No es un príncipe... pero llegó a mi rescate

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Me obligué a abrir los ojos y distinguí una silueta a lo lejos, me senté y traté de enfocar mejor, MyungSoo se acercaba corriendo, y cuando me vio pareció ir todavía más rápido.
-¡Aquí estabas! -Exclamó aliviado
Se hincó para estar a la misma altura que yo, tomó mi mano y tiró de ella para envolverme en un abrazo.
Estaba perpleja y sin saber que hacer pero ya no tenía miedo ni estaba asustada.
-Ya está bien... Ahora ya todo está bien... -dijo consolándome al tiempo que me acariciaba la cabeza
Y por primera vez en todo el día dejé salir las lágrimas que había estado conteniendo todo este tiempo.
No dijo nada cuando empecé a llorar... tan solo siguió abrazándome y se lo agradecí.
Agradecí que me dejara llorar en silencio hasta que el nudo que tenía en la garganta desapareciera. No sé cuánto tiempo paso, pero cuando estuve lista me separe un poco para verle la cara y asentí en señal de que ahora ya me encontraba mejor.
Estiró la mano para secarme las lágrimas que todavía quedaban en mi rostro y de ahí, ésta se dirigió hasta una de las comisuras de mi boca (la que tenía el golpe) hice un gesto de dolor cuando su dedo llegó hasta ahí, retiro su mano cuidadosamente, miró mi labio furioso. Sacudió la cabeza y se puso de pie.
-Vamos que todos están preocupados -estiró una mano para ayudarme.
Asentí y tomé la mano que me ofrecía, la cual estaba más cálida de lo que esperaba o talvez era la mía la que estaba demasiado fría, pero en cuanto trate de ponerme de pie, grité debido al dolor, ahora a comparación de hace un rato me dolía todavía más.
-¿Qué pasa?-preguntó preocupado
-No es nada -dije restándole importancia- Voy a estar bien en cuanto se me pase...
Antes de que pudiera terminar se arrodilló y tomó mi pie entre sus manos para revisarlo.
-Está inflamado, debiste habértelo lastimado todavía más caminando. Sube -sugirió ofreciéndome su espalda.
-ah... no... no te preocupes... Está bien... no duele tanto -tartamudee nerviosa
Resopló
-Sube, o ¿prefieres que te lleve en brazos? -amenazó levantando una ceja.
Me mordí el labio. Si me llevaba en brazos iba a ser más vergonzoso, porque yo de seguro me pondría toda roja y él lo vería, además me preocupara lo pesada que resultara ser
Vacilé.
-Sube -ordenó una vez más- sé justo lo que estás pensando. Pero no soy tan débil ¿sabes? Tampoco sería la primera vez que te llevo así.

No supe que contestar a eso, y simplemente me quede en blanco.
-Entonces será en brazos -decidió poniéndose de pie
-¡No! -grité dando un paso hacia atrás al tiempo que me arrepentía de haberlo hecho porque sentí el pinchazo al instante.
-¿Lo ves? -Reclamó molesto- vas a lastimarte más si sigues de terca ¿vas a subir o te voy a llevar como yo quiera?
Revisé mis opciones mentalmente y ninguna podía clasificarse como la "mejor"
-De acuerdo -me rendí en voz baja subiendo a su espalda.
Una vez que estuve arriba, se levantó sin esfuerzo y empezó a caminar.
-¿Estamos muy lejos? -pregunte preocupada
Se rio por lo bajo
-No, de hecho no ¿Cómo pudiste haberte perdido aquí?
-¿eh?
-Este es el internet al que vinimos hace unas semanas de incognito -dijo señalando un edificio a su izquierda.
-¿ese es? -conteste incrédula- ¿y cómo se supone que lo tengo que reconocer? Solo vine aquí una vez, no es como si me hubiera aprendido el camino...además, ¿tienes idea de cuánto llevo caminando?, de noche todo luce exactamente igual para mí -conforme hablaba me mostraba más molesta pero conmigo misma por no haber puesto más atención
-¿Cómo puedes ser tan torpe?

Gemí. ¿Cómo podía yo ser tan despistada?

MyungSoo tenía razón cuando había dicho que era fuerte, en realidad lo era, más de lo que yo pensaba. Su respiración seguía regular y sus pasos era firmes, aún conmigo a cuestas. Me sentía como si él fuera una especie de príncipe que había llegado a rescatarme.
-No vuelvas a hacerlo ¿vale? -dijo rompiendo el silencio en tono serio
-¿Qué cosa? -pregunté curiosa
-Hacer que me sienta así otra vez
-¿Cómo?
-Cuando EunJoo llamó y dijo lo que te había pasado... -dijo con voz ahogada- no sabía dónde estabas -se detuvo un momento y apretó los puños con fuerza- Y cuanto más tiempo pasaba y no podíamos encontrarte, solo pensaba ti y en lo que podías estar pasando y yo... yo no podía hacer nada. No quiero volver a sentirme así...
Imaginarlo preocupado a causa mía, hacía que mi corazón se sintiera estrujado, culpable y triste. Si sus ojos tenían el mismo matiz que su voz, entonces no me sentía capaz de verlos.
Debía ser muy mala por dentro, porque aun con todo eso, sus palabras me reconfortaron y el que se hubiese preocupado me gustaba más que el hecho de que fuese indiferente como solía serlo.
-Lo siento...y....gracias -dije en voz baja apoyando mi cabeza en el hueco de su hombro.
"Gracias por haberme buscado, por haberte preocupado, gracias por venir corriendo y por llevarme ahora"
Se detuvo unos segundos sorprendido ante mi inesperado movimiento.
-No hay de que -contestó en voz baja pero segura.
Siguió caminando un poco más hasta que fui capaz de distinguir los departamentos. Sonreí pero también estaba un poco triste... nuestro momento había acabado.
No me bajó hasta que estuvimos en nuestro piso y frente a la puerta y cuando la hubo abierto me cogió en los brazos.
Ahogue un grito de la sorpresa. No sabía qué hacer... ni siquiera quería respirar, su rostro estaba muy cerca del mío y eso me impedía tener un pensamiento más o menos coherente.
Entramos a la sala en donde estaban al parecer todos reunidos. Me dejó en el sillón y después desapareció en el baño sin decir una palabra.
Una vez que L se marchó el primero en acercarse fue WooHyun, se había puesto pálido y sabía exactamente lo que iba a decirme así que hablé primero
-Ya sé lo que vas a decir y no tienes que hacerlo. Así que quita esa cara antes de que te la quite yo -amenacé sonriendo y mostrando mi puño amenazador en broma.
Sonrió pero la tristeza se mantuvo en sus ojos logrando que un nudo se formara en mi garganta.
-Estoy bien -Repetí seria, estiré el brazo y le revolví el cabello en un gesto cariñoso- Siento haberlos preocupado, es por que soy demasiado torpe.
-Eso no es cierto. Si no fuera por...
-No -Lo detuve- Mírame
Se mordió el labio dándole vueltas a mi petición, no era tan dificil pero le tomó varios intentos lograrlo
-Después de todo el tiempo que llevo aquí ¿En serio crees que algo como esto puede afectarme? -le dije seria y después de unos segundos de examinarme negó con la cabeza- Exacto. Lo que paso hoy no tiene la menor importancia para mí y tampoco debe tenerla para ustedes. Lo haría de nuevo. Si un montón de niñas esta molestandolos no voy a quedarme quieta... No es mi estilo -le di unas palmaditas en la cabeza, poco a poco una sonrisa sincera apareció en su rostro y supe que estaría bien.
-¡¡aishh esta niña!! Siempre causando problemas -dijo SungKyu con tono bromista al tiempo que me revolvía el cabello como había yo hecho con WooHyun
-¡Ya! -me quejé quitándole las manos y acomodándome el cabello.
Todos se empezaron a reír y la atmosfera pareció aligerarse un poco.
-¿Qué fue lo que paso? ¿Cómo fue que de entre todas las fans tuviste que encontrarte precisamente con "esas" fans? -Preguntó Hoya en tono serio y pensativo -es que ¿tan mala suerte tienes?
Las risas se detuvieron, y yo sabía que no iba a poder alargarlo mucho más, era algo que iba a tener que decir de todos modos así que pensé mi respuesta bien antes de decirla en voz alta. Gruñí para mis adentros. EunJoo...
-La verdad yo también creo que fue demasiado mala suerte -contesté con una mano en la barbilla- se suponía que debía encontrarme con EunJoo en un café, así que me dijo que tren debía tomar y en que estación bajarme, pero perdí el primer tren así que esperé y subí al siguiente, tenía menos gente y pensé que había sido mejor, bueno después de eso el celular empezó a sonar y yo la verdad no había visto que ellas estaban marcando así que cuando me preguntaron no supe que hacer y salí corriendo. Eso fue todo... Como corrí no supe dónde estaba y me perdí -sonreí para disimular la mentira.
Me sentía mal por mentirles... pero decirles la verdad era más difícil porque no quería se preocuparan todavía más.
-Pero ¿y esto? -inquirió SungYeol tocando mi labio
-¡¡auch!! -me quejé e hice una mueca de dolor al contacto con su dedo
-¿Y esto? -dijo SungJong agarrándome el pie
Arrugué la nariz.
-¡Ah! Eso... bueno eso... yo... la verdad es que yo... -todos me miraron impacientes esperando mi respuesta- eso... me caí cuando iba corriendo.
-¿Te caíste?
-Sí, me caí -dije con una risita nerviosa
La verdad por lo regular mentir no se me daba bien, pero justo ahora era todavía más difícil porque todos estaban mirándome fijamente y eso me ponía muchísimo más nerviosa.
-Vale, entonces que pasó con el teléfono ¿Por qué no contestabas? -continuó SungJong entrecerrando los ojos.
-Bueno... eso...
-Vámonos -ordenó L acercándose desde la puerta del baño hacia donde estábamos.
-¿Eh? -pregunté sin saber si era a mí a quien se dirigía.
-Pueden hablar mañana, por hoy lo único que necesita es descansar -cuando terminó de hablar volvió a tomarme en brazos y avanzó hacia donde se encontraba mi habitación, ante la mirada perpleja de todos.
-Espera -dijo Hoya tomándolo del hombro- las heridas...
-Lo sé -contestó indiferente y siguió caminando.
Una vez dentro de la habitación cerró la puerta con el pie y me deposito en la cama.
-Quítate eso -dijo señalándome
-¿De qué hablas? - pregunte sin entender a qué se refería
-eso... que te lo quites -dijo impaciente señalando mi pantalón
-¡¡¿QUE??!! -Grite molesta- ¡¿Cómo que me lo quite?!
-No... bueno.... -tartamudeó y después contestó molesto- Lo que quiero decir es que te pongas la pijama... ¿Que no te has dado cuenta que tu pantalón está roto?
Lo mire sorprendida primero a él y después a mi pantalón... era cierto, de la parte de la rodilla estaban rasgados, se debieron de haber dañado cuando me lastimé el pie.
Entonces él se dio media vuelta y de un cajón sacó mi pijama y me la arrojó.
-Toma -dijo sin mirar y quedándose de espaldas a mí.
-De acuerdo, pero salte -acepté respingando la nariz.
Se bufó
-Tampoco es como si hubiera algo que ver.
-¡¡Fuera!! -grité lanzándole un cojín.
Rio por lo bajo y salió sin decir nada más. Ya sabía que no había nada que ver comparado con las modelos con las que trabajaba. No era necesario decirlo en voz alta, yo lo sabía perfectamente bien sin necesidad de escucharlo de él.
Suspiré al ver el pantalón a cuadros rojo con blanco y la playera enorme color negra que usaba para dormir. Con este pijama por supuesto que no había nada que ver.
-Listo -contesté cuando estuve lista.
Supuse que no se había alejado nada de la puerta porque cuando termine de hablar no tardo casi nada en entrar. Sostenía la cesta que usábamos de botiquín de primeros auxilios.
-¿Qué estás haciendo? -inquirí alarmada cuando se sentó y tomo mi tobillo.
-Quédate quieta -contestó poniendo pomada sobre la parte que se veía más roja y que estaba más hinchada.
Después de vendar mi pie sacó un pequeño spray antiséptico y tomó mi brazo para aplicarlo sobre los rasguños que tenía por todos lados.
Cada vez que roceaba spray sobre alguna herida, esta me ardía así que no paraba de quejarme y me seguía moviendo para que dejara de ponerlo.
-¡¡ay en serio!! Quédate quieta -se quejó volviendo a tomar mi brazo para ponerme la bendita.
-¡¡Pero duele!! -dije en tono chillón y haciendo pucheros
Me dio una sonrisa burlona.
Trate de moverme lo menos posible pero hacia caras cada que me ponía una bendita, permanecimos en silencio durante un rato hasta que termino de curarme los brazos.
-¿A mi si me vas a decir que paso... o también vas a querer que me trague tus mentiras? -preguntó alzando una ceja.
Lo mire sorprendida. Entonces ¿sabía que les había mentido a los demás en la sala?
Me lanzó una mirada divertida al ver cuánto me tardaba para darle una respuesta. Pero no se me ocurría que decir.
-Bueno... yo... ¿para qué quieres saber? -pregunté dudosa.
-Buena pregunta... -Dijo pensativo- ni siquiera yo sé porque me preocupa... - pareció perderse en sus pensamiento durante unos segundos hasta que sacudió la cabeza y siguió hablando con un tono mucho más alegre- debes estar honrada... eres la primera chica por la que hago todo esto -señaló la cesta con las vendas- además deberías darme puntos por no guardar rencores
-¿De qué estás hablando?
-Tú no hiciste esto por mí, pero sí por todos los demás -apuntó recordando la vez que se habían peleado- fuiste tan injusta aquella vez -me reclamó exagerando su expresión de tristeza
-Eso... eso fue porque tú -no me atrevía a decir en voz alta la palabra "beso", el calor se arremolinaba en mi rostro con el simple hecho de recordarlo- por eso yo...
-Ya entendí -contestó bromista- Siento lo de aquella vez
Me bufé porque estaba nerviosa y no sabía que decir. (Y los bufidos son geniales cuando no estás segura si va a fallarte la voz o no).
Se rio por lo bajo, tomo una bolsita con hielo y me la acercó a la cara, a la altura del labio.
Cuando sentí el frio, instintivamente me alejé e hice un gesto de dolor.
-No te muevas -indicó con voz baja y cuando termino de hablar puso su mano detrás de mi cabeza, para evitar que me moviera, y acercó nuevamente la bolsita de hielo.
Me abrumaba tenerlo tan cerca, así que cerré los ojos para concentrarme mejor y lograr quedarme quieta, pero aun así, soltaba un pequeño gemido de dolor cada que sentía el hielo sobre mi labio.
Estabamos tan cerca que casi podía sentir su respiración, trataba de contener hasta el aire y hacia lo posible para no moverme ni una décima.
Lo escuche carraspear de forma extraña y abrí los ojos, solo para encontrarlo con la cara como tomate y cubriéndose la boca con el puño como si estuviera avergonzado y quisiera disimularlo un poco con un repentino ataque de tos.
-¿Estás bien? -pregunte preocupada
-Creo que terminamos con el labio -habló demasiado rápido y atropellando las palabras.
-¿En serio? -Toqué mi labio- ni siquiera esta frio
-No importa... si quieres póntelo tu -Me ofreció la bolsita de hielo que tenía en la mano.
La tomé algo dudosa y comencé a ponerla ahí donde me dolía.
Observo cómo me ponía la bolsita sobre el labio sin voltear siquiera y después de un rato pareció recordar algo, se puso rojo de nuevo y empezó a toser otra vez.
-Creo que es todo... descansa -dijo poniéndose de pie para irse- llama si necesitas algo -antes de salir se detuvo y regresó sobre sus pasos- Sé que lo que le dijiste a WooHyun era en serio pero desearía que no lo hicieras más en el futuro. Si debes estar en peligro entonces no lo vale... nada lo vale.

Me quede como estatua aun después de que había salido, sus palabras me habian hecho estremecer por lo serias que eran y la voz con las que las había dicho. Aunque talvez yo les daba más significado del que en realidad tenían.

¡¡Estaba hecha polvo!! Hoy había sido sin duda una montaña rusa. Había pasado por todos los estados de ánimo en un dos por tres. Y aun así no podía decir que hubiese sido el peor día de mi vida, a pesar de aquellas estudiantes, no todo había sido malo.
Ni siquiera me tome la molestia de abrir la cama, solo cerré los ojos y después de casi nada caí en un profundo y dulce sueño

***

La única persona a la que en realidad le conté todo lo que paso fue a EunJoo. Después de aquella noche ninguno volvió a preguntarme nada acerca de lo sucedido, no sé si porque ellos habían hecho sus propias conjeturas o EunJoo se había encargado de "ponerlos al tanto". No sabía cuál de las dos era... pero estaba agradecida de no tener que dar explicaciones.
Me negué a ir al hospital al día siguiente, pero se necesitó de horas de convencimiento y una amenaza para conseguir que fuera, eso sí, fue un NO rotundo de mi parte cuando comenzaron a decidir quién me acompañaría, ir sola fue mi única condición para acceder.
Pasé por un fastidioso trámite para recibir la consulta, y después para las placas que el medico solicitó. Yo sabía que no era nada grave y el medico concordó conmigo después de ver las radiografías, estaba aliviada de escucharlo hasta antes de agregar "pero aplicaremos un yeso para evitar complicaciones"

Bajar del taxi, caminar todo el vestíbulo hasta el elevador y para colmo el pasillo hasta el departamento resultó ser más agotador que la caminata del día anterior gracias al yeso que me volvía todavía más torpe al avanzar debido lo pesado que era.

-No podemos dejarlo así -se quejaba WooHyun cuando por fin llegué a casa.
-Estoy de acuerdo con él, habrá que buscar la manera de encontrar a los responsables -la voz de MyungSoo se escuchaba considerablemente molesta
-Entiendo que estén molestos pero las cosas solo van a complicarse más si... -la presencia del manager Ryul fue totalmente inesperada
-¿Cómo vamos a encontrarlos si no nos quiere decir nada? -agregó SungJong
-Tendremos que preguntarle de nuevo -escuchar a Hoya solo me hizo sentir ansiosa sobre si esa persona que planeaban interrogar resultaba ser yo
-¿Qué pasa? -pregunté con cautela
No habían notado mi presencia hasta ese momento. Quería que contestaran mi pregunta pero en lugar de eso dirigieron su atención hasta la bota blanca de yeso que me rodeaba desde la mitad de la pantorrilla hasta la punta del pie.
Traté de llegar como pude hasta uno de los sofás, WooHyun que estaba más cerca, me levantó en vilo y me llevó hasta allá. Me tomó por sorpresa aunque aparte de sentirme apenada no me puse roja ni me sentí nerviosa como cuando lo había hecho L.
El manager amablemente fue el único que hizo caso a mi petición y me explicó de qué iba la conversación. En pocas palabras intentaban hacer todo el asunto más grande, querían poner una denuncia o algo así, porque mencionaron algo relacionado con la estación de policías y mi declaración.
La conversación se alargó hasta que el representante Ryul y yo fuimos capaces de hacerlos desistir, para empezar yo tendría que explicar porque tenía ese teléfono, lo que inevitablemente llevaría a mi relación con ellos, y si a eso le sumábamos la posibilidad de que se colara algo a la prensa...
No pudieron refutar nada contra eso, sólo pudieron lograr que el Sr. Ryul les prometiera que iba a ocuparse del asunto de forma discreta. Yo dejé en claro que no tenía la menor intención en tomar represalias y repetí una y otra vez mi historia de la caída.

Gracias a eso pude gozar de una semana y media de vacaciones, que era el tiempo que tendría el pie enyesado. Haciendo caso omiso al consejo de todos, no dejé de ir a la escuela y tampoco abandoné las labores de la casa, las hacía en secreto por las tardes, me era imposible seguir realizándolas durante las noches, una vez que ellos llegaban no podía hacer casi nada por mi cuenta. Durante todo ese tiempo me la viví. sin poder poner un pie en el suelo, por supuesto, en contra de mi voluntad, si intentaba dar un paso por mi cuenta, alguien, casi siempre MyungSoo, me descubría infraganti y terminaba yendo a todos lados en los brazos o la espalda de esa persona. A excepción de SungJong y SungYeol creo que usé a todos de transporte en alguna ocasión. Resultó tan frustrante y tan vergonzoso que no podía esperar que mis vacaciones terminaran.

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