Heridas de batalla [Megaman X]

9. The Machine Forest

Axl jalaba continuamente el brazo de Zero para arrastrarlo de un lado a otro en aquel sendero, brincando en los charcos, espandando palomas. El rubio sabía el bien que había hecho al llevarlo allí el simple hecho de que riera y persiguiera a una pobre ardilla, le hacía saber la necesidad de calma que estaba dentro del pequeño. Un sonido particular llamó la atención de el chiquillo, algo que caía y chocaba con rocas, algo líquido y que abundaba. Las suaves palabras de Zero animaron su emoción.

- Sé que no es lo que esperabas pero... - Zero fue silenciado por jalones y una animada pregunta.

- ¿Donde está?. - dijo el más pequeño saltando de la emoción. - Llevame.

El ojiazul no tuvó más remedio que ceder y llevar a un muy emocionado niño detrás de unos cuantos árboles y arbustos, un magestuoso rio se presentó ante el pelirrojo y el rubio; Axl se acercó al agua riendo con inmensa alegría, solo para agacharse y mirar el agua más de cerca, el hunther carmesí lo miró felicitandose mentalmente a sí mismo por traerlo allí, se recostó de un árbol y se quedó allí, reposando el peso de su cuerpo, observando como el niño golpeaba el agua para que salpicara y lo mojara, después de unos cuatro o cinco golpes a el agua cristalina, no se volvió a oír un solo sonido de parte de Axl, el ojiazul miró extrañado a el pequeño que alzaba su cabeza del agua hacia el otro lado del rio. Escuchó su nombre en un susurro peregrino de los pequeños labios, invitandolo a acercarse sutilmente. El rubio parecía obedecer el ahogado susurro y se acerco para arrodillarse junto a Axl, éste le señaló, impactado, el otro lado del rio; estaba perdido en el asombro, sus ojos brillaban y su boca no podía articular más palabras, estaba tiesa ahora, Zero miró a donde señalaba el dedo del chiquillo: Un venado. Había un venado del otro lado del rio, bebiendo agua pacíficamente, probablemente ese era uno de los pocos animales resguardados en el bosque, debido a que también tenía una reserva de vida silvestre. El rubio bajó la mano de Axl lentamente, mirandolo a él y, ocasionalmente, al venado; el ojiazul dejó a el impresionado pequeño, se acercó a unas cuantas rocas y pasó al otro lado del rio, cerca del venado. Los húmedos pasos en la hierba llamaron la atención del niño, obligando a desviar su sorprendida mirada a Zero, que estaba a centímetros del venado; el pequeño sonrió al ver como el venado dejaba que Zero le dejase unos cuantos mimos como sobarle la cabeza o el cuello, el ojiazul miró al hunther azul marino para hacerle una pequeña seña con la mano, e inmediatamente Axl también pasó por las rocas hasta el otro lado. Zero retiró su mano para que el más joven tocara a el venado con tranquilidad, el venado alzó la cabeza del rio para dirijirle la mirada a el pelirrojo, éste acercó su mano tímidamente hacía su cabeza, el animal inclinó levemente la cabeza y se acercó dejando que la mano de Axl descanzara en la parte superior de su nariz y pedazo de su frente.

- Creo que le agradas. - comentó Zero con una sonrisa orgullosa clavada en su rostro. - Hicistes un amigo, Axl.

El mencionado solo asintió freneticamente con la cabeza, mientras una sonrisa nerviosa se formaba en su rostro, un sonido estruendoso hizó que el venado alzara la cabeza al cielo y luego corriera bosque adentro. Axl rió mientras se despedía con un "Adios" jugetón y agitaba su mano, él y el hunther carmesí volvieron al amplio sendero a caminar sin rumbo alguno, solo a disfrutar de la presiosa caminata que les dejaba Machine Forest. Zero gruñó un poco cuando un par de pequeños niños tropezaron con él y a uno de ellos se le soltó su globo mientras se disculpaba, Axl se acercó y trató de tomarlo pero sus brazos no eran lo suficientemente largos pero los brazos del carmesí lo eran y pudieron tomar el globo del niño que amenazaba con llorar. Zero tuvó que arrodillarse en el piso, con una rodilla para darle el globo al pequeño; luego de un inocente y amigable "Gracias señor", los niños fueron con una reploid que les hacía de niñera y se alejaron en la dirección contraria a la del duo de Hunthers. Axl se sintió levemente excluido de la atención de Zero, así que aclaró la garganta y lo invitó a seguir caminando, el rubio rió ante la reacción del más pequeño, se levantó sonriente y siguió el paseo a su lado. Luego de varios minutos de relajante caminata, Axl vió un charco, justo al frente, y se tragó todas las ganas que tenía de correr y saltar en él, solo para esperar llegar a él; justo el momento cuando él y Zero estaban pasando, el pelirrojo dió un salto y nadie se salvó del ataque repentino de agua, ni siquiera el mismo Axl. El niño rió inocentemente mientras veía con una carita angelical a el ojiazul cuando este gruño mientras se limpiaba el torso de su armadura.