Capítulo 37.

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Cuando me separé de él sabía que mi cara ardía, y a pesar de eso me sentía feliz. Él, aún estaba quieto y me miraba fijamente con media sonrisa tallada en su cara. Le devolví la sonrisa y automáticamente mi mirada bajó hasta sus labios: se notaban un poco más hinchados y me agradaba saber que yo había provocado eso.

-¿Y eso?- preguntó aún con gracia. Rodé los ojos bromeando.

-Eso. -contesté encogiéndome de hombros. El ladeó su cabeza, como siempre, y me estudio con la vista detenidamente.

-Supongo que algo hice bien…-alargó y solo me hizo reír un poco más.

-Pasa que te beso porque las cosas que dices son mucho más de lo que puedo soportar. Y a ratos te odio por provocar eso- forcé un puchero a lo que respondió con una carcajada.

-Eres adorable, Victoria.- me miró esperando mi reacción. Sabe que detesto que usen ese adjetivo conmigo. Frunci el seño y sonrió para luego seguir- y para variar no dije nada nuevo, ni intente sonar de alguna manera. Solo fui sincero- me enterneci. Por un segundo.

-Primero, no soy adorable.- él sonrió y negó mirando la arena. Luego, su mirada volvió a mi.- Y segundo, detesto que debas ser "sincero", porque de verdad que luego de tus ataques de sinceridad viene la etapa en donde TODO es opuesto y un error, y me confundo y te odio de nuevo y después…-me besó de nuevo.

Cuando nos separamos, una enorme sonrisa adornaba mi boca. Esto, era perfecto.

-No sé muy bien cómo decir perdón- susurró- pero como ya dije, soy bastante idiota.-pasó su mano por mi mejilla haciéndome cerrar un poco los ojos- y todo lo que pasó, todo lo que dije e hice fue porque soy impulsivo, extremista y odioso- me miró y sonrió de lado- pero, creo que me gustas-mis ojos en ese momento se llenaron de lágrimas de emoción- Me gustas de una manera extraña y única. Incluso ahora-sonrió- aunque parezcas una niña de 5 años emocionada porque recibirá el mejor regalo de navidad- Sonreí avergonzada- me gustas, y no sé qué más hacer para demostrarlo. -negué sonriendo-

-Esto está bien.

Pasó bastante rato en donde no dijimos nada, pero no porque no hubiese tema o porque fuera incómodo, sino porque era de esas situaciones en donde las palabras sobraban; yo lo miraba, me sonreía y bajaba la vista... Y eso sucedía cuando él me miraba también.
Al poco rato de esas miradas y la falta de palabras, Luke me hizo un gesto con su mano para que me acercara a él y eso hice.

-Es bastante tarde, ¿quieres dormir?- preguntó en mi oído. Asentí. No había querido admitirlo, pero el día había sido largo y sabía que las ojeras abundaban en mi cara. - Sacaré las demás frazadas- dijo buscando en su bolso.- Acuéstate para así taparte- me indicó. Sonreí de lado solo porque el que dijera eso me hacía querer morir de ternura, e hice caso. Me acosté pegada a la "pared" de tela de la carpa, y él luego de darme una mirada rápida, colocó la frazada sobre mi. Se lo agradecí.

-¿y tú? ¿Te acostarás también?- pregunté curiosa. Él levantó su vista y me miró. Luego de unos segundos asintió.

-Cerraré la carpa y me acostaré.... Contigo-dijo y me ruboricé. A los segundos, tomo el cierre de la puerta y nos dejó dentro de las paredes de tela: el viento sonaba fuerte afuera y la linterna era nuestra única fuente de luz, pero, a pesar de estar en el medio de la "nada", de madrugada y con un chico a mi lado, me sentía segura y no me importaba lo que pudiese pasar después... Esto era más que perfecto.
Luke se acomodó a mi lado y al estar acostado y tapado giró para mirarme fijamente.

-Si tienes frío durante la noche, avísame. Tengo otro poleron si necesitas- sonrei una vez más, enternecida.

-De acuerdo- dije y me mantuve callada mirándolo. Sus pecas, su expresión indescifrable y sus ojos que brillaban de una manera única me tenían en paz conmigo misma.

-Victoria-dijo ahora mirándome.

-¿si?

-Bésame, por favor. -dijo en un susurro casi interrumpido por la rapidez e impaciencia con la que mi boca llegó a la suya.

Beside YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora