Capítulo 57.

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El recorrido por la carretera fue tranquilo; creo que por los nervios me limitaba a cambiar las canciones y contestar a ciertas preguntas que Luke me hacía, pero debo admitir que me resultaba difícil y casi imposible iniciar yo un tema de conversación por miedo a arruinar el momento.

Cuando llegamos al lugar de la cita, mi estómago completo se contrajo: estábamos en la playa donde me había llevado meses atrás. El auto se detuvo, y con él, el hormigueo en mi estómago se hizo presente con aún más fuerza que al principio; volteé para mirarlo, y dado que me miraba con una sonrisa de lado, me limité a imitar su actuar y desabrochar mi cinturón de seguridad. El motor del auto se detuvo, y Luke volvió a mirarme haciendo un gesto con la cabeza indicando la puerta

-Ya podemos bajar, si quieres podemos caminar un poco por la playa.-Automáticamente sonreí y asentí con la cabeza. Adoraba que a pesar de todos nuestros momentos bajos, él recordara ciertos detalles como ese, que eran minúsculos a simple vista pero que para mí significaban el mundo. 

La noche estaba oscura como pocas veces, pero la Luna reclamaba soberanía sobre la costa alumbrando el mar y la arena, dando un tono un poco azuloso al ambiente. Cuando llegamos a la orilla de la playa, comenzamos a caminar lento y en silencio; por nervios yo miraba mis pisadas, mientras Luke caminaba en su clásica actitud confiada y en paz a mi lado izquierdo.

-Esto no es todo lo que haremos hoy, Victoria.- Comentó casualmente ya habiendo estado alrededor de tres minutos en silencio. Ante su llamado, levanté la vista y lo miré de manera serena

-¿Qué más hay en mente?-pregunté con una fingida calma dado que lo único que me interesaba era saber qué venia. Sonrió de lado, y miró hacia adelante.

-¿Ves esa luz que se ve un poco más allá?-indicó con su dedo. Miré y asentí- Bien, es un restaurant. Iremos a cenar ahí, y luego...-se quedó en silencio unos segundos- luego haremos otra cosa

-¿"otra cosa"?-pregunté ansiosa- por favor, dime que es-pedí alargando exageradamente la última palabra. Ante mi petición, solo conseguí de su parte una risa casi infantil, pero ante la negativa de respuesta me resigne a seguir caminando y esperar a ver qué era lo que deparaba.

Caminamos alrededor de dos minutos más, cuando sus dedos buscaron tímidamente los míos. Ante su tacto me paralicé un momento, así como mi corazón dejó de latir un instante para volver a hacerlo con mucha más fuerza y velocidad que segundos antes. Luego, se acercó un poco más, acortando casi totalmente la distancia entre nosotros al punto de que tanto nuestras manos como todo nuestro brazo y respectivos abrigos se rozaban ante el paso que llevábamos. Y fue ahí, repentino, tierno y cuidadoso, cuando tomó mi mano y la entrelazó a la suya brindándome un calor que nunca antes en mi vida había sentido; y sonreí, y mordí mi labio, y soñé despierta una vez más.

La luz del restaurant dejó de ser una simple luz al minuto en que salimos de la orilla del mar, cruzamos la arena seca y tocamos el pavimento del pueblo junto a la playa. El local al que íbamos tenía dos pisos y era de color blanco; por el ventanal principal se lograban divisar unas cuantas mesas ocupadas, la mayoría por parejas, lo que hacía sentir que el ambiente que se vivía dentro, era acogedor. Al llegar a la puerta principal, Luke se adelantó para abrir y dejar que yo pasara, a lo que agradecí con una inclinación de cabeza y una sonrisa sincera. Me puse en un costado mientras él entraba, y al ya estar conmigo, me hizo un gesto de espera, para caminar hacia el hombre que estaba junto a la entrada con la ubicación de las mesas. Al dar su apellido, el mesero nos llevó hasta nuestro lugar, el cual daba junto al ventanal que permitía ver la costa. Sonreí cuando corrió mi silla para que me sentara, y antes de ir a su puesto, pasó su mano por mis hombros ahora descubiertos, dejando una sensación de cosquilleo en la zona.

-¿Y bien? ¿Te gusta?-preguntó con una sonrisa de lado, algo inquieto. Asentí mientras le sonreía de la manera más sincera que tenía- Perfecto-dijo ahora satisfecho con mi reacción. 

-¿Qué puedo pedir para cenar?-pregunté timida. Él dejó de mirar la carta que tenía en sus manos con los posibles platos, y me miró serio.

-Lo que quieras, no vuelvas a preguntarlo-dijo serio pero no lo suficiente para sonar molesto. Me sonrojé ante su respuesta y bajé la vista. Sentí su risita de burla y lo miré- Realmente eres como una niña pequeña, Victoria.- Rodé los ojos fingiendo molestia, y él solo rió más. Luego, inmediatamente después de regalarme su sonrisa traviesa, movió su mano sobre la mesa a un encuentro corto pero tierno, con la mía que se encontraba reposando a un costado. Al sentir el calor y cosquilleo que ella me produjo, mi sonrisa volvió a asomarse casi por inercia, y solo en ese momento, su mano soltó la mía logrando su cometido. 

Luego de ordenar, nos dedicamos a conversar temas triviales que no lograban ponerme nerviosa; hablamos acerca de nuestros platos favoritos, de lo que más nos gustaba de ir a la playa y de nuestros amigos. A pesar de que Luke me veía en la escuela con Abie, realmente nunca me senté a contarle de ella y de nuestra amistad, lo cual me hacía sentir un poco culpable pues ella sabía todo acerca de mi situación con Luke y siempre estaba preocupada al respecto. Le conté sobre cómo nos volvimos las mejores amigas de la vida; de nuestras aventuras, de las tonteras que hacíamos y decíamos juntas, y de cómo a pesar de la distancia que habíamos soportado cuando yo dejé la ciudad, nuestra amistad pareció fortalecerse aún más. 

Después de mi larga narración sobre mi amiga, se dio paso a que Luke hablara de los suyos, lo cual si soy sincera me intrigaba, pues solo los veía juntos pero él nunca se había detenido a hacer mención de alguno de ellos.

-¿Realmente es necesario hablar de ellos?- dijo en lo que casi sonó como un berrinche. Asentí sonriendo-

-Por supuesto, es decir, te conté todo sobre Abie, me parece justo que me cuentes algo de ellos- levanté una ceja- al menos sobre uno de ellos- él sonrió rodando los ojos.

-Está bien- dijo finalmente.- Hablemos de Josh- asentí. Y se abrió como nunca antes. Me contó todo sobre su amigo quien, a pesar de estar dentro del grupo, parecía ser el más cercano a Luke. Se habían hecho cercanos después de que los padres de Luke se habían mudado de la ciudad, y al tiempo en que él y Derek habían dejado de ser amigos; Según la narración que hacía, Josh era el más empático y creativo de sus amigos. No sabía respecto de Lisa, sin embargo era el confidente de Luke sobre los demás temas de su vida. Era un mujeriego, pues era casi la regla del grupo, sin embargo era el menos idiota, y más maduro de los demás sin contar a Adams. Su color favorito era el verde, quería ser arquitecto, y secretamente disfrutaba mucho del teatro.

Me sentí plena; el que Luke fuera capaz de contarme cosas así, no me permitía dejar de sonreír, pues signficaba que de una u otra forma, confiaba en mí y que realmente estaba intentando que lo nuestro resultara. Cuando terminó su narración, le agradecí y fui yo quien tomé su mano; nuestras miradas se encontraron por largos segundos, y nada más que ellas eran el canal que nos conectaba; sentí que en cualquier minuto, mi mirada cedería producto de los nervios, sin embargo a pesar de esa idea, no podía dejar de contemplarlo. Era tan hermoso, que incluso pareciéndome imposible, luego de todo este tiempo con nuestros altos y bajos, verlo y conocer una parte de lo que había debajo de esa funda de chico rudo y sexy, lograba sentirme, increíblemente, más atraída por él. Luego de ese momento, que fácilmente pudo haberse asemejado con la eternidad, nuestros platos llegaron; comimos, reímos y coqueteamos a lo largo de toda la cena, y aunque me parecía imposible de creer, los nervios que me habían acechado durante todo el inicio de la cita, estaban en un lugar lejano: y fue ahí cuando entendí que yo estaba en lo correcto, que hacía bien de haber aceptado su cita, y que estaba segura, que esa era la oportunidad que necesitábamos para confirmar que lo nuestro debía existir.

Beside YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora