Heridas de batalla [Megaman X]

27. Encerrados

La imagen no tiene nada que ver pero me vi en la necesidad de ponerla, sigamos.

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Finalmente, cruzó la puerta y me consiguió escondido. No tuve la necesidad de abrir los ojos, él hizo evidentes sonidos de alegría en cuanto detuvo su paso. Sentí como me tomaba con delicadeza y apartaba mis brazos de mi rostro, yo quería estar oculto pero él quería verme a los ojos y pedirme disculpas por lo que había hecho. Sus ojos azules cayeron en los míos pero yo solo hacia eso pero él no dejaba de tener alguna actividad con su cuerpo. Me abrazó y se sentó justo al lado de mi, yo seguí a la gravedad y caí sobre él, sin que me soltara. Él comenzó a pedirme disculpas otra vez solo que esta vez más calmado y con menos lágrimas, yo seguía con mis ojos cerrados y recostado de su pecho, él, al ver que no hacia ni decía nada, también comenzó a peinar mi pelo, lentamente y con mucho cuidado.

- Axl, por favor, - me dijo al ver que seguía inmóvil. - perdóname. Yo nunca te abandonaría, yo tan solo... éste no era el plan.

- ¿Y cual era?. - me limité a decir, aún sin moverme.

- Que iríamos juntos, los dos. - me abrazó con fuerza como si no me quisiera dejar ir... tengo que aceptarlo, me gusta que haga eso, me siento protegido.

- Perdonarme por mal entenderte.

- Tú me tienes que disculpar por todo las cosas que dije... ninguna de ellas es verdad.

- Yo te perdono. - dije finalmente levantando mi vista hasta la suya.- ¿Y tú?.

- Claro que si. - luego puso sus labios sobre mi frente, no la besaba o algo, tan solo puso sus labios allí.

- Te quiero, papá. -exclamé sin pensar mientras cerraba los ojos.

- Yo también. - dijo sobre mi frente.

Yo sonreí, me aparté sutilmente de él y me levanté invitándolo a salir, él siguió en el suelo, rió creando confusión en mi. Luego me explicó que, debido a la tormenta, varios troncos cayeron obstruyendo la entrada. Ahora estamos encerrados, en medio de una tormenta, en la habitación donde me crearon, y sin Red, ¿a donde has ido, pequeño Red?. Yo me volví a Zero, literalmente a mi posición anterior, recostado sobre él, pero no hizó nada, cuando lo miré, solo veía a un punto fijo perdido en sus pensamientos, yo aparté mi vista de Zero y cerré mis ojos acurrucandome en su pecho. Su pecho era cálido, duro por el metal y un poco húmedo por el agua, pero cálido, lo abrazé buscando más calor pues me estaba muriendo de frio con lo mojado que estaba yo también, parecía ser en vano pues el frio continuaba aunque yo me juntara lo más que podía. Comenzé a temblar levemente pero no me dí por vencido, hundí un poco mi rostro entre mis brazos y su pecho, hasta que sentí que Zero se movía y luego como una suave tela me cubría quitandome con éxito el frio. Luego sus brazos me rodearon también, yo lo miré y él me dedicó una de sus sonrisas. Lentamente, mi cuerpo se relajó y mis parpados empezaron a ponerse pesados, me venía un muy profundo sueño, pero no iba a luchar contra él, estaba en la brasa de el cariño de mi papá, ¿como alejarme del fuego que hacia mi vida mejor y que la ilumimaba?, nunca. Ya no lo soportaba, caí en un profundo sueño en sus brazos, y su pecho como almohada.

☆☆☆☆☆

Se durmió y yo solo espero que no sea tan pesado de cargar.

La vez que lo cargué en lo que era el puente, él había logrado facilitarme la carga alzando un poco de su peso, rodeando los brazos sobre mi cuello. Pero ahora estaba dormido y realmente espero que sea liviano en peso muerto.

- Muy bien, Axl. Sé que soy como un peluche pero será mejor que te recuestes de acá y te abriges con el abrigo, yo ya vengo. - le susurré pero realmente no quería que me oyera para no despertarlo pero me sentía bien hablandole mientras dormía era más como darle paz en el descanzo.