Capítulo 32

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Me había decidido por unos jeans negros, botines del mismo color y un chaleco delgado: no volvería a cometer el error de ese día y no iba a usar vestido de nuevo. Con Abie habíamos ido separadas del resto del grupo pues ellos andaban por el lado de Derek, pero según Abie ellos querían charlando conmigo y todo, pero preferían así por ahora por la incomodidad de la situación... Si era sincera no me interesaba tener o no una relación de amistad con ellos, por más indiferente, fría y antisocial que suene.
Abie estacionó el auto media calle más abajo producto de la gran asistencia y comenzamos a caminar por el asfalto guiándonos por la música. Al llegar y pisar el césped de la casa, Tremor de martin Garrix sonaba a todo dar por el equipo de música y todos los visibles ahí bailaban, saltaban, reían y se comportaban como jóvenes gozando de una fiesta... Como debía ser.
Entramos en la casa y busqué caras conocidas, pero a pesar de encontrar, la desgracia era que no hablaba con ninguno. Abie me llevó a la pista de baile y en un dos por tres saltábamos y reíamos histéricas como la gran mayoría de los presentes. La música entraba en mi y automáticamente me sentía eufórica... Lo cual era agradable de descubrir pues significaba que el alcohol no era lo único que me permitía ser así.
-Iré a buscar algo para beber,¿quieres?- le guiñé un ojo y rió abriendo paso entre la gente. Seguí "bailando" al ritmo de los demás intentando botar toda la energía que creía sentía acumulada en mí. Abie volvió y me dio un vaso de plástico rojo que, según dijo, tenía un poco de vodka y sprite. Di un sorbo y sonreí al tontamente seguir invadida por la sensación de que sería una buena noche. Lean on se escuchó a lo largo de toda la casa y mi cuerpo empezó a moverse así como mi boca empezó a tararear arrítmicamente los sonidos. Abie reía histérica ante mi imitación de la voz, hasta que decidí ir a sentarme un momento.
-Me duelen los pies, abie- dije con la voz alta para que pudiese escuchar. Abie rió y asintió- 

-te sigo-dijo y empecé a caminar abriendo paso entre la multitud. Visualicé un sillón en forma de L en una esquina del living, y me senté. Abie hizo lo mismo
-¿Qué tal la estás pasando hasta ahora?- preguntó al acomodarse a mi lado- La verdad bien, mejor de lo que esperaba- me encogí de hombros. Ella sonrió a labios sellados- No te quiero incomodar ni nada-comenzó- pero vi a Derek entre la gente- asentí aparentando indiferencia...aunque lograba sentirme MUY incómoda con eso- 

-Bien, sabíamos que vendría, no me importa demasiado- 

-demasiado- repitió Abie. Rodé los ojos-

-sabes a lo que me refiero- sonrió y asintió- 

-Hey, Abie- llamó una tercera voz. Ambas levantamos la vista y un chico rubio de ojos miel estaba ahí parado. Creía conocerlo, al parecer hacíamos gimnasia juntos pero no podía recordar su nombre- 

-Hola Thomas- saludó Abie. Así que Thomas era su nombre. Interesante.- 

-Em, verás.. Me preguntaba si querías bailar conmigo, ya sabes, todos bailan y tu aquí sentada..mh.-se notaba nervioso, pero le daba crédito por atreverse a hablarle a mi amiga. A pesar de las luces de colores ,noté como mi amiga se sonrojaba un poco y le sonreía.- 

-Muchas gracias Thomas, pero estoy aquí con mi amiga- 

-De hecho yo saldré un rato- interrumpí haciendo que ambos me miraran- No se me da muy bien esto del baile así que iré a tomar un poco de aire- 

-Vic...-susurro Abie. La miré y le sonreí- 

-Luego te busco, vayan a bailar, insisto- Thomas me sonrió en forma de agradecimiento. Abie me miró con cara "será mejor que arranques", pero en el fondo sabía que estaría agradecida. Ella no solía sonrojarse, así que él debía significar algo para ella.

Me levanté del sofá y caminé hasta la entrada. No mentía con eso de salir; adentro hacía muchísimo calor, ya me dolían los pies y tanta gente me incomodaba. El ante jardín estaba prácticamente vacío, así que me senté en una parte de cemento y comencé a tararear la letra de la canción que ahora sonaba. Respiré profundo y me relajé un rato, hasta que vi una espalda adelante de mi en un costado del viejo roble de la casa. Mi respiración se detuvo unos segundos al entrecerrar los ojos e intentar enfocar su brazo visible... El tatuaje. Mierda, estaba aquí.
Me cuestioné mil veces por segundo si ir o no a su lado, sobretodo al ver que cada cierto tiempo tomaba algún liquido de un vaso rojo (líquido que claramente no era jugo o bebida) . Me levanté aún tímida y sacudí mis pantalones un poco. Luego, comencé a caminar por el húmedo pasto hasta llegar a su altura, y al estar a unos dos metros de él, logré notar su perfil y ver cómo tenía fruncido el ceño y mantenía su mandíbula tensa. Miraba la nada, y siempre que hacía eso, me preocupaba.
-Umm, Hola.- interrumpí su silencio. Él no pareció verse afectado por mi voz, y tampoco giró su rostro para mirarme, pero su ceño se relajó.-

- Hey. -saludó seco. Mierda, sabía que esto no estaba bien. Tonta Victoria.-

- ¿qué haces aqui?- pregunte golpeándome internamente. Él pasó una mano por su cabello y giró para mirarme. Sus ojos se veían de una manera turbia, grises, como un remolino de sensaciones y sentimientos indescifrables para mi- 

-Quería tomar aire- dijo en un tono no tan desagradable a como creí sería. Asentí- 

-Ya veo...- dije y me fui apagando. -

-¿y tú?- preguntó quizás intentando no tornar esto así de incómodo. Volteé para mirarlo, y perderme de nuevo entre su mirada y sus lunares- 

-No se me da mucho esto de las multitudes, la verdad- dije sincera. Él asintió- 

-Supuse que algo así sería.- Sonreí de lado. Imitó mi gesto-¿y? - levantó una ceja-

- ¿"y" qué?- quise saber. Él sonrió- 

-¿esta vez cuál es tu excusa para acercarte?- preguntó y volvió a pasar su mano por el cabello. Me sonroje- 

-nada, solo quería saber si necesitabas compañía.- tomó aire y asintió- 

-Bien, ya te das cuenta que no.- Golpe bajo. No había cambiado, pero eso yo ya lo sabía. Asentí algo avergonzada y volteé para salir de ahí. Di dos pasos y una mano tibia rodeo mi muñeca impidiendo que avanzara. Me estremecí y volteé con cuidado- Ahora que ya estás, no necesito compañía Victoria.- respondió en un tono ronco. Lo miré y noté como su mirada y su expresión facial se notaba más relajada que hace un rato. Intente controlar mi respiración y asentí- 

-de...acuerdo.- respondí. Él sonrió de lado, de nuevo. Mirándome a los ojos. Porque yo era su compañía hoy. De nuevo. Pero por lo menos podía serlo hoy aunque me quisiera para unas horas.
Yo sabía que mañana me arrepentiría, pero ahora lo que fuera para estar cerca de él me sería suficiente.

Beside YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora