Capítulo XLVII: Distracciones

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Los dos demonios Verdammt y Melody le dieron la espalda al ángel pero éste alzó la voz haciendo que solamente Verdammt se diera la vuelta en cambio Melody solo se detuvo sin ver al ángel.

- Antes que se vayan llévense esto porque supongo que es de ustedes. Esta porquería ha estado molestando a la familia D'Valencia y me hice cargo.- Habló el ángel manteniendo la mirada con el demonio de baja estatura.- Si no es de ustedes de todas maneras iba a botarlo.

Gabriel sacó de una bolsa un pequeño vestido de color rojo, luego volvió a meterlo y de la misma bolsa sacó la mitad de la cabeza de una muñeca de porcelana. Verdammt reconoció ambos objetos de manera inmediata y no pudo hacer más que dar un profundo y necesitado respiro.

- ¿Qué hiciste con el espíritu que contenía esa muñeca? ¿Donde lo has almacenado? Ese espíritu es muy importante para alguien y te exijo respuestas.- Demandó el albino.

- Obviamente la exterminé, su sola existencia era más trabajo para mí. Si vuelven a molestar a la familia de Emmett no dudaré en eliminar cada uno de ustedes. No quiero que nada interrumpa mi paz.

El ángel tiró la bolsa a los pies de Verdammt y se marchó del lugar pues ya no tenía nada más que hacer con ellos, su nuevo objetivo era buscar a su compañero Henry que desde tempranas horas se había marchado. Melody se acercó a Verdammt y la mirada de ambos se enfocaba en los fragmentos de porcelana que se habían esparcido en el suelo.

- ¿Cómo le decimos esto a Demonie?- Preguntó Verdammt sin quitar sus ojos del vestido al estilo victoriano.

- Si es que la encontramos... Dejémosla, Asima nunca me agradó y creo que Demonie no querrá tener los residuos de la muñeca.- Respondió Melody volviendo a darle la espalda a Verdammt.

El albino se agachó a tomar el pequeño vestido y una vez en sus manos lo sacudió apropiadamente para luego doblarlo y guardarlo en su bolsillo. Al menos llevarle la prenda a Demonie sería un buen recuerdo para ella o eso era lo que pensaba Verdammt aunque sus pensamientos fueron interrumpidos por un grito de Melody que demandaba su atención. El chico giró sin decirle nada a la castaña y comenzó a andar habiendo ignorado la voz de la chica quien tomó como ofensa el silencio, sin embargo no dijo nada y siguió los pasos del albino.

- Y... Específicamente ¿a dónde vamos?- Preguntó la muchacha.

- Primero buscaremos a Kyle, luego a Barbatos. Ése es el que tiene a Demonie pero no podemos ir frente a él solo nosotros dos. Tú no lo conoces como yo, él juega muy sucio y nunca se sabe cuál será su nuevo movimiento.

Melody no discutió el plan de Verdammt pues no tenía argumentos contra ello, ella solamente haría caso ante las palabras del demonio de cabellos blancos. Después de todo era lo único en que era buena.

Nuevamente ambos demonios corrían entre la oscuridad de la noche en las calles más solitarias para evitar ser vistos por civiles o algo más. Sin embargo su búsqueda no duró mucho pues el escándalo del derrumbe de la parte de una pared de un quinto piso llegó a los oídos de ellos en especial los de Melody quien tenía oídos muy sensibles. Los dos levantaron la vista enfocándose en el viejo edificio que estaba siendo destruido poco a poco, y luego una figura se asomaba en aquel lugar.

- ¡Ese es mi Kyle!- Gritó la chica.

- ¡Espera Melody! Algo anda mal.

Las sospechas de Verdammt se hicieron reales al ver otra oscura figura abalanzándose de la nada contra el demonio de ojos heterocromáticos. Sin perder tiempo Verdammt y Melody se las ingeniaron para llegar al punto donde ocurría la escandalosa pelea, pero para llegar hasta ese lugar tendrían que pasar por mucho. Mientras ellos corrían entre los pasillos Kyle se enfrentaba a su némesis: Henry.

Estos dos seres tan distintos no debían de ser juntados por nada del mundo, sin embargo había un pequeño factor que siempre los vincularía uno con el otro y esta vez no estaba presente y por ello ambos intentarían masacrar al otro sin pensarlo dos veces. Lo único que los detenía eran ellos mismos puesto que eran muy buenos en bloquear el golpe del otro, apenas y lograron hacerse unos rasguños pero ellos querían más, ellos deseaban que la sangre corriera ya que Katia no estaría aquí para detenerlos. Kyle y Henry terminarían con sus diferencias de una buena vez por todas y destruirían el lugar si hacía falta.

- No sabes el gusto que me dará matarte así como YO maté al parásito que le metiste a mi hermana. No tienes ni la mínima idea de lo feliz que fui ese día, y créeme que será un placer llevarte donde está esa cosa.- Manifestaba Henry entonando muy alto cada una de sus palabras provocando que le hirviera la sangre a su enemigo.

- ¡Cállate! Ni se te ocurra hablar así de mi hijo.

- ¿La asquerosa bola de masa? ¿Te digo como lo maté? Primero la estrellé contra el suelo y luego...- Henry levantó la cabeza y sonrío maliciosamente.- La aplasté bajo mi bota y el glorioso crujido fue lo que me llenó de alegría pues esa cosa ya no iba a tener un lugar en este mundo.

- ¡NO HABLES ASÍ DE ETHAN!- Rugió Kyle perdiendo más el control de su cuerpo.

El pelinegro pateó con fuerza un ladrillo que estaba a sus pies logrando darle al castaño pero éste lo bloqueó con sus brazos llegando a lastimarse severamente por bloquearlo, al bajar los brazos tuvo frente a él la ardiente mirada de ira del demonio que cada segundo se acercaba más y más con la misma intención de asesinarlo, pero esta vez Kyle no mostraba conciencia, el pelinegro estaba completamente cegado por la sed de venganza. Era la mirada de un demonio furioso.

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