo como yo puede decirles que vale la pena.
Ambos nos miramos perplejos ante el comentario de aquel señor y el significado tan grande que encerraban sus palabras.
—Así lo haremos —Agradeció MyungSoo— Gracias.
Respondió con una inclinación de cabeza antes de arrancar y desaparecer a lo lejos, dejándonos una lección que con el tiempo aprenderíamos lo preciada que era y gracias a la cual saldríamos adelante en el futuro.
Tan pronto como pasamos la puerta las cabecitas de las personas que estaban adentro se asomaron para recibirnos.
SungKyu y SungYeol habían salido por actividades en solitario.
—¿Por qué estas dejando que camine sola? —Lo regañó Hoya.
—Puedo caminar sola —Objeté.
—No mientras estés bajo nuestros cuidados —Rechazó WooHyun que sin preguntar me tomó en brazos para llevarme hasta mi recamara.
Estiré una mano hacia L que sólo se reía del curso que habían tomado las cosas.
—Te dije que me dejaras hacerlo o de lo contrario lo harían ellos —Se burló recordándome la discusión que habíamos tenido hace un rato y en la que efectivamente me había advertido que esto pasaría.
—No olvides la medicina que recetó el médico —Me recordó WooHyun antes de salir y dejar que me cambiara.
Me tiré en mi cama con una sonrisa tan grande en el rostro que apenas podía con ella. ¿Esto en serio estaba pasando?
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Llegando a ti
Fiksi PenggemarUna chica logra irse a vivir a Corea gracias a un intercambio escolar, pero una vez ahí se dará cuenta de que las cosas serán más complicadas de lo que esperaba. La escuela y el trabajo ya la tienen lo suficientemente ocupada y las cosas se complica...