Capitulo XXXVII: Encuentro entre ángeles y demonios

123 5 5
                                    

El corazón de Demonie iba acelerándose a tal punto que ya era una molestia sentir esos golpes dentro de su pecho. Cada vez que los nudillos de Emmett chocaban contra la madera de la puerta el enojo de Harry iba creciendo cada vez más, se sentía irritado con la simple presencia de Emmett. Demonie no dudó más y llevó su mano al picaporte y abrió con algo de lentitud, Emmett notaba el movimiento de la puerta y asomó su cabeza logrando ver la cara de la chica de quién tanto buscaba. El chico curvó sus labios formando una amplia sonrisa en el justo momento donde la puerta ya no bloqueaba su visión, no pudo controlar sus impulsos y rodeó sus brazos alrededor del cuerpo de la chica, ella no correspondió pues estaba sorprendida tras tal acción.

- Chloe... Estás bien, me dejaste preocupado... Desapareciste de repente.- Le habló Emmett suavemente al oído de Demonie.

Ella se estremeció al sentir como el aliento de Emmett chocaba con su oreja. Ella lentamente subió sus brazos correspondiendo el abrazo que le brindaba el castaño, luego bajó el rostro hasta acomodarse en el hombro de él sintiendo como su aroma iba invadiendo su sentido del olfato.

- Extrañaba este olor...- Comentó Demonie en voz baja.

En el momento sólo existían ellos dos, no había nada ni nadie que los molestara o eso es lo que pensaban pues fuera de esa pacífica escena de reencuentro se encontraba Harry mordiéndose los labios hasta tal punto de herirse y apretaba sus puños con fuerza dejando que sus nudillos se tornaran blancos.

- Demonie entra ya a casa.- Habló el pequeño albino al momento que se colocó de pie.

Tras escuchar la voz de Harry, Demonie y Emmett se separaron unos cuantos centímetros sin vergüenza alguna ya que el largo abrazo era algo que necesitaban para relajarse. Katia quien antes se hacía de la vista gorda se puso en alerta al escuchar la voz del tercero, la castaña estaba a un solo movimiento de atacar sin importar que su "enemigo" sea un crío vendado.

- ¿Quién es el chico?- Preguntó Emmett sin quitarle la mirada al más bajo.

- Seré quién te eche de esta casa niño, así que será mejor que te des la vuelta y regreses de donde llegaste.- Respondió Harry en lugar de Demonie.

- Harry por favor.- Interrumpió Demonie al instante.

Harry se movió unos pasos hacia atrás y le dio la espalda a ambos. Y antes de retirarse giró el rostro hacia ellos.

- Llamaré a Daemon para que vigile, no tienes que confiarte de ángeles sabiendo que eres un ser de la oscuridad. Pueden herirte sin pensarlo dos veces, todo para mantener la "armonía". Armonía más falsa que mi apariencia.

Demonie giró su rostro evitando la mirada de Emmett, fingiendo que no escuchó las palabras del albino y era realmente difícil disimularlo. La mirada del castaño estaba clavada en el chico herido, sumándole más preguntas al respecto que pronto fueron esfumadas al momento que su amiga volvió a abrazarle hundiendo aquel pálido rostro en el hueco de su cuello.

Katia escuchó con claridad a Harry pronunciar el nombre "Daemon" y le hacía eco en su cabeza, una lluvia de recuerdos la asaltaron y no lograba soportar aquellas imágenes que su mente proyectaba. Intentó seguir enfocada en su único trabajo de cuidar a Emmett, sin embargo ya no era tan fácil pues recordar su primer y único amor la derrumbaban mentalmente.

Harry se dirigió a la cocina dónde creyó que estaría Kyle pero lo único que encontró fue un emparedado a medio hacer, el chico giró en camino a la única pieza donde estaría el demonio que buscaba. Harry entró a la habitación de Kyle encontrando al dueño al instante acostado boca abajo sobre la gran cama. El albino colocó su pequeña palma encima de la espalda del pelinegro quién no mostró respuesta alguna, parecía estar muerto.

- Daemon, necesito que cuides a tu hermana... afuera hay dos ángeles que vinieron a visitarla pero no confío en ninguno y hay uno de ellos que me tiene nervioso. Iba a decirle a Melody pero la veo más inestable que tú, por favor cuida a Demonie.

- ¿Tenías que mencionar lo de inestable? Maldita sea quiero dormir, Demonie sabe cuidarse sola créeme.

- Mencioné que son dos, no uno. Ella está en desventaja Daemon.

- ¡NO ME LLAMES ASÍ! ¡JODER!- Gritó Kyle mientras se retorcía sobre la cama como un niño malcriado y cuando se aquietó se dio la vuelta observando al chico.- Solo no me llames así, odio ese nombre.

Harry no mostró emoción alguna ante la pérdida de cordura de Kyle, sabía que si lo hacía algo malo le iba a suceder.

- No lo haré si vas a cuidar a tu hermana, hemos perdido tiempo y quién sabe si ya están tratando de hacer algo en su contra.

- Ya... ya cállate. Iré solo para que me dejes en paz, eres demasiado paranoico cuando se trata de Demonie.

- Ella es mi salvadora después de todo, le debo la vida.- Harry inconscientemente curvó sus labios mostrando una suave sonrisa.

Kyle ignoró las palabras de Harry y se levantó de una buena vez de la cama ni siquiera se tomó la molestia de ponerse zapatos, simplemente quería terminar de hacer el mandado que no ha ni iniciado, todo para complacer al nuevo integrante de su familia. Mientras Kyle caminaba por el pasillo trato de despejar un poco su mente para poder estar atento ante cualquier cosa que llegara a suceder aunque para él estaba de más cuidar a su hermana y al toparse con Demonie tan cerca del castaño mostró una cara de pocos amigos solo para espantar al chico.

- Demonie no tiene permitido tener visitas y menos de un mocoso que tiene como novio.

Emmett se echó hacia atrás tras escuchar la palabra que utilizó Kyle, Demonie no le daba tanta importancia como lo hacía su amigo pues para ella solo era una simple palabra, para Emmett era algo más que eso.

- Disculpe pero creo que está confundiendo las cosas, yo no soy la pareja sentimental de... Chloe.- Respondió Emmett fijando su mirada hacia los extraños ojos del demonio mayor.

- ¡Hey hey hey! Bájale dos rayitas a tu voz árbol seco con patas.- Intervino Katia y subió su mirada hacia Kyle, su más grave error.

Katia y Kyle perdieron sus fuerzas, ambos sentían que era totalmente irreal que volvieran a encontrarse. Ambos tenían un nudo en el estómago y en la garganta que les impedía formular una simple palabra, la castaña tenía la visión borrosa por culpa de las rebeldes lágrimas que escapaban sin su permiso, Kyle estaba totalmente boquiabierto y llevó su mano hacia su pecho apretando con fuerza la tela de su camisa como si buscara torpemente sobre su pecho algún botón que pueda detener los latidos de su corazón.

El desesperado demonio pronunció con dificultad el nombre de su amante y luego de eso todo se tornó totalmente oscuro para él. Ninguno de los dos pensaron que algún día volverían a verse, empezando que el demonio la creía muerta y el ángel tenía estrictamente prohibido volver a acercarse a este demonio en particular.

Henry, el hermano gemelo de Katia observó desde su escondite aquella escena de reencuentro y comenzó a perder el control, su querida hermanita no podía estar otra vez con ese hombre impuro, esta vez tenía que asegurarse que no vuelvan a estar juntos, para ello uno de los dos debía de morir de verdad y él sería el verdugo.

DemonieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora