Capítulo XXXVI: Observando al verdadero ser.

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La rubia luchaba por recuperar el aire a sus pulmones ya que las grandes manos del chico estaban apretándole con mucha fuerza su delgado cuello. El chico de lentes solo observaba como ella rogaba para ser liberada, él no la soltaría hasta obtener la respuesta que tanto deseaba saber.

Samantha aún no podía creer que Anthony, el chico más callado y aplicado de la escuela esté maltratándola de ese modo. Aquellos ojos color olivo que estaban detrás del cristal no mostraban piedad alguna siquiera una simple emoción, Anthony sentía como en sus pulgares intentaba pasar violentamente el aire por la garganta de la rubia, de cierto modo eso iniciaba a provocarle excitación. El rostro del muchacho que antes no demostraba nada, ahora sus labios se curvaban con lentitud formando una sonrisa macabra.

- Hey... Te pregunté ¿dónde está Demonie? Hace mucho que no la veo por aquí y me hace falta muchísimo ver su bello rostro, esos ojos de color carmesí sin vida alguna ¡Necesito verla!- Gruñó Anthony y soltó de una buena vez a Samantha.

Ella comenzó a toser escandalosamente y eso irritaba más al chico de lentes. Samantha levantó su mano en signo de que la dejara en paz mientras tomaba todo aquel aire que su cuerpo tanto exigía. Anthony solo se cruzó de brazos y dejó pasar los segundos hasta que la chica pudiera hablar, y cuando así fue Samantha observó nuevamente el rostro de su atacante, provocándole más temor por su vida.

- No.. no conozco a ninguna chica que se llame así, pero lo que sí te aseguro es qué hay una nueva estudiante con los ojos de color carmesí y cabello largo de color negro, pero se llama Chloe no... Demonie.- Dijo Samantha en voz baja evitándole la mirada a su contrario.

Anthony volvió a sonreír de oreja a oreja, una sonrisa realmente depravada.

- Así que le cambiaron el nombre a mi nena, no me sorprende.- Comentó Anthony para si mismo, luego se dirigió a la chica.- Gracias maldita escoria, recuerda que si alguien llega a saber de esto lo lamentarás demasiado, además, nadie te creerá. Y si piensas que las cámaras de seguridad te salvarán recuerda que escogí un punto ciego, no soy estúpido.

Anthony se marchó dejando a Samantha mordiéndose la lengua, él tenía toda la razón pues nadie iba a creerle a ella si soltaba la lengua y la dejaría como una loca. Nadie creerá que un chico callado, aplicado y obediente haya intentado despojarle la vida a una estudiante, cuando en realidad Anthony no era como lo describian empezando que ni siquiera era un humano, él era el mismísimo Barbatos, el demonio más atractivo del inframundo y uno de menos importancia y eso le hacía sentir envidia de los más poderosos. Por esa razón buscaba a Demonie, no por que le atraía su apariencia o personalidad sino porque ella siendo un híbrido podría brindarle todo el poder que necesitaba con solo beber la inigualable sangre de la fémina.

~*~

Mientras tanto en el nuevo hogar de Demonie, Harry se había recuperado pero no por completo pues sus heridas hechas con aquella daga bendita aún no sanaban del todo, pero el dolor era soportable. El albino estaba reposando en el sofá con una manta cubriendo sus piernas y Demonie reposando su cabeza en el regazo del chico demostrándole una ligera sonrisa, él posó su mano izquierda sobre la cabeza de ella y acarició su cabello, ellos estaban en su burbuja de felicidad pero Melody los observaba a cierta distancia sintiendo envidia de ellos, la castaña deseaba que fuera ella y Kyle quienes estuvieran así, pero era más que claro que Kyle jamás haría algo parecido con ella empezando que no sentía absolutamente nada por ella, a lo máximo siente lástima. Melody no soportó más viendo a los chicos y corrió hacia su habitación cerrando la puerta detrás de ella, el escandaloso sonido hizo que Demonie levantara la cabeza viendo en dirección de donde se produjo el ruido, Harry bajó nuevamente el rostro de la chica volviendo a acomodarla donde estaba antes, pero esta vez ella deslizó su mirada hasta toparse con los llamativos ojos del chico.

- ... Creo que mañana volveré a clases, he faltado mucho.- Dijo Demonie con un notable tono de pereza en su voz.

- De acuerdo, no puedo mantenerte todo el tiempo conmigo.- Respondió Harry desanimado.

- Oh vamos, estaré contigo por la tarde no tienes que mostrarte de esa manera. Además hay alguien que quiero volver a ver, lo extraño...

Demonie bajó la mirada al confesarle la verdad, Harry dejó de acariciarla al momento en que ella guardó silencio. El chico sabía perfectamente de quien se trataba y eso le molestaba.

- Demonie... Te he dicho desde un principio lo que ocurre con ese muchacho, estás bajo su encantamiento te matará cuando le des la espalda. Y me quedaré completamente solo...- Con esto dicho Harry llevó su mano hacia la mejilla de la chica.

- Ya lo sé, es realmente difícil creer que él es una mentira... Aún así quiero verle, después de todo fue mi primer amigo. Y por cierto no estarás solo, está Melody y mi hermano.

- Creo que tu hermano me odia por haberle hecho recordar el pasado, y Melody pasará sufriendo por ello. Por eso digo que quedaré solo, ninguno de ellos les agrado por no medir mi boca.

Demonie enderezó su espalda y fijó su mirada nuevamente a la triste mirada del chico, ella no le gustaba verlo de esa manera así que como "plan de emergencia" ella dio una ligera palmada en la pierna del chico quien cambió su expresión justo como ella quería.

- Aún así, si llego a morir estaré viviendo en tu memoria. Pero dudo mucho morir tan fácilmente, lucharé cada segundo por seguir con vida y me aseguraré de ganar. Confía en mí, nada malo me sucederá.- Ella le sonrió ampliamente demostrándole que sus palabras eran verdaderas.

- Eres realmente impresionante pequeña, luego de tantas desgracias que te ocurrieron en el pasado te aferras a la vida. Yo, cuando estaba en ese sótano lo único que pensaba era morir, dolía tanto estar vivo... pero luego llegaste tú. No sabes cuan agradecido estoy.

- Te seré honesta, jamás pensé en morir.

Esas palabras hacían eco dejaron en blanco la mente de Harry, no creía que escucharía semejante confesión y estaba intrigado de saber el porqué de esas palabras. Demonie alejó su mano de la pierna del chico y continuó hablándole.

- Morir sin intentar salvarte es algo cobarde, mientras los demás me lastimaban solo pensaba en vivir, quería vivir... Sí, aferrarme a la vida era lo único que podía hacer pues no les iba a dar el gusto de que me hicieran creer que la muerte es la única salida.

Y con esto el albino quedó sin palabras, con esas palabras supo exactamente quién de los hermanos era el más fuerte pues el mayor pensaba todo lo contrario. Y hablando del mayor, éste entró al apartamento topándose con los chicos, Demonie observó con detalles el rostro de su hermano viendo su nariz con un ligero tono carmín encima y sus ojos estaban algo hinchados, obviamente estuvo llorando por mucho tiempo y era la primera vez que su hermana lo veía de esa manera, de hecho era primera vez que alguien lo veía así. El pelinegro solo observaba a Harry, a los segundos bajó la mirada y se dirigió cerca de ellos.

- Prepararé algo para merendar.- Fue lo único que dijo al entrar y de manera inmediata se alejó de ellos dirigiéndose a la cocina.

Demonie se levantó del suelo para seguir a su hermano pero Harry sujetó su mano evitando que ella diera un solo paso.

- Déjalo, necesita distraerse. Si le haces un interrogatorio no te dará beneficios pues no te responderá y le harás más daño a su corazón.

La chica mordió sus labios tratando de decidir si ir o quedarse, ser un demonio obediente no iba con su estilo de vida. Pero unos golpes en la puerta la distrajo totalmente y una voz muy familiar gritaba su nombre.

- Es Emmett.- Comentó ella casi en un susurro pero Harry la escuchó con claridad.

- Oh... El pequeño ángel ha venido solo a las garras del demonio.- Le respondió Harry mientras apretaba más la mano de su compañera.- Será mejor que no vayas, quédate conmigo. Mírame solo a mí.

Emmett tocaba más la puerta haciéndolo notar muy ansioso pues no escuchaba nada del otro lado y eso le hacía preocupar. Su mayor deseo en ese momento era ver el rostro de su amiga, abrazarla y verificar si se encontraba bien solo eso necesitaba saber para poder calmar la tormenta que había en su mente. No podía pensar nada más que en ella.

DemonieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora