Capítulo II: Sangre

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Llegó el gran día, la pequeña Demonie estaba vestida con su uniforme, su largo cabello negro peinado con dos coletas. Se miraba muy linda que Grace decidió tomarle una foto antes de partir. Ambas féminas se subieron al auto y se fueron rumbo al colegio.

La orgullosa madre dejó a Demonie en su salón y se despidió no sin antes tomar una foto más, la pequeña entró entusiasmada al salón con esperanzas de hacer amigos. Los niños ya reunidos en el salón comenzaron a hacer amistades mientras Chloe solo se limitaba a ver pues la timidez la dominaba y no podía para entablar una simple conversación con algún niño pues todos ya tenían con quién hablar, unos mellizos vieron como la nena se esforzaba en el intento de llamar la atención de al menos un niños, los hermanos se llamaban Henry y Katia, estos niños tenían sus cabellos y ojos cafés, los ojos de ambos expresaban cierta alegría que podría contagiar a cualquiera. Estos hermanos acercaron a la pequeña pelinegra y admiraron el particular color de los ojos de Demonie.

- Vaya, ¡tus ojos son muy bonitos! ¿Cómo te llamas niña?- Dijo Katia sin dejar de ver los extraños ojos carmesí.

- Soy Chloe.- Contestó el demonio con timidez.

- Soy Katia y él es mi hermano Henry. ¿Quieres jugar con nosotros, Chloe?

El demonio aceptó con entusiasmo su invitación y se fue a jugar con los hermanos, pero cierta niña pelirroja llamada Sarah le aterraba los ojos de Demonie, por esa simple razón no quiso acercarse y se encargaría que nadie hiciera amistad con tal fenómeno.

- ¡Sus ojos parecen de sangre!- Sarah gritó y señaló al pequeño demonio.- Parece un diablo ¡que miedo!

Demonie bajó la mirada un tanto triste pero luego apretó los puños cambiando la triste expresión por una cargada de ira, Henry tampoco toleró la actitud de la niña pelirroja que fue hacia donde estaba Sarah y con ayuda de Demonie, empujó a Sarah haciendo que ésta cayera y se ensuciara un poco con las pinturas que habían en el suelo.

- ¡Agh! Son amigos de esa niña con ojos raros, ¡eso los hace raros igual! ¡Fenómenos!- Dijo Sarah al enderezarse luego de caer.

Katia saltó sobre ella impidiendo que pudiera levantarse y empezó a darle fuertes manotazos en la cara de Sarah. La maestra entró y calmó la pelea que se había armado y tardo un buen rato en detener a Katia pues no daba señales de querer rendirse. Cuando ya estaba todo tranquilo, la profesora decidió que era momento de que los niños se presentaran y así fue hasta que llegó el turno del demonio quién lo hizo con cierta dificultad y Sarah al final le gritó "Ojos Raros" ganándose así un regaño de parte de la profesora y unos cuántos insultos de parte de los hermanos, aunque muchos se burlaron de Demonie gracias a ese estúpido insulto. Luego de las presentaciones, la profesora indicó hacer cualquier manualidad referente al primer dia de clases. Demonie aún estaba muy molesta por lo que había sucedido, ella no podía dejar de quitarle la mirada de encima a Sarah, observó cada uno de sus movimientos y cuando la pelirroja fue a tomar las tijeras sintió que alguien la observaba y giró cruzando miradas con el demonio sediento de venganza... Fue mala idea voltar.

Demonie sonrió ampliamente e inmediatamente cuando los ojos azules de Sarah se encontraron con los de ella logró manipular su mente. La pelirroja no tenía idea de lo que ocurría, solo sentía que su cuerpo estaba dormido, ninguna parte de su cuerpo respondía a su voluntad, sus manos se dirigieron a su cabello comenzando a cortarlo con las tijeras, quedando con unas mechas mas largas que las otras, Sarah estaba asustada pero no podía gritar, la profesora estaba fuera del salón, era una buena ventaja para el maldito demonio quién se estaba burlando del aspecto de la pelirroja, pero luego perdió la gracia prefirió hacer algo más "divertido" e hizo que Sarah se introdujera aquella tijera en el ojo izquierdo, una y otra vez su sangre salpicaba por todos los papeles que tenía en la mesa, su hermoso ojo de color azul se había quedado enterrado en las tijeras y donde antes estaba se convertido en una masa roja, La niña Sarah no pudo más y cayó al suelo. Los niños se asustaron hasta tal punto que algunos mojaron sus pantalones y salieron corriendo del salón excepto Demonie quién se acercó al cuerpo de Sarah, se agachó, y con sus dedos tocó la sangre derramada y por pura curiosidad la probó. Sintió un cosquilleo en la lengua, un completo éxtasis pero algo la distrajo pues notó que su cabello se tornaba blanco, eso le fascinó, pero cuando el sabor de la sangre desapareció su cabello volvió a ser negro.

Katia estaba con su hermano Henry buscando a su amiga pero no la veía por ninguna parte y se fue a buscarla al salón, gracias a esa decisión ella miró la verdadera naturaleza de su amiga, presenciaba como el demonio probaba la sangre de su compañera, Katia no toleraba ver esa imagen que dio marcha atrás hasta correr hacia donde estaba su hermano, el demonio no notó la presencia de Katia pues estaba muy sumergida en el éxtasis, pero pronto perdió el interés. Demonie se separó del cuerpo y antes de salir del salón limpió sus labios, en la puerta se topó con la profesora, La mujer al ver el cuerpo de Sarah se desmayó y Demonie sólo salió del salón como si nada hubiera pasado.


Se armó un gran escándalo en la escuela, llamaron a la policía. Habían niños traumatizados por todas partes, pero Demonie estaba muy tranquila, ella no entendía porque los demás hacían un escándalo. Los policías investigaron e interrogaron a los pequeños testigos, pero todos decían lo mismo "Sarah lo hizo", los policías no podian creer que una niña de seis años haya hecho eso por cuenta propia.

Demonie estando ya en su hogar seguía pensando en los posibles motivos del cambio de color de su cabello. Grace no podía creer que su pequeña niña no hiciera ningún comentario acerca de lo que sucedió en la mañana, la tranquilizaba un poco pero también creyó que era porque estaba asustada e intentaba ignorar el hecho. Si tan sólo pudiera saber la verdad de su adorada hija.

Ya en la noche, cuando todos dormian excepto el demonio pues ella se levantó en medio de la noche y se dirigió al cuarto de su hermana menor, se acercó a su cuna notando que su hermanita estaba despierta, Demonie apoyada por las barras de la cuna acariciaba la cabeza de Helen, la bebé la miró y el macabro demonio aprovechó para controlarla. Helen empezó a rasguñarse los brazos hasta llegar al punto de sangrar, no lloró ya que Demonie lo evitaba con sus "dones", pero sí le brotaban lágrimas a Helen, por desgracia eso no lo pudo evitar aquel demonio. La pequeña pelinegra al ver que le salía sangre del brazo de su hermana tomó esa sangre con sus dedos los lamió y volvió a sentir esa extraña electricidad que pasaba por su cuerpo y su cabello volvió a  tornarse blanco, ella quedaba fascinada con ese cambio.

Grace por costumbre se levantó de la cama para chequear a las niñas si estaban bien, primero fue a ver a su Chloe... no estaba, se asustó un poco pero luego se decía a sí misma "De seguro está en el baño... si eso debe ser". Luego tocó revisar la habitación de Helen, ella notó un bulto a la par de la cuna y encendió la luz... La madre quedó casi en shock al ver aquella escena: Helen con rasguños y su niña Chloe con el cabello blanco con ligeras manchas de sangre alrededor de sus labios.

-¡¿PERO QUÉ PASA AQUÍ?!- Gritó Grace. Seguido de tal escandaloso grito Taylor apareció en la habitación.

- ¡¿Qué sucede Grace?!- Dijo Taylor que se detuvo en seco detrás de su esposa.

- ¡CHLOE EXPLICATE!- Gritó Grace tomando a Helen en brazos.

Demonie levantó la mirada demostrándole una sonrisa bastante amplia y orgullosa a su madre.

- Comiendo, madre.- Le contestó mientras se limpiaba la sangre en su vestido blanco.- Estaba comiendo.

Grace entró en pánico, ella ignoraba que este momento iba a suceder en cambio Taylor tomó bruscamente a Demonie del brazo y la encerró en su habitación con seguro para que ella no saliera a lastimar a ninguno en lo que restaba de la noche.

- Ahí te quedarás, hasta que aprendas a comportarte.- Dijo Taylor elevando la voz del otro lado de la puerta.

Demonie simplemente se fue a acostar a dormir, no le importaba nada de lo que sucedió. Taylor regresó a su cuarto y ahí se encontraba Grace y Helen en la cama, El padre estaba muy enojado pero más preocupado por la actitud de hija Chloe.

- Sabía que esto iba a pasar y yo lo ignoré.- Dijo Grace en un tono bastante depresivo.

- Debiste dejarla, así estaría muerta como los de su especie. Nadie se puede salvar de sus orígenes.

- No podia dejarla así, se miraba tan frágil... Para mí era una niña indefensa.

- Debemos hacer algo al respecto o terminará matando a Helen, o a todos. A partir de mañana la encerraré, y no saldrá más, ni se te ocurra meterte en mi camino mujer.

DemonieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora