Capítulo LXII: Resurgimiento

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A unos considerados metros no tan lejos del presente enardecido ajetreo entre el arcángel y demonio, en la localización de la evidencia de la furia del arcángel contra lo impuro, justamente en la copa de la montaña de cadáveres se hallaba reposando el cuerpo partido de Kalvin que a simple vista pareciera que nada estaba pasando o que al menos hubiera algo o alguien con vida, sin embargo el cuerpo iba regenerando los tejidos dañados a un paso moderado, cerrando poco a poco la enorme herida que le había propinado el enfurecido soldado de Dios.

Emmett creyó que con un golpe directo al corazón sería suficiente, pero no tomó en cuenta que el demonio que asesinó gozaba de un irregular poder de regeneración y ahora ese mismo poder estaba actuando sin autorización en su dueño desde el momento que su corazón dejó de latir, el ángel claramente no lo notó en su momento por el lento paso que actuaba. Kalvin era un verdadero ser inmortal.

Cuando el último tejido fue regenerado con éxito el corazón de Kalvin dio un fuerte latido dando inicio a la resurrección del demonio, sus reconstruidos pulmones comenzaron a tomar todo el oxígeno que el cuerpo necesitaba y a los minutos el demonio recuperó la consciencia, el aire siseó en su garganta siendo expulsado entre sus apretados dientes sonando como un enjambre de abejas furiosas y antes de que aquel ruido se apagara los músculos del demonio se arquearon logrando sentarse de golpe percatándose unos segundos tardes que se había asustado, quedó quieto por unos segundos más adaptándose a la escena que estaba delante de él. El día teñido de carmesí, las bajas temperaturas y el escalofriante silencio despertó las memorias de Kalvin que automáticamente llevó sus manos a su pecho donde se supone que debería de haber una herida incurable y al no notarla revisó sus manos, la visión de sus palmas sin manchas de sangre fue lo suficiente para creer que estaba vivo pero ese extraordinario acontecimiento duró muy poco en su cabeza y fue reemplazado por un solo nombre.

- Melody...- Soltó un susurro cargado de preocupación y ansiedad.- Oh no... Melody.- Repitió pero esta vez buscando desesperadamente con su mirada esperando ver a la muchacha.

El demonio finalmente se dio cuenta en lo que estaba reposando cuando bajó su mano para buscar apoyo pero sus dedos encontraron el camino a algo repulsivo, húmedo y frío. Al deslizar su mirada notó que parte de su mano había resbalado al interior de la boca de un cadáver, momentáneamente el pánico lo asaltó provocando que cayera de espaldas rodando sin frenos hacia la base de aquella pila de cadáveres aterrizando esta vez en el frío concreto, una vez en un suelo firme incorporó su cuerpo hasta lograr estar de pie.

- Melody... debo buscar a Melody.- Se convenció así mismo simplemente para tratar de enfocarse e ignorar el tétrico ambiente.- Melody... Melody... Melo-

Sus plegarias fueron escuchadas pues el cuerpo de la chica estaba justo a sus pies, Kalvin se agachó para voltear el cuerpo de Melody notando en su pecho un enorme agujero en donde debería de estar su corazón, esa imagen transicionó la preocupación en verdadera ansiedad. El muchacho cubrió las heladas mejillas de Melody con sus palmas notando cuán helada estaba la piel de la castaña, era como meter las manos en la nieve.

- ¡No! ¡No! ¡No! ¡Melody! ¡Dime que esto es mentira!- Sollozaba el pelinegro mientras sacudía a la muchacha, se detuvo tras ver de nuevo la herida de la chica.- ¡Voy a curarte! ¡Sólo dame unos segundos!

Dirigió sus temblorosas manos al pecho de Melody y con desesperación dejó escapar sus poderes llevándolos al máximo, estaba tan atormentado por regresarle la vida a su compañera que sin pensarlo dos veces arrastró con su mano libre el cuerpo de un muchacho y sin vacilar mordió la muñeca del difunto succionando torpemente la sangre. La razón de este hecho era para tener más fuerzas en su poder, él debía devolverle la vida a Melody sí o sí, no había lugar para el fracaso como en sus últimos intentos.

Llevó sus dos manos nuevamente a la herida, de sus palmas emanaban una luz que cada segundo que pasaba se volvía más brillante, pero esa no era la única anomalía que ocurría, su cabello se tornó blanco y uno de sus ojos fue bañado por el color dorado. Esta metamorfosis ocurría cuando él aceptaba por completo su lado inhumano, su lado demoníaco, lo de su cabello no era nuevo y pasaba solamente cuando él bebía sangre pues eran los genes de Radna haciéndose presentes, un recordatorio de que era el hijo del Demonio creado por los pecados de las personas, él era un descendiente sobreviviente de un maldito ser ansioso de sangre.

Kalvin creyó que utilizando su poder al límite sería lo que salvaría a la castaña, que volvería a verla reír o escuchar su voz, sin embargo sus impacientes acciones le dieron una vuelta a la situación. Debido a la aflicción el albino intentó curar con rapidez a Melody pero debido a ello terminó creando accidentalmente células duplicadas que inmediatamente comenzaron a comerse una entre otras, dejando a Melody completamente irreconocible, parecía un nauseabundo pedazo de carne echado a perder lleno de bultos. Kalvin intentaba arreglar su error pero solo empeoraba y al percatarse que no salvaría a Melody soltó un puñetazo al suelo seguido gritó con todas sus fuerzas, su garganta ardía y se quedaba sin aire, pero él no callaba su grito cargado de rabia mezclada con tristeza. Al momento que su voz murió se agachó abrazándose así mismo dejando salir sus lágrimas y su cabello abandonó el color blanco regresando a su color natural al igual que su ojo.
Nuevamente había fallado en salvar a alguien y alguien inusual fue testigo.

- La privación de una salud corporal infalible, un vigor inconstante y la falta de tranquilidad mental fue lo que ocasionó que fallaras.- Enunció una monótona voz que le resultó familiar a Kalvin.- Pudiste haberlo logrado.

El demonio de ojos celestes se incorporó y giró en dirección de la voz, topándose con un muchacho albino de brillantes ojos rojos con tonos amarillos, era Verdammt.

- Eso fue lo primero que te enseñó la bruja que te crió.- Reafirmó Verdammt.- ¿O me equivoco?

- ¿Cómo sabes eso?- Cuestionó asustado Kalvin pues él nunca le comentó acerca de su vida.- ¡Responde!

- Observé tus memorias, y veo que tú solo la desobedeces ¿cómo crees que se sentiría al verte así? Hecho un completo fracasado. Pobre wiccana... ¿Cómo era su nombre? ¿Yerac Delvaux?

- ¡No digas su nombre en vano!- Protestó Kalvin en voz alta logrando hacer callar al albino.- Yo ya sé que la he decepcionado... Por eso no regresaré con ella, no puedo permitir que vea el fracaso que soy... No puedo dejar que sus ojos vean más mi cobardía.

Verdammt le ofreció su mano y Kalvin la aceptó levantándose del suelo, el albino no lo soltó a pesar que el contrario ya estaba de pie, en su lugar le dio más fuerza a su agarre aún sabiendo que el dorso de la mano del pelinegro estaba lastimado pues era fácil notar la dañada piel debido a la pálida piel del demonio.

- Entonces esto marca tu entrada a nuestro raro grupo.- Comentó el demonio albino esta vez con un tono más cálido.- Pero primero debemos sobrevivir a este desastre y estando aquí lamentándonos no ayudará en nada.

El corazón de Kalvin estaba tan lleno de emociones confusas sintiendo que iba a estallar, luchando por contener las lágrimas miró su mano siendo sujetada por la de Verdammt pero el albino no permitió que el tiempo se siguiera perdiendo y empezó a arrastrar al chico. Kalvin giró su rostro dando una última mirada al cuerpo de Melody pidiéndole perdón en un susurro esperanzado que el viento llevase su mensaje a la murmur.

DemonieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora