Capítulo XLII: Despierta tus memorias

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La mente de Demonie quedó completamente en blanco pues ella no tenía ni una vaga idea de lo que su amigo hablaba, ella aún no sabía el concepto del lugar del que él mencionaba con tremendo brillo en sus ojos.

- Emmett... ¿Qué es una capilla? Nunca he ido a una, ni sé que es.

El chico giró su rostro para poder verla ya que creyó que ella estaba bromeando pero al ver esos curiosos ojos carmesí de la chica supo que estaba siendo honesta con él.

- Te lo explicaré cuando estemos por allá, será más fácil porque soy algo malo con las explicaciones.

Ella asintió y ambos regresaron a centrar sus miradas al camino pero la pequeña burbuja de paz que ambos disfrutaban se reventó cuando el demonio se detuvo en seco, alguien la llamaba pero solo ella escuchaba esa rasposa voz pues Emmett no mostraba señal de escucharla, él estaba confundido con las acciones inesperadas de la chica.

- Chloe ¿Qué ocurre? ¿olvidaste algo en tu casa?- Preguntó Emmett mientras seguía haciendo un estudio del rostro pálido de Demonie.

- Alguien me llama pero no reconozco la voz y yo recuerdo muy bien a los demás, humanos o demonios, yo no puedo olvidarlos.

- ¿De qué estás hablando Chloe?

- Shh...

Demonie levantó un dedo indicándole que hiciera silencio, aquella voz que exclamaba su nombre se hacía cada vez más débil, el demonio no dudó ni tres segundos y comenzó a seguir aquella voz. Emmett no tuvo más opción que perseguirla, él la llamaba a gritos pero ella estaba más centrada en escuchar la otra voz, no la de su amigo. Ambos se alejaron de su destino, el escenario cambió drásticamente pues ya no habían caminos urbanos, en su lugar habían senderos totalmente rurales. Emmett se preocupó cuando notó la diferencia que había alrededor de él, en lugar de tener edificios habían árboles, el suelo no era concreto sino tierra, las personas cambiaron por flores y arbustos silvestres. Demonie se detuvo en seco lo que provocó que Emmett chocara contra ella y así ambos cayeron al suelo.

- ¡Quítate de encima Emmett estás pesado!- Gritó Demonie mientras hacía un inútil intento de ponerse de pie.

Emmett no respondió al instante ya que era su oportunidad de poder recuperar el aire que le faltaba. Como el chico aún no mostraba señales de levantarse Demonie se alzó apoyándose con sus codos y observó con detalle el silvestre escenario que los rodeaba, algo le hacía pensar que no era la primera vez que ella pisaba esas tierras, de pronto fijó su mirada al frente y sus dudas fueron aclaradas al tener en su campo visión lo que fue una vez una aldea. Las casas abandonas con signos de que fueron quemadas, la tierra seca y la vegetación consumiéndose algunas pequeñas y destruidas casitas fueron suficientes para hacer recordar al demonio de donde provenía.

- Chloe no vuelvas a hacer cosas como estas, no tengo ni idea de donde estamos ahora... ¿Cómo volveremos?- Cuestionaba preocupado el chico mientras se levantaba.

Emmett ayudó a levantar a la chica y sacó un pañuelo para limpiar la falda y medias de Demonie, ella estaba extremamente callada pues no le salían ni una sola palabra, no sabía ni qué hacer ¿Por qué esa voz la condujo a ese lugar?

- Chloe de verdad que no sé qué hacer contigo, sales corriendo de la nada y ahora estamos en quién sabe dónde.

- Estamos en mi primer hogar.- Finalmente habló pero en un tono bastante bajo.

- ¿Qué...?- Cuestionó el chico no por no haberla escuchado sino por qué no entendía de lo que hablaba.

El castaño se enderezó mirando fijamente los ojos carmesí pero sus miradas no se encontraron porque Demonie veía las casas en ruinas. Emmett giró para ver lo mismo que ella y la imagen que presenciaba solo le causaba escalofríos.

- ¿Tú viviste aquí Chloe? ¿Qué sucedió? ¿Por qué está despoblado?

- Porque todos murieron.

La piel de Emmett se hizo de gallina al momento que Demonie pronunció esa última palabra, al él no le agradaba nada que tenía que ver con muerte, era un tema que no le gustaba para nada.

- Chloe... Ya veo... Si quieres podemos irnos ya, no quiero que tengas malos recuerdos a partir de esta situación.

- Eso no importa ahora, lo que no entiendo es porqué estamos aquí, se supone que este lugar debe de estar alejado de todo.

- Bueno... La ciudad ha crecido mucho en estos años, debe ser eso. La urbanización ha consumido muchas tierras.

Demonie dio unos pasos hacia adelante acercándose a un pequeño pozo, ella pasó su mano sobre el borde y sintió bajo su palma la fría y dura textura de las piedras que conformaban al viejo pozo.

- Yo solía lavarme los pies con el agua de este pozo, era muy fría pero Daemon me obligaba a hacerlo, a él no le gustaba verme sucia.- Tras esta frase una débil sonrisa se creó en el rostro de la nostálgica chica.- Después me secaba con su camisa, él era muy brusco pero nunca me quejé.

No era un agrado para Emmett escuchar hablar sobre el hermano de ella pues aún era difícil mostrar simpatía hacia él, para Emmett ese demonio llamado Daemon era un simple loco.

- Hmm... Por lo que escucho nunca fue bueno contigo Chloe.

- ¡Ven, ven! ¡Todavía hay agua!

El comentario de Emmett fue completamente ignorado por Demonie pero él no se sintió mal por ello, fue lo contrario, agradeció que ella no lo escuchó. Él se acercó donde ella estaba colocándose a su lado, él asomó su cabeza para poder ver el agua que ella tanto mencionaba y ese fue el inicio de un gran paso. Tras ver su reflejo el chico miró como la imagen se iba distorsionando y en lugar de verse a él miró su versión adulta que esbozaba una tenebrosa sonrisa, el uniforme había sido cambiando por un elegante traje blanco con detalles dorados incluyendo una enorme cruz en su pecho y detrás de él habían unas gigantes alas, aquellas alas que solo se veían en pinturas de ángeles.

DemonieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora