Capítulo XVIII: Cenizas

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"Esto no es verdad... ¡Esto no puede estar pasando!... ¡¿Es una broma?! Acabo de enterarme que no tengo lazos sanguíneos con mi familia y... ¡Ahora la casa de mis tíos está en llamas! ¡Quiero despertar de esta pesadilla!"

Emmett se repetía las mismas palabras al ver como la casa era consumida en llamas, empezó a gritar por ayuda al ver que varios vecinos salían de sus casas. Intentó entrar a la casa en llamas para ver si podía salvar a sus tíos pero los vecinos no lo dejaron. Emmett dejó de hacer ruido tratando de calmarse, al hacerlo él escuchó el sonido de varias ramas romperse y sacudiéndose eso hizo captar su atención así que él volteó, sus azules ojos se abrieron como platos al ver los que había en el otro extremo de la calle, él corrió y se agachó bruscamente rompiendo la tela del pantalón que cubría sus rodillas sin querer también, logró lastimarse.

- Charlotte... Charles...- Logró decir Emmett en un susurro- Gracias al cielo están bien.

Tocó con nerviosismo los cabellos castaños de los gemelos, Emmett levantó la mirada y pudo ver una cabellera blanca desaparecer en la oscuridad.

- ¡Oye tú!- Gritó Emmett a la dueña del cabello blanco, al no recibir respuesta y tampoco verla nuevamente pensó que era un producto de su imaginación.

Emmett entró en razón sacando su celular y sus tembloroso dedos marcaron al número de emergencia, luego de colgar llamó a sus padres. Algo que desde un principio debió haberlo hecho.

Los minutos le parecían eternos a Emmett pero al final llegaron los bomberos e inmediatamente tomaron acción contra el escandaloso incendio que terminó siendo domado y extinguido pero antes de que el fuego se apagara llegó Paloma, Hugo, Esmeralda y Emilie. Emmett estaba sentado al lado de los gemelos agradeciendo que estaban vivos, él miraba raro que ellos estuvieran en la calle mientras la casa se incendiaba y que los padres de los gemelos se quemaban, luego observó detalladamente la mano del niño, los pequeños dedos de Charles sostenían una caja de fósforos

"¡¿Enserio?! ¡¿Tratan de culpar a un niño de nueve años?! ¡Estoy muy seguro que él no lo haría!... Juro que podría matar al maldito que hizo esto."

Emmett tomó la caja y la guardó en su bolsillo al ver que su madre se acercaba corriendo hacia él.

- ¡Emmett!- Dijo Paloma al agacharse y abrazar a su hijo.- ¿Cómo sucedió esto?

- No lo sé, yo estaba caminando por aquí porqué me iba a quedar aquí con mis tíos a dormir y para preguntar ciertas cosas para despejar mi mente y cuando venía su casa estaba en llamas, Charlotte y Charles estaban aquí en el suelo con una manta así como están ahora... Además, Charles tenía en sus manos una caja de fósforos ¡pero es imposible que él lo haya hecho!

- No importa, me alegra que los pequeños y tú estén bien... Emmett, los bomberos entraron a la casa y ...- Paloma comenzaba a sollozar.- No encontraron los cuerpos, desaparecieron.

Emmett se levantó también poniendo de pie a su madre que estaba sumergida en el dolor. Emilie y Esmeralda se ocuparon de los niños, ambas cargaron con mucha delicadeza a los gemelos hacia la camioneta de Hugo.

- Niña blanca...- Dijo Charlotte dormida. Esmeralda quién la cargaba logró escucharla.

- Emilie... Charlotte está hablando dormida.

La hermana mayor ignoró el comentario de la menor.

- Es increíble ver como duermen a pesar de este escándalo.- Decía Esmeralda tratando de llamar la atención de su hermana. Ella al sentir el desprecio frunció el ceño.

Habían varias personas en especial jóvenes tomando fotografías para poder dárselas a un buen precio a los medios, Hugo solo los miraba con seriedad, algunos se detuvieron pero a otros no les importó y continuaban. Hugo para evitar decir un comentario de mal gusto se alejó de la multitud, Emmett iba a seguirlo pero Paloma lo detuvo, ella sabía que su esposo quería estar solo, no es nada agradable que tomen fotografías de un trágico recuerdo para que se difunden en la ciudad, es realmente doloroso.

Hugo mientras caminaba sacó un cigarro y comenzó a fumarlo, luego de exhalar el humo miró al cielo con tristeza.

- Mi hermano...- Logró decir Hugo mientras se le hacía un nudo en la garganta.

(...)

La fuga de los demonios fue exitosa, los tres se encontraban en el hogar de Kyle, se cambiaron los atuendos que vestían y los colocaron dentro de una bolsa de basura, Kyle la tomó dirigiéndose al patio y prendió en fuego la bolsa que contenía la ropa llena de sangre. Demonie entró al baño, tomó un cepillo de dientes rojo que decía su nombre en letras cursivas ella comenzó a lavarse sus dientes y al enjuagarse, el sabor de la sangre desapareció, ella miró rápidamente al espejo para ver su cabello oscurecerse hasta ser totalmente negro, su color natural. Ella salió del baño y Melody entró, Demonie caminó hasta su habitación cerrando la puerta con seguro, se acostó en la cama observando perdidamente al techo.

- Ángel... mi amigo... He vuelto a hacer cosas que no te gustan...- Dijo Demonie en voz baja mientras se limpiaba una gota de lágrima.

DemonieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora