Capítulo III: Encierro

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Taylor tomó la decisión de encerrar a Chloe en su habitación, a la mañana siguiente cerró todas las salidas posibles de su habitación.
Antes de encerrarla completamente, Grace y Taylor estaban de pie fuera de la habitación despidiéndose de Chloe.

- Mami, ¿por qué me hacen esto? ¿Hice algo malo?- Pregunto Chloe con los ojos cristalizados.

- Ya lo entenderas Chloe- Dijo Taylor y cerró la puerta.

Chloe corrió hacia la puerta empezó a patearla y golpearla y al ver que no le habrian comenzó a llorar muy fuerte.

- ¡¿PORQUÉ MAMÁ, PAPÁ?! ¡¿QUÉ HICE?! ¡¿ES POR QUÉ SOY DIFERENTE A USTEDES?! ¡¿VERDAD?!- Gritaba y pataleaba Chloe, que luego se canso y se tiró al piso para seguir llorando.

Taylor se retiró pero Grace estaba en el pasillo al otro lado de la puerta de Chloe, ella se acercó a la puerta y escuchó a su niña llorar, apoyó su oreja y logró escuchar a Chloe murmurar.

- Asima... Asima, tenías razón... no me quieren.

A Grace le partía el corazón haber aceptado la decisión de Taylor, pero ella pansaba que no habia otra opción.

Chloe estuvo encerrada durante nueve años, su puerta sólo se abría para pasarle la comida y objetos de uso personal. Ella se convirtió en una chica de quince años, muy alta y su cabello siempre lo mantuvo despeinado.
Grace cada vez que iba a dejar algo en la habitación de Chloe siempre encontraba a Chloe hablando con aquella muñeca, la misma que cargó cuando trajo a Chloe por primera vez a su hogar, su muñeca llamada "Asima".

Helen ya con nueve años, se sentaba en el pasillo frente a la habitación de Chloe. Ella nunca vio con claridad a su hermana mayor.

- Chloe... Nuestros padres ya se fueron... Chloe ¿Éstas viva? No te escucho. Chloe quiero verte, aún no sé por qué éstas encerrada, podrías decirme... por favor.- Decía Helen tratando de ver a Chloe por debajo de la puerta, pero sólo la miraba acostada en el piso dándole la espalda.

Helen siempre que sus padres se iban, corría hacia el pasillo a la puerta de Chloe y buscaba entablar una conversación con su hermana, pero ella nunca le contestaba.
Chloe se levantó del piso y miró al techo, una aclaración, una idea pasó por su mente, y se acercó a su puerta donde al otro lado se encontraba su hermana menor.

- Helen... ¿sigues ahí?- Preguntó Chloe.

- ¡Si, si! ¡Aquí estoy!- Dijo Helen muy feliz al escuchar por primera vez la voz de su hermana mayor.

- ¿Puedes sacarme de aquí?

- ... No sé si debería.- Decía Helen dudosa.

- Es para que juguemos juntas.

- ¡¿Enserio?! ¡Entonces ya regreso!- Helen salió corriendo hacia donde se encontraba las llaves, fue un poco difícil alcanzarlas pero lo logró, e inmediatamente regresó a la puerta y desenllavó la cerradura y los candados. Abrió la puerta con mucho entusiasmo.

- Hola... Helen- Chloe salió de la oscuridad con su sonrisa retorcida.

- Vaya... ¡Eres muy alta!- Helen corrió hacia ella y la abrazó.
Chloe ni siquiera correspondió al abrazó, Helen levantó la mirada y observó los particulares ojos de su hermana. - Chloe... tus ojos son hermosos.

- Helen, vamos a la cocina.

- ¡Si!

Helen la soltó y tomó la mano de Chloe. Ambas salieron de la habitación, mientras recorrían los pasillos Chloe notaba los cuadros con fotos de Helen, Grace y Taylor, el demonio mantenía su cara con una expresión de suma frialdad.
Helen soltó la mano de Chloe y se acercó al comedor.

- Helen, cocinemos.

- ¡Si! De seguro tienes mucha hambre.

- Sí, tanta que ni te imaginas pequeña. Por favor toma el cuchillo, haremos comida para mí.- Dijo Chloe con una notable sonrisa.

Helen inocentemente obedeció a Chloe y fue por el cuchillo, cuando lo tomó miró a su hermana.

- Aquí está, yo no puedo usarlo.- Helen apuntó a Chloe con el cuchillo.

- Lo usarás tú.- Dijo Chloe y soltó una risita al poseer a Helen, el miedo era notable en los ojos de la menor, quedó inmóvil- ¡Oye preparame la comida!- soltó una carcajada y Helen empezó a apuñalarse por todas partes.

- ¡¡¡AYUDAME HERMANA!!! ¡¡¡NO PUEDO PARAR!!!- Gritaba alterada la niña mientras se clavaba la afilada hoja del cuchillo.

Demonie seguía riéndose como una loca ella paró hasta que vio a Helen caer muerta.

- Haawww, ¿ya moriste?- Demonie se acercó y se agachó donde estaba su hermana menor muerta. Demonie comenzó a alimentarse del cuerpo. Sentia una gran éxtasis provocada por la carne y la sangre humana, le era adictiva. Su cabellera negra se ausentó por la blanca.
Demonie escuchó que sus "padres" habían regresado, segundos después ambos se dirigieron hacia la cocina donde escucharon ruidos raros, un agudo grito se escuchó por parte de Grace, Taylor quedó petrificado al ver a su hijita despedazada.

Demonie desató su ira acumulada y poseyó a la pareja, cuando los tenia bajo su control, hizo que éstos comenzarán a golpearse.

-¡¿Cómo se siente?! ¡¿Eh?! ¡¿"MADRE"?!- Se reía a carcajadas el demonio, seguido lanzó un cuchillo al pecho de Grace.

Taylor poseído, estampó a Grace contra la pared rompiéndole unos dientes. Él aún bajo el control de Demonie, lloraba por lo que le obligaba hacer. Él se culpaba a sí mismo por la ira del demonio.

Grace cayó muerta, Demonie se dignó a ver su cadáver y luego obligó a Taylor que sacara el cuchillo del pecho de Grace, lo tomó en sus manos y se lo clavó en la frente.

- Uhh... Ya murieron, se suponia que eran guerreros y murieron tan rápido...

Demonie tomó sangre y comenzó a pintar las paredes, escribió su verdadero nombre en letras mayúsculas.

"DEMONIE".

Una sonrisa satisfactoria salió de ella.

DemonieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora