38. Alianza

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Ya no se oían gritos, solo el último lote de reploids que se dirigían a la habitación de chips de copia. Ya, cuando la habitación tomó su silencio tensante, todos los reploids voltearon a ver la cápsula donde no había señales de movimiento o sonido alguno. Lumine y Gate fueron los únicos valientes en acercarse a ella, abriendola lentamente. Una poca cantidad de humo salió dejando ver una sombra que se alazaba a duras penas del sillón, y quedaba de pie aún cerca de la cápsula. Axl tenía una cara totalmente agotada, su nariz despedía ese espeso líquido rojo al igual que su boca por la herida; dió pasos arrastrados hacia Cinnamon pero cayó hacia adelante, por suerte en brazos de Gate y Lumine, los dos Mavericks cruzaron miradas confundidos, el pelirrojo lentamente alzó su cabeza hacia la rubia mientras alzaba uno de sus brazos hacia ella, susurrando su nombre en poco aire. Había quemaduras en su cuerpo, su pecho subía y bajaba, tomaba pequeñas respiraciones por la boca tratando de no sentirse ofoscado. Sus piernas flaquearon nuevamente cayendo sobre Lumine y dejando que la gravedad lo bajara al suelo. A pesar de que el pelilavanda lo envolviera con sus brazos y se agachara en lentamente en el suelo junto al pequeño, no ayudó a que éste se moviera; Gate se preocupó e intentó hacer que despertara aunque no lo consigió. Sigma se acercó lentamente observando al cuerpo inerte sobre la armadura blanca, a penas se distingía la cabellera pelirroja por como el rostro quedó bajo. Sigma cruzó miradas con Lumine, aunque luego la desvió hacia el niño inmóvil en sus brazos.

- ¡Puedo curarlo!.- intervinó Cinna captando la atención de todos en la sala.- Solo déjenme... sanarlo.

- ¡¿A que estás esperando?, Muévete!.- gritó Lumine mirandola.

- Pero tienes que recostarlo... con cuidado.- pidió mientras la armadura blanca lo colocaba con sutileza en el suelo y Cinnamon corría hasta él.

La pequeña enfermera acercó su par de manos al pecho formando una tenue luz para luego dirigirla a el pecho del pelirrojo. Tanto Gate como Lumine y Sigma, miraban impresionados como las quemaduras desaparecían y su respiración regresaba a la normalidad. En cuanto los amarillentos ojos se abrieron, una ola de suspiros de alegría sonaron por la sala; Lumine esbozó una sonrisa cuando el pequeño logró sentarse en el frio suelo a duras penas. Axl miró a su alrededor, Cinnamon sonreía con tristeza y el resto se veían aliviados, estaban calmados pero la cosa tuvó que llegar un poco más lejos: Martei se lanzó sobre el pelirrojo, hablandole de lo preocupada que la tenía con unas cuantas lágrimas falsas que Axl conocía eran para hacerlo reir o al menos, sonreir. Pero un par de Mavericks se llevaron a Cinnamon con Sigma hablando en susurros.

- Axl nos tenias tan preocupados. - sonrió Lumine captando su atención.

- ¿En serio?.- Lumine asintió mientras ayudaba a Axl a levantarse.- ... Gracias.

La chica de armadura acuática, el reploid científico y el guererro Maverick les dedicaron sonrisas junto a los ojos cerrados. Lumine y el resto vieron a Sigma al momento que éste aclaró su ronca garganta.

- Cinnamon se quedará fuera de las celdas y nos ayudará con Axl, solo con la condición de que esté escoltada por mínimo dos Mavericks... ¿Te parece bien, Axl?.

- Si, si, si, si, claro que si.- respondió desesperadamente el ex-hunter mirandola.

Estaba decidido, ahora debían poner en práctica a el nuevo ejercito para hacer la última fase de su plan.

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Miraba el amanecer nuevamente, como los colores que teñian las nubes de naranja, rojo y leves tonos de amarillo, alumbrando el sitio de colores vivos y alumbrando también su adormilado rostro. Zero estaba apoyado del marco de la ventana, viendo, según su cuenta, el quinto amanecer desde que se había negado a dormir ante cualquier situación. Estaba decaído pero su rostro se mostraba inanimado y frio, sin ningún sentimiento. El potente sol quemaba nuevamente sus delicadas pupilas por quinta vez, sin realmente darle algún tipo de animo o de reacción, tan solo estaba quieto, sintiendo el omiso calor en su cuerpo y el poderoso sol en sus ojos. Se apartó de la rasgosa ventana para ver su intacta cama, se sentó en la silla observando la nada para que sus pensamientos lo aturdieran más.

Heridas de batalla [Megaman X]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora