10. Algo más

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Si alguien tuviera que describir vacaciones en el paraíso, seguramente describiría el grandioso día que tenía Axl en Machine Forest, el sendero, los charcos, las aves, los arboles para trapar, y lo más importante Zero para jugar con él, y desde luego, cuidarlo.

El Machine Forest era mucho más grande de lo que el chiquito pensaba, ya era más de media tarde y Zero insistía que no habían llegado ni a una cuarta parte del sitio. Al llegar a una zona llana, Axl se acercó a las pequeñas colinas que tenía y subió a la cima, llamó la atención del rubio y se tiró de costado, bajando rodando hasta llegar a la base de la colina otra vez. Se levantó entre risas y miró a Zero que se reía también, le dió un cálido abrazo por enésima vez, llevaba casi todo el trayecto abrazandolo cada vez que hacía algo, intentando agradecerle por estar allí; realmente a Zero no le importaba si lo abrazaba mil veces, él estaba a gusto con sus abrazos y si era necesario recibiría mil más, realmente no le importaba. Zero se sentó en el suelo mientras el niño se volvía a lanzar. Axl se arrastró hasta llegar a el lado de su compañero, se levantó para sentarse junto a él, luego de intercambiar unas pequeñas sonrisas y un fugaz abrazo, ambos lograron ver como una niña corría con algo en sus manos y le gritaba a su papá que no estaba muy lejos, el hombre le sonrió mientras felicitaba a su hija por haber recuperado una pelotica. Zero acercó un brazo a el pelirrojo para darle un abrazo juntandolo a él, mientras sonreía; el abrazado pusó su cabeza en el pecho del hunther carmesí, ambos viendo como el padre y su hija se iban por el sendero. El pelirrojo susurró "papá" a la vez que el ojiazul cerró los ojos y murmuró "hijo"; después de aquellos susurros el niño se separó de el rubio de golpe, sorprendiendo a éste, mirandolo con los ojos abiertos como platos.

- ¿Q-Qué...? ¿Que dijiste?. - exclamó un poco abrumado el pequeño.

- Yo podría preguntarte lo mismo. - masculló el Hunther carmesí, aún mirandolo sorprendido.

Axl abrió la boca, intentando decir algo pero la cerraba y repetía el proceso una y otra vez, aún muy sorprendido como para hablar. El rubio suspiró y se levantó comentandole al pequeño que daría una vuelta para aclarar su cabeza de todos los pensamientos que lo aturdían; el niño solo asintió lentamente con la cabeza mientras el hunther carmesí se alejaba y él lo seguía con la mirada. El niño miró al horizonte viendo como caía la noche, y las nubes junto al sol daban su gran espectáculo, subió a una colina y apreció el hermoso momento. Se dejó caer en la grama mientras cerraba los ojos para pensar en lo que él y Zero habían dicho: "Papá e hijo". Axl se detuvó, así no se decía era... Ah, si: "Padre e hijo", así si. Volvió a cerrar los ojos para retomar sus pensamientos, a él le agradaba que Zero lo cuidara y que estuviera preocupado por él, quizás y solo quizás... solo si no era coincidencia... solo si el destino lo quería... solo si no era pura casualidad, él podría ser su papá. Sonrió ante sus pensamientos, si quería que Zero fuese su padre, le daba seguridad cuando estaba a su lado, lo apoyaba, lo cuidaba, lo protegía; un suspiro pasajero pasó por los labios del niño, siempre sonriente. En otro lugar no muy apartado de allí, Zero daba un solitario paseo, pensando en sus palabras también; tenía que pensarlo bien, la reacción de Axl lo sorprendió ¿Y si a lo mejor él no quería que lo cuidara?, pero Zero sentía la inmensa necesidad de protejerlo y cuidarlo, mantenerlo a salvo en su manto. Se sonrió recordando en la reacción del niño cuando lo sacó de la bolsa, la alegre risa, el cálido abrazo, la manera en la que buscaba refugio en su pecho, la mirada que le regaló. El rubio caminó devuelta con el pequeño, lo había llamado por el apodo correcto; definitivamente quería que fuera su hijo pero no podía obligarlo, así que mejor dejar que el tiempo lo decida. Miró el horizonte viendo el último minuto del sol para luego perderse de vista, para la sorpresa de Zero, sus pies lo llevaron junto a la colina donde el chiquillo descanzaba su cuerpo en la grama de la cima, sonrió tranquilamente mientras subía junto a él. Axl se sentó al oir los pasos acercarse y el ojiazul le tendió la mano para ayudarlo a levantarse; le comentó que debían volver a la Base, no solo porque Machine Forest no deja la entrada en la noche sino que habían faltado al entrenamiento y que Signas no iba a estar muy contento con eso. El niño asintió con la cabeza y dejó que Zero lo guiara a la salida. Una vez sobre la moto, el hunther carmesí arrancó en dirección a la Base, con un niño desilucionado en su espalda.

Heridas de batalla [Megaman X]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora