Capítulo LVI: Sentencia y Muerte

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Al igual que una bella bailarina de ballet Demonie giró con mucha gracia y con una gran sonrisa en su rostro se presentó delante de Verdammt quién sólo la veía cargado de dudas ¿acaso el demonio de ojos carmesí se entregaría a la muerte con tanta facilidad? ¿Acaso no medía las altas probabilidades de morir? ¿Perdió la cordura? Quién sabe, la única que podía responderle se portaba como una cabeza dura.

- A mi ángel lo veré cuando el día recupere sus bellísimos colores, él no puede ver esta pesadilla. Voy a impedirlo, por eso no debo perder más tiempo aquí.- Respondió Demonie con mucha calma como si fuera a irse a apagar una simple luz en lugar de enfrentarse con un temible ser.- Nos vemos Verdammt, no tardaré.

- ¡Demonie vas a morir! ¡Te descuartizarán y jugarán con tus restos! ¡Escóndete con nosotros!- Gritaba el albino tratando de hacer entrar en razón a la chica.- ¡No puedes ir a morir a lo estúpido con Daemon!

- Lo siento.

Demonie soltó sus últimas palabras dirigidas hacia Verdammt para luego dejarlo atrás tras correr hacia su hermano Kyle. Las rodillas del albino se doblaron y cayeron con violencia contra el suelo, seguido varios puñetazos golpearon el suelo y su sonido fue completamente opacado por un grito cargado de rabia. El demonio albino se estaba desquitando con lo único que tenía y era el frío concreto, claro que esa rabieta le cobró su fina piel de porcelana, sus ensangrentados nudillos estaban hechos un desastre al igual que sus rodillas. Él no era el único que estaba de rodillas gritándole a los cuatro vientos, muy lejos entre las montañas estaba la bruja que salvó a Demonie con un insoportable dolor en el pecho, era como si recibiera varias puñaladas a la vez en su corazón. La madre adoptiva de Kalvin, estaba también sufriendo por la desgracia que se acercaba y no había nadie ni nada que pudiera evitarlo.

Mientras que Verdammt se lamentaba Melody y Kalvin seguían juntos corriendo por las vacías calles tratando de encontrar algún escondite que fuera lo suficientemente profundo pero no tuvieron éxito así que se tuvieron que conformar con un parqueo subterráneo de una plaza. Una vez dentro optaron por irse al nivel más bajo y alojarse en un estrecha bodega llena de utensilios de limpieza, no era un lugar cómodo pero al menos cumplía la función de escondite... O al menos eso creían.

- Bien... Supongo que vamos a pasar un buen rato aquí encerrados así que... Hmm.- Hablaba Melody mientras se sentaba sobre la base de una vacía cubeta de pintura.- ¿Qué tal si matamos el tiempo charlando? De igual manera no podemos hacer mucho.

Kalvin simplemente asintió con la cabeza y sentó en el suelo manteniendo su mirada en cualquier objeto del lugar evitando así encontrarse con los ojos morados de la castaña. El chico ya estaba incómodo en primer lugar y si le dirigía la vista a Melody solo empeoraría para él.

- Entonces huh... ¿Cuál es tu especialidad? Tu poder, tu habilidad o como quieras llamarlo digo no eres un belial, bifronte, haborym, minoson y mucho menos un murmur como yo. Eres un demonio mestizo así que no tengo idea de lo que eres capaz.

Kalvin abrazó sus piernas mientras buscaba las palabras adecuadas. Por la manera en que ella habló Kalvin sintió que ella tenía altas expectativas en su habilidad pero él solo sentía que iba a decepcionarla si respondía.

- No hago mucho, solo puedo regenerar cualquier materia si es dañada... No es muy útil que digamos, todo demonio puede regenerarse así que no es nada especial.- Resonó la voz de Kalvin hasta morir en un murmullo.

- ¿Regeneración dices?

Melody se bajó de la cubeta y gateó hasta quedar delante de Kalvin invadiendo por completo su espacio personal, esta acción puso nervioso al pelinegro al punto de temblar y con una respiración muy acelerada. La chica notó lo nervioso que estaba él pero eso solo le dio ganas de molestar más, sin embargo no era momento para gastar bromas pesadas así que fue directa a lo que iba a hacer, primeramente comenzó a desabrochar su camisa sin vergüenza alguna mientras que Kalvin al ver sus movimientos él inmediatamente cubrió sus ojos y le rogó que se detuviera pero eso solo hizo reír a Melody.

DemonieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora