Capítulo XXIV: La Nueva Verdad es la Mentira

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Demonie caminaba un poco apresurada aún con su mano tomando la de Emmett, ella agradecía mentalmente el hecho que Katia no estaba en el mismo salón que ellos. Al llegar al salón Emmett pidió cortésmente que le soltara la mano y ambos se soltaron con cierta delicadeza retornando a sus respectivos asientos. Samantha realmente detestó haber visto esa escena así que no dudó en levantarse de su asiento y dirigirse hacia Emmett, al estar frente a él cumplió su propósito de que el ojiazul le prestara atención.

- Emmett te busqué en el patio y no te encontré.- Dijo Samantha con cierto tono engreído.

- Ah, lo siento.- Respondió el chico desinteresado.

- ¿Con quién estabas? Digo, no estabas con Allan, ni con Nicholas y Caroline estuvo conmigo acaso... ¿Estabas con Katia?

- ¿Por qué controlas tanto a Emmett? Estuvo conmigo y mi amiga Katia ¿Tienes algún problema con eso?- Interrumpió Demonie.

- Ah... Tú- Respondió Samantha con indiferencia- eres la callejera de la última vez, enserio ¿Cómo pudiste entrar a este instituto? Me da cosa saber que estudio en el mismo salón contigo, una cualquiera.

Demonie mantenía una mirada fría y aterradora hacia Samantha, matarla en frente de todos seria un gran problema pero según el demonio se lo merece por hacerla enfadar, cuando estaba a punto de cortarla en pedazos con ciertas raras pero filosas cuerdas que salían de la yema de sus dedos invisibles ante el ojo humano, Emmett golpeó la paleta del pupitre.

- Samantha no sabía que tenías ese lado tan estúpido y superficial, me recuerdas a Clara de pésima manera.- Dijo Emmett adoptando un tono frívolo y serio.

Samantha se mantuvo firme ante aquellas palabras que le apuñalaban al corazón, no quería demostrar debilidad ante él, era el momento de tratar de ser una perra sin corazón.

- Si tan sólo supieras lo que vale la pena no estuvieras con chicas como ella, donde gobierna una reina una pordiosera no cuenta.- Habló Samantha logrando vencer sus emociones.

- ¿Una reina? Niña no me hagas reir. Sabía que tus "encantos" eran una farsa desde que te vi te acepté en nuestro grupo por Nicholas pero sabes qué, hazme un favor y no vuelvas a acercarte a mí que no tolero tener personas falsas como tú a menos que quieras disculparte... Y otra cosa, limpia tu mejilla tienes un largo rasguño abierto que te sangra.

Samantha tocó su mejilla para comprobar, era cierto lo que decía pero ella no se había cortado con nada. Levantó la mirada para encontrarse con la de él pero lo único que él expresaba era repugnancia hacia ella, Samantha quería tomar la oferta de él y disculparse pero eso arruinaría la nueva fama que había ganado hace poco... Tarde o temprano siempre alguien se arrepiente de escoger mal.
Ella se dio la vuelta para retornar a su lugar y observó de reojo a Demonie quién sonreía mientras hacía gestos de despedida con la mano.

Durante los períodos de clases, Emmett ni Demonie se hablaron e incluso en el segundo tiempo de descanso ambos se quedaron en el salón sin interactuar. Emmett perdió sus ánimos al recordar el suceso de anoche, perder a sus tíos pero al menos los pequeños gemelos estaban descansando en casa con su familia, él fue el único que asistió a clases, Hugo ni Paloma fueron a trabajar, Esmeralda también se quedó en casa junto a Emilie cuidando a los gemelos.

- Hey...- Demonie rompió el silencio- ¿Estás molesto?

Emmett estaba sumergido totalmente en su mente que no la escuchó.

- Emmett... Emmett... ¡Emmett! No me ignores.

- ¿Hah?- Contestó él luego de que lo sacará de sus pensamientos.

- Hay algo que te molesta ¿Qué es?

- No me molesta, me entristece.- Contestó sin verla.

- ¿Y qué es?

- Bueno... Anoche perdí a mis tíos de una terrible manera y lo que me preocupa son sus hijos quiero mantener una sonrisa en ellos, es que son muy pequeños y no quiero que crezcan tristes por lo que pasó.

- No lo harán, Emmett no te sobreesfuerces. No van a vivir amargados o tristes toda su vida, a menos que crezca rencor en ellos.

- No lo creo... Es decir tú no le tienes rencor a los humanos, a pesar que mataron a tu familia, obligándote a vivir en malas condiciones.

- Eso no me importa, lo que importa es que estoy viva además tengo a Kyle y Asima... aunque la extraño ya que no me dejan tenerla, pero tengo a Melody ahora... Mejor callo.

- ¿Quién?

Demonie no quiso contestar y Emmett estaba muy decaído para seguir insistiendo, ambos le dejaron lugar nuevamente al silencio.

En el último período de clases en el salón donde Katia se encontraba haciendo un trabajo en grupo junto a sus compañeros cercanos, de repente la asistente del director interrumpió la actividad al abrir la puerta de manera agresiva, todos se callaron, la mujer que lucia un elegante traje aclaró su garganta reacomodando los papeles que sostenía.

- Buenas tardes alumnos, quiero informar abiertamente ya que el director tuvo que retirarse por motivos personales, el punto es que la señorita Zoldyck Katia queda suspendida por tres días por daños a la propiedad del instituto y obligatoriamente tendrá que pagar los gastos de la reparación.

Katia se levantó bruscamente por impulso de sus emociones, quedó muy sorprendida ante la noticia.

- ¡Un momento, yo no fui!- Se quejó Katia.

- Hay un testigo visual que contradice tu argumento, preséntese mañana con su tutor con el dinero en mano o busque un arreglo de pago en secretaría.

Katia seguía contradiciendo a la mujer, una de las compañeras de ella la tomó del brazo obligándola a sentarse, la joven prefirió interrumpir a Katia ya que su temperamento no es agradable cuando se trata de injusticias, la asistente se fue del salón sin importancia a la situación simplemente ella hacia su trabajo. Las amigas de Katia intentaban calmarla e incluso el profesor tuvo que llamar su atención, a pesar de ser una chica de pequeña estatura tenía un gran carácter.

DemonieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora