CAPITULO SIETE

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Estoy en un lugar feo, tetrico y aburrido. Las paredes son blancas y algunas personas estan vestidas de blanco, se ven serias. Estoy con Rodrigo y con Ignacio. Me dijeron que este lugar se llama hospital y las personas con ropa blanca, medicos. Apenas llegamos al hospital Ignacio se mostró serio como si recuerdos le vinieran a la cabeza, dolorosos, siempre mira el piso del hospital y con las manos en los bolsillos. Rodrigo tiene los ojos grandes observando todo, es nuevo para nosotros.
- ¿estas bien?- me susurra Rodrigo. Lo miro y veo su cara de preocupacion, hago una media sonrisa.
- son las tres de la mañana- digo por respuesta. El asiente, supongo que sin entender a lo que me referia. - ¿
que estamos esperando?- pregunto. Nunca vine a un lugar de estos en mi vida. No hay nadie, Ignacio esta apartado de nosotros, no me importa. Sale un médico, esta serio. Veo como Ignacio secacerca desesperado pero eso me enoja, Pedro no es su hermano, no tiene porque hacer mi deber. Me acerco al medico y le pregunto:
- ¿y mi hermano?- mi voz sale contenida, no quiero llorar, él me necesita.
- es un medico, tratalo con respeto- me espeta Ignacio. Yo descargo todos mis sentimientos en mi respuesta.
- me importa un comino quien sea quiero saber como esta mi hermano- casi le grito en la cara. Me vuelvo hacia el medico con la misma expresion furibunda, una oleada de mareo me viene de repente, no he comido ni dormido. Esto es desesperante.
- señorita calmese- me dice el medico con voz neutra, le lanzo una mirada asesina lo cual lo calma. - su hermano esta en estado estable pero necesita reposo.- informa y se retira un poco enojado. Suspiro aliviada y cierro los ojos. En cuanto lo hago otro mareo md llega y me duele la cabeza, me sostengo del hombro de Rodrigo, mi panza duele, creo que me voy a desmayar. Pestaneo recuperando mi vision y me encuentro con la mirada preocupada de Rodrigo y de Ignacio.
- sabia que te pasaria esto- dice Rodrigo tendiendome una barra de cereal. Lo miro con desconfianza pero el hambre me puede y le arrebato la barrita- si lo he robado- afirma mi presentimiento.
- la llevo a casa- nos sorprende una voz. Esa maldita voz que me hace temblar y a la vez enfurecerme.- yo puedo atebderla.
- gracias- dice Rodrigo sarcasticamente- pero no, no necesitamos tu pena ni tu ayuda, la ultima vez que lo hiciste ella casi se desmaya y su hermano hospitalizado. No fuiste de gran ayuda.
- ella me obligó a salir por la ventana gracias a su insistencia a ir a ver a su hermano a las tres de la mañana- se defiende Ignacio.
- logico ¿no crees?- dice mientras me abraza por los hombros.
- que sabes tu lo que es perder a alguien-le espeta con la mirada fria. Tu no tienes ni idea de hospitales rata- le escupe. Oh no, metio la pata al fondo. Con la familia nadie se mete.
- ¿Como dijiste? - pregunto en un susurro acercándome a su rostro furibunda y cpn los puños al lado de mi cuerpo, lista para darle una trompada.- repítelo.
-y...yo- no lo dejo terminar una mano estampa en su rostro produciendo un fuerte sonido en el silencioso lugar. - no me vuelvas a dirigir la palabra, no me busques, no preguntes por mi. Olvídate de mi existencia- digo en voz baja por la furia que hay dentro de mi. Diciendo esto me giro sobre mis talones para entrar en la sala donde está mi hermano.- Izzy- me llama el muy desgraciado, lo ignoro y entro, cierro la puerta sin mirar atras.
En cuanto cierro la puerta me apoyo en ella y suspiro, miro hacia la cama donde está mi hermano acostado y dormido con cables en los brazos y rodeado de aparatos. En cuanto lo veo dormido me permito un momento para y recuerdo el comentario despectivo de Ignacio. Aun no se porque me hace sufrir,yo ya conozco esa clase de gente rica, egoista, solo piensan en si mismos. Pero esa frase de él dirigida a un integrante mi familia me duele mucho, me hiere en lo mas profundo de mi ser y hago lo que nunca hice en mi vida: llorar. Deslizo mi espalda por la fria puerta dejando derrumbarme en lo mas profundo de mi dolor, en su desprecio. Cuando saco mi angustia, y decepcion me seco las lágrimas deseando no dejar rastro y me centro en el presente, en mi hermano que me necesita, en mis otros hermanos, en mi madre que aun no se como está o si está bien, en mi familia. Una voz, su voz me quita de mis pensamientos, su dulce e inocente voz me vuelve a la realidad y me hace pensar en el presente.
- Izzy, no llores- susurra Pedro con voz debil. Me acerco a él haciendole saber que escuché. Llego a su cama y acaricio su suave y tibia mejilla con ternura. - no lo mereces- dice mirándome. Su panza cruje, lo miro con el ceño funcido preguntandole con la mirada porque no ha comido?- no puedo comer, no me dejan, dicen que por eso tengo esta cosa en mi brazo- dice señalando una especie de bolsa de plástico desde donde sale un cable hasta su bracito derecho.
- como que no te dejan comer? ahora mismo salgo a buscar algo, algo encontraré- digo, mi voz cargada de furia e indignación.
- pero los medicos dicen...- no lo dejo terminar.
- me importan un cuerno los médicos, tu tienes que comer- digo decidida y diciendo eso salgo de alli pensando en como encontraré algo para Pedro sin tener que recurrir al robo.

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