Heridas de batalla [Megaman X]

37. Vínculos fuertes.

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- Vamos, Axl. Recuestate un rato.

- ... No, gracias. - dijo el pelirrojo mirando la cápsula frente a él. Él ya había visto a donde iban los cables que estaban conectados y le aterraba.

- Insisto. No seas descortéz.- terqueó Sigma. Axl sentía que tenía razón pero aún así se negó.

- Hablo en serio, gracias pero no gracias. ¿Qué se supone que harán conmigo...?

- Oh, Axl no te aterres. - arrulló Martei.- Pero no vamos a mentirte, - a el chico de la cicatriz le gustaba eso de los Mavericks, nunca le ocultaron nada y ellos eran muy trasparentes en lo que hacían.- Lumine tenía razón sobre tí, eres perfecto en batalla. Así que, cuando entres en esa cápsula, tus habilidades en combate y también información pasarán a una serie de prototipos de Reploids, ¿No es genial?.

- No puedo hacer eso. - le reclamó el pelirrojo al gran Maverick. Luego giró sobre sus talones para ir a su recámara.- No pienso ser un modelo de guerra.

- No es una opción, Axl.- reprochó Sigma mientras su mano caía en el hombro del pequeño.- es eso o...

- ¿O que?.

Un gritillo de dolor viajó hasta los oidos del pelirrojo, obligandolo a darse vuelta. Sus amarillentos ojitos se encontraron con una jadeante Cinnamon, golpeteada y moreteada a montón, los grandes Maverick que la escoltaban la dejaron caer con fuerza sobre el suelo mientras ella todavía recuperaba el aliento junto con un par de lágrimas. El ex-hunter quedó petrificado en su sitio, estaba horrorizado por la escena, ella estaba indefensa y vunerable... pero Axl no podía hacer nada, lo sabía. Cuando finalmente reaccionó, llamó su nombre, y aunque Gate lo tomara de los brazos tratando de detenerlo, no quitó el hecho de que corrió hasta ella para arrodillarse y abrazarla con consuelo. Cinnamon ocultó su rostro en el hombro del chico mientras acariciaba levemente un moretón en su delicada piel. Los pasos de Sigma se acercaron con decisión y sigilo, no titubiaba... ya tenía a Axl convencido y, con un lado débil, su plan se completaría en cuestión de días.

- Muy bien, Axl. La cápsula espera por ti.- dijo simpático. El pelirrojo se separó de ella para verla a los ojos con una gigantesca tristeza.

- Axl, no lo hagas. No te preocupes por mi, no tengo miedo de morir.- exclamó Cinnamon con un leve lloriqueo mientras tomaba el rostro del chico de la cicatriz.- No lo hagas, te lo ruego.

- Lo siento... Pero no quiero perderte. - susurró suavemente apartando con cariño la mano de su rostro para besar su dorso y luego ir a la cápsula, quedando totalmente de frente a ella. - No le harán nada, ¿cierto?.

- Solo si colaboras, ella estará bien.- respondió un Lumine picarón.- Pero si no...

Axl cerró los ojos y los puños con fuerza al oir otro grito de dolor salir de los labios de caramelo de la pequeña enfermera. Gritó un está bien mientras se acercaba a la cápsula y se sentaba en ella; un cómodo sillón amortiguaba su peso mientras unos cuantos cables se enrredaban en él y se conectaban... Finalemente, la cápsula se cerró, sin dejar ver que ocurría adentro o afuera. Sigma se alejó unos pasos mientras un pequeño medidor se llenaba y, con un pequeño flash se vaciaba completamente, haciendo que la cápsula y lo que se encontraba adentro recibieran una potente descarga eléctrica, y la máquina de reploides modernos se activaran, sacando más Maverick. En cuanto a la cápsula, dentro de ella solo se escuchaban gritos de agonía y desesperación, uno tras otro, parecía quedarse con cada vez menos aire, los gritos se entrecortaban, la agitada respiración que intentaba recuperar el aire que se llevaban sus gritos. Hasta que paró y solo se escuchaba su agitada respiración, junto a un par de golpes leves a los barandales donde había colocado sus manos.