Capítulo 38

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Desperté por el sonido de las olas reventando en la orilla de la playa. Abrí mis ojos y aún era de noche, o por lo menos muy temprano en la madrugada y al mirar un poco noté que mi cabeza descansaba en el pecho de Luke: automáticamente una pequeña sonrisa se curvó en mi boca y la alegría me invadió. Besé por sobre la polera de Luke su pecho, él se movió un poco, luego, pasó su mano por la cara pero no despertó. Sonreí y volví a dormir...estaba segura y me sentía querida por el chico que quiero...mejor no podría sentirme.

No resistí mucho más acostado, aunque al ver la hora en mi teléfono me sorprendió que solo fueran las 7:15. Victoria ahora descansaba en el rincón de la carpa, y no pude evitar sentir ternura al verla domir allí.
Me levanté y con cuidado bajé el cierre de la puerta para poder salir: una vez fuera de la tienda, me acerqué a la orilla de la playa y sumergí mis pies en la arena mojada cuando las olas se retiraban. El día que empezaba a hacerse presente abundaba en nubes, sin embargo por primera vez en mucho tiempo, mi estado anímico no coincidía con el cielo, y me sentiade cierta forma feliz, pleno y tranquilo con mi conciencia.
Haber admitido lo qie de cierta forma sentía por Victoria no era fácil, más bien era um puto golpe a mi ego, pero si no lo hacía probablemente ella jamás me habría creído.

-¿Luke?- una somnolienta voz llamó a mi espalda. Automáticamente volteé y Victoria estaba cubierta con una frasada y con su cabello desordenado. No pude evitar sentir ternura, mas fingí indiferencia.

-Hey- ella pasó una mano por su cabello intentando despejar su rostro y sonrió de lado.

-Y bien...¿qué tal dormiste?- preguntó caminando hasta llegar a mi lado.

-Bien.- respondí. Ella fruncio el seño y volteó en dirección a la carpa.

-Victoria.- la llamé. Se detuvo y giró sobre sus pies en mi dirección. Estaba levantando una ceja y lucía enfadada.

-¿Qué?.- espetó molesta. La miré sin entender

-¿Por qué estas molesta?- rodó los ojos y volteó de nuevo para caminar a la tienda. Camine hasta alcanzarla. Sujete su hombro e hice que volteara.- Dime. -demandé. Ella bufó.

-Porque me alteras.

-¿Perdón?- respondi sin entender. Rasqué mi nuca anticipadamente irritado.

-Despierto y no te encuentro en la carpa. Salgo y te veo en la orilla de la playa y camino junto a ti para hacerte compañía. Pero, maldita sea,-espetó- basta que te hable para que luzcas irritado y eso me molesta porque ¡no he hecho nada!.

-Victoria no he dicho nada malo. -tiro su cabeza hacia atrás harta.-

-¡Ese es el problema! Nunca dices nada. -dijo notoriamente molesta. Y entonces Sonreí de lado. - ¿Que?- frunció aún más el seño ante mi gesto- te da risa. ¿Me estás jodiendo Luke?- rascó su nuca de manera molesta y eso solo me hizo reír más.

-Victoria, te enojas porque hablo o porque no hablo. Porque sonrío y porque no. Debes relajarte. -negó aún molesta.

-Es que contigo siempre siento que he metido las patas-dijo y bajó los hombros. Sonreí se ladi y me acerqué con intención de abrazarla.

-Pues ya sabes que no es así. Debes entender que soy más inexpresivo- la rodeé con mis brazos y ella imitó mi acción. - Y yo debo entender que eres una histérica. Estaremos bien.- dije bromeando. Sentí como se tensó bajo mi agarre y quise reír por lo que venía.

-Sueltame.-dijo molesta

-¿Y ahora qué?- dije aparentando seriedad. Se soltó de mi agarre y me miró de nuevo molesta.

-¿En serio preguntas? Me dijiste histérica, Luke. Y eso no es cierto. -y sr cruzó de brazos igual que una niña pequeña haciendo un berrinche. Me reí, haciendo que se enojara más.

-Era una broma, Victoria.

-Vaya broma-bufó ya un poco más relajada. Me acerqué de nuevo a ella acortando nuestra distancia y tomando sus caderas con mis manos-

-Ambos tenemos defectos, pero aprenderemos a lidiar con ellos, ¿de acuerdo?- sonrío por fin como la chica tierna que sé que es, y asintió juntando su frente con la mía.- Ahora iremos a arreglar nuestras cosas y te llevaré a casa.- hizo un puchero sin separar nuestras frentes.

-¿Y esto es todo?

-Por lo menos hasta la hora de almuerzo- dije.- así que vamos a guardar las cosas. -dije pero sin moverme ya que ella no lo hizo.

-De acuerdo-accedio.- Pero...

-¿Pero...?- quise saber.

-Dame un beso.- y Sonreí encantado ante su petición.

Sin esperar un segundo más, nuestros labios se juntaron haciendo que una vez más, calzaran a la perfección y lograra sentirme algo así como en paz con el mundo.

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