Heridas de batalla [Megaman X]

28. 20 min {✘Parte 1✘}

- No lo dejaré, es una promesa.

- Entonces, cumplela.- Ella rió, luego su sonrisa desapareció y me soltó las manos. - Despierta, Zero.

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Yo seguía mirandolo hasta que sentí que me cubrían la boca y me alejaban de un jalón de él, yo intenté desesperadamente de soltarme pero seguían tirandome hacia atrás, también intenté hacer que esas manos me soltaran y quitaran ese... trapo de mi boca, traté de gritarle a Zero a medida que nos alejabamos, pero él seguía en sus sueños, el gato se despertó y maulló en señal de alerta, yo tomé impulso e intenté safarme pero mis fuerzas se iban, creo que me desmayo, lo último que ví fue a mi papá levantandose con rabia...

Luego...

Todo fue oscuro...

Tan solo es oscuro y solo... Hay voces... Todas son de todos los insultos que me habían dicho... Humillandome... Odiandome... Despresiandome... Luego... mi papá pidiendome que no le dijera así... Cuando huí... Cuando lo deje solo... Yo estoy solo... Vagando en la oscuridad...

☆☆☆☆☆

La última cosa que pasaría por mi cabeza es que la mejor manera de despertarse era no sentir el pequeño calor del cuerpo de mi hijo y además escuchando maullidos de alerta de un gato a la defensiva. Cuando me levanté furioso, el pequeño estaba cayendo en los brazos de ese maltido, estaba tan oscuro que no percivía figuras ni formas, desenfundé mi Z-saber hasta que reconocí a la figura que se lo llevaba a rastras: Un maverick. ¿Uno?... Cuando voltee al oir pasos, más mavericks me rodeearon y luego una alta figura encapuchada con voz conocida se dirigió a mi. Tan solo pidiendome que no me atreviera a hacer algún movimiento brusco... o Axl iba a pagar las consecuencias. Yo inmediatamente bajé la guardia, no podía permitir que lo lastimaran.

- ¿Nadie te dijo que no confiaras en un enemigo?. - me dijo antes de perderse en las sombras junto al resto de su grupo.

Yo quedé confuso pero toda duda en mi desapareció en cuanto escuche varios bips indicandome que una bomba estaba apunto de estallar. Tomé rápidamente al animal para cubrirlo y luego la explosión se dio, envolviendonos en pólvora, tierra y polvo.

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No puedo sentir más que mi herido cuerpo a la deriva... sin rumbo... adolorido... cayendo a pedazos...

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Hasta que el frio llegó... obligando involuntariamente a temblar, era helado... viento helado... me congelaba la cara... mis manos... mi cuerpo... no hay calor a mi alrededor... no hay fuego que de a la fuga a los hielos de mi alma... solo tenía el abrigo que Zero dejó en mis hombros...

Pero también se fue de mis hombros... Hasta que...

Desperté, finalmente.

Miré aturtido a mi alrededor y mi vista cayó en una alta figura que se quitó la capucha y me mostró con confianza su rostro... Sigma. Estaba más destrozado en la cara que en otras partes pero era el mismo de siempre. Su mirada no fue de odio o repugnancia, sino de curiosidad y de seguridad como si llevaramos años conociendonos y que fuera un reciente reencuentro de camaradas, temí internamente de sus intensiones, pero él siguió caminando mientras yo seguía confundido en... un banco, tengo una ventana a lado, me asomé con cuidado para no marearme y noto que estamos en un avión o algo así, estamos en el aire y abajo hay kilómetros de desiertos nevados, ibamos a gran velocidad. Tan solo volví al asiento, sorprendido y asustado, Sigma daba unas cuantas ordenes y yo volvía a temblar mirando al suelo para evitar contacto visual, aún así escuche su profunda voz intentar calmarme, diciendome que casi llegabamos a la Fortaleza, que soportara un poco más. No soy un reploid de trabajo a bajas temperaturas ni mucho menos de trabajo pesado, ¿Sigma me quiere como esclavo? ¿Como rehén?. Como Sigma anunció, llegamos en poco tiempo a su Fortaleza, yo estaba todavía temblando pero mis manos estaban atadas detrás de mi espalda, dejando mi pecho y mi torso completamente al descubierto, obligando al frio concentrarse allí. Cuando comenzamos a andar no sentía bien mis piernas y tendía a tropezar mucho con los Mavericks que me escoltaban o sencillamente en casi caer hacia adelante pero los Mavericks me levantaban o me ayudaban a recuperar el equilibrio. Es extraño... No me siento cómodo en esta situación. Cuando finalmente llegamos adentro, el calor de los reguladores de temperatura me alivio casi al instante, haciendome soltar un involuntario suspiro de calma. Caminamos varios minutos hasta que llegamos a una zona de pruebas, hay una cápsula de recuperación con muchos cables conectados a ella, varias pantallas y unos cuantos Mavericks preparando todo. Sigma pasó a mi lado sin siquiera verme y dio unas cuantas órdenes a los mavericks, en cuanto se dio vuelta volvió a verme con cuidado y exclamó palabras muy extrañas y con un tono de voz muy juguetón.