Capítulo 3.

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-Si,todo excelente aquí abajo- intenté bromear. Vi como su boca intentaba formar una sonrisa pero desistió al parecer sin saber cómo hacer una de manera correcta- 

-Bien- contestó aún en tono de disculpa. Lo miré directamente a los ojos,y noté como el café de ellos me absorbía. Su mirada era gentil,podía notarlo pese a tener una reputación de hijo de putas. Su nariz era larga y respingada en la punta; el puente al final de ella llevaba a unos labios casi pálidos pero carnosos. Suspire solo con la idea de algún día tocarlos. ¿Besaría tan bien como Abie dijo que se rumoreaba?. Sacudí mi mente hipotéticamente y noté que él aún me miraba extrañado- 

-¿También tratabas de escapar?-pregunté intentando crear algo de conversación. Me miró y pasó rápidamente su lengua remojando su labio inferior- 

-Al parecer eres curiosa-respondió seco. Maldije mentalmente al darme cuenta de que prácticamente estaba lanzando mis posibilidades de agradarle por la borda- 

-No, lo siento-baje la vista y sentí como me ruborizaba- 

-Y si, eso intentaba-respondió. Levanté la vista y vi como él caminaba de vuelta a la casa. Espeté- 

-¿Y ya no?- se detuvo y volteó en mi dirección. Vi como una media sonrisa adornaba su cara y me avergoncé de inmediato- 

-Creí que no eras curiosa-dijo divertido- Así que, te dejaré con la duda- me guiñó un ojo de manera confiada y regresó su paso hacia la multitud. Quizás después de todo, no estábamos destinados a conocernos-

Entré, y pese a que la casa se encontraba llena logré divisar unos ojos cafés en el fondo del salón. Me miraban, me miraban de manera casi amenazante y logré sentirme intimidada. Saqué mi vista de su toque,y caminé intentando encontrar a Abie;quería ir a casa.

¿En qué estaba pensando? Él era uno de los chicos más populares de su escuela,y lógicamente yo iba a parecerle un bicho raro. Además, tristemente para mi él era precioso. Sus ojos eran cafés, y tenía pestañas largas y tupidas dándole el efecto natural de delineado. Su nariz era recta, pero un tanto respingada; Al igual que el resto de su cara, tenía unos cuantos lunares pequeños con los cuáles más de alguna vez había soñado que lograría contarlos. Su boca era deseada con solo verla; el color suave y tenue que sus labios mostraban en compañía de la forma que tenían, eran tentadores.

Según me habían dicho, él tenía unos cuantos tatuajes coloridos que se había hecho el año pasado en su brazo derecho. Yo no sabía que representaban, pero según las especulaciones sin fundamento de la especie de fanáticas que tiene en la escuela, eran sobre su vida, y que pese a que no ha tenido gran fortuna, los colores representan el optimismo que ha intentado mantener pese a los años. Él era alto, posiblemente un poco más de un metro ochenta, y tenía la costumbre de ejercitarse de manera permanente. A mitad de semestre del año pasado había dejado el club de natación, ¿como lo sé?, pues mi mejor amiga iba a ver las competencias sólo para gozar de la buena vista que el castaño daba con su abdomen trabajado y lleno con más de esos lunares, y ahora que él no estaba, toda la natación había perdido su sentido.

Tenía fama de ser un rompe corazones, casi un chico malo. Abie siempre me dijo que no era conveniente estar con él porque solo se lograría estar una o dos noches, ya que luego de eso, dejabas de significar algo para él. Había tenido una novia formal, Kristen Harris, sin embargo habían roto cuando él la vio a ella y el capitán de soccer en los camarines teniendo sexo...ahí había acabado su relación y -según muchos- la etapa romántica y emocionalmente estable de Luke.

Y yo, sin embargo, era la chica nueva que volvía a su pueblo natal luego de unos cuantos años fuera. Yo era estatura promedio, castaña y de pelo liso. Era delgada,pero solo porque hacía unos años, producto del bullying me había vuelto adicta al control de mi peso con el fin de mantenerme delgada, lo que sabía, a la larga estaba mal, pero eran traumas que de una u otra forma, seguían en mí. Me gustaban las novelas románticas, y soñaba con tener a algún ángel caído enamorado de mi, sin embargo ya había asumido que eran realidades que no me correspondían. Y, hacía unos meses había visto a Luke y puedo afirmar que me había encantado.

 Lo vi una tarde de inicios de verano,cuando había ido a caminar por la orilla de la playa; me era una obsesión ver el atardecer mientras mis pies se sumergían en la arena fría y húmeda, y aquel día, además de hacer todo eso, lo vi: Él estaba sentado en la arena mirando perdidamente el mar. Su mirada era indescifrable, aunque su ceño se encontraba permanentemente fruncido. Recuerdo que, en el momento en que el sol se escondió detrás del horizonte, él se puso de pie, colocó la capucha de su polerón en la cabeza, y antes de que pudiera acercarme se fue y se subió a una motocicleta, dejándome con la incertidumbre de quién era él, y por qué siendo tan joven, lucía tan perdido. 

Y entonces antes de terminar de comentarle a mi mejor amiga,ella supo quién era. Claramente,porque no podías ver a tantos chicos así de hermosos diariamente en un pueblo mas o menos pequeño. No sé qué me había pasado con él, pero sentía que tenía que encontrarlo y conocerlo, y, es por eso que estaba aquí esta noche. Todo había sido calculado por mi y Abie. Yo era alumna nueva, pero Abie conocía a todo el mundo, por ende sabía a qué fiesta ir,y por supuesto,sabía si Luke iría o no...así de cierta forma podría toparme con él y sacarme las dudas de encima.

-¿Podrias contestar el teléfono? Te estoy llamando hace quince minutos y no hay respuesta de ti. Llámame-dije,y colgué al terminar el mensaje de voz. Debía estar en casa a las 3am,y pese a que aún quedaban dos horas para eso, no quería aburrirme en la espera, pero, yo era nueva, a la única que conocía era a Abie y ella no aparecía por ningún lado.

-Entonces estás sola-afirmo una voz ronca detrás de mi. Lentamente volteé y al toparme con esos ojos, solo supe sonrojarme.- Tranquila, no es necesario lucir como granada-bromeó él, sin embargo no logré reaccionar- Oh vamos,¿hace unos minutos querías saber todo de mi y ahora eres muda?, creí que eras distinta-bromeo. Tenía razón, más bien,yo no iba a quedar como estúpida frente a él-

-No encuentro a mi mejor amiga,y no conozco a nadie más-ladeó si cabeza y me estudió-

-Ouch-toco su corazón exagerando una expresión de dolor- ¿acaso yo soy nadie?-levanté una ceja-

-Ni siquiera sé tu nombre-mentí descaradamente, pero me mantuve seria. Él sonrió de lado y corrió con un movimiento de cabeza, un mechón de pelo castaño que cubría su frente-

-Cierto, qué desconsiderado-fingió vergüenza y estiró su mano- Soy Luke Adams, mucho gusto-dio una media sonrisa y sentí mis piernas flaquear-¿Tu eres?- Levantó la voz producto de la música-

-Victoria Collins-respondí en el mismo tono y estreché su mano. Un hoyuelo se asomó en su mejilla,y supe que esa era la sonrisa más hermosa que había visto en mi vida-Un gusto, Victoria-respondió cerca de mi oído. Asentí intentando aparentar normalidad-Lo mismo digo,Luke-respondí como pude-.

Beside YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora