Ya han venido los modistos, luego de invadir mi espacio privado se fueron contentos y dejandome anonadada por su rapides. Ya han pasado dos días desde la ecografía, Ignacio sigue en shock, pero lo está tomando bien, mis hermanos pasan tiempo conmigo y me cuentan sus cosas del colegio. Papá vive al pendiente y ya lo tiene cansado a Ignacio, yo me río de sus expresiones cada vez que le llama. Estoy mirandome al espejo, contemplando mi figura y de la nada unos brazos me abrazan por la cintura, miro mi reflejo y allí está Ignacio con su sonrisa mas amplia que he visto en mi vida. Estiro mis brazos hacia arriba y le acaricio la nuca inclinandome hacia él y luego alzo la cabeza enfrentandome con su azulada mirada que brilla, le sonrío y me acerco a sus labios, él imita mi accion y luego nos besamos de manera dulce y lenta.
- mi belleza- me susurra contra mi boca, sonrío.
- mi amor- le contesto
- aqui tienes a nuestros hijos, voy a tener hijos- habla en estado hipnótico mirando el reflejo que da el espejo, me río y acaricio mi estómago junto con sus manos.
- si- digo- y son dos- remarco.
- pues, recibiran amor por dos.- dice de manera ovbia. Nos besamos de nuevo.
- esta la...- la voz de Mario se interrumpe al vernos en esta posicion.- hay mucho amor en el aire, mejor me voy antes de que me contagien- dice, lo miro atravez del espejo, alza las manos y se va.
- será mejor que bajemos- susurro.
- él y su capacidad de interrumpur momentos hermosos- se queja antes de separarse de mi, me toma de la mano y vamos hacia la cocina.Falta una semana para la boda, todo va a la perfeccion, pero algo me llama mucho la atención. La tranquilidad en el ambiente, no apareció más el padre de Ignacio ni sus odiosos amigos, ni Sandra Collins. Todo eso es muy raro, no molestaron más, no creo que sea porque se hayan asustado, no los asusta una simple chica rata callejera que los haya enfrentado, algo traman y muy grande. Frunzo el ceño mientras miro la hoja donde tengo que escribir la pequeña lista de invitados. Voy por el segundo nombre, pero no me puedo concentrar, algo no me deja tranquila. Tengo miedo que algo me suceda, o a Ignacio o a uno de mis seres queridos. A la vez ese sentimiento de nostalgia y de deseo de que mi madre esté en mi casamiento. Marta, tengo muchas ganas de que esté aqui y me abrace o me regañe por casarme tan pronto o que haga bromas.
- va a estar, tal vez no fisicamente pero si emocionalmente, en tu corazon- me susurra la voz de Ignacio. Hago una mueca y lo miro.
- ¿porque todos tienen la capacidad de leer mi mente?- pregunto alzando ambas cejas.
- yo no leo la mente, simplemente te conozco y estás perforando la hoja por la presion- me señala mi mano que se torna blanca por la fuerza, enseguida suelto el agarre. Suspiro y cierro los ojos, los aprieto en cuanto siento un leve mareo, pestaneo y sigo con mi trabajo ignorando por completo a Ignacio, necesito estar sola.Faltan dos días para la boda, Nicole está histerica y yo nerviosa, todos planean sobre lo que tengo y no tengo que hacer, a quien quieren que invite, sobre que comer, sobre todo. Me siento prisionera en mi propia fiesta. Estan discutiendo sobre que debería elegir para la comida principal de la fiesta, tengo a Mario y a Nicole hablandome al mismo tiempo e Ignacio tratando de meter palabra. Ya no escucho lo que dicen, estoy pensando en dar media vuelta e irme dando un portazo pero eso no soluciona nada.
- ¡basta!- grito provocando silencio, inspiro y bajo los hombros- ¿se dan cuenta que son contradictorios?- pregunto enojada.- primero quieren que yo elija y luego me sugieren qué debería elegir- hablo calmada señalandolos. - no los entiendo, la verdad- hablo- y me tienen cansada, si quieren elijan ustedes pero no me molesten con sus estupideces, hay cosas mas importante que pensar que en si es mas rico o elegante los canapes o los sandwiches de miga- digo verdaderamente molesta. Ellos me miran sin pestanear. Ignacio intenta acercarseme pero lo paro con la mano- quiero por un rato estar sola- digo mirandolo, con él se me va la molestia- por favor- agrego y diciendo esto me voy cerrando la puerta. Comienzo a caminar realmente molesta, al principio no se a donde ir pero luego recuerdo que tengo algo pendiente. Llego al hospital público, corro a la habitacion donde se encuentra durmiendo mi mamá. Entro silenciosamente como si en cualquier momento pudiera despertar. Me siento al lado de la cama y le tomo una de sus manos.
- mamá, como me gustaría que estuvieras al lado mío el día de mi casamiento, me gustaría que algún dia despertaras y que esto sea solo un recuerdo. Quisiera que pudieras ver los logros de tus hijos pequeños, lo bien que les va en el colegio, lo grandioso que es Ignacio, que pudieras ver a tus nietos cuando nazcan - digo mientras siento mis lágrimas caer. En ese momento, cuando las lágrimas impiden que sigan hablando veo algo que me llama la atencion. La otra mano que no tengo agarrada está levemente cerrada como ocultando algo, me levanto despacio y abro la mano, nadie se tomó el trabajo de hacerlo. Hay un papel arrugado, me siento y lo abro intentando no romperlo. hay una pequeña frase que me hace dudar de que realmente haya caido en coma o lo provocaron. Dice: "ten cuidado, los buscan, sobre todo a él. Protégelo. ADR." . Frunzo el ceño y me guardo el papel. Ese nombre ADR no me cierra. La única forma que tengo de averiguarlo es preguntar. Corro de vuelta a la casa de Mario. Entro y no hay nadie a la vista. Camino a paso lento por la casa y me encuentro con que todos estan sentados mirandose a los ojos fijamente.
- ¿en serio?- pregunto haciendo que los tres me miren sobresaltados- ¿todavía siguen con esas estupideces?- pregunto. Ellos se encogen de hombros. - ¿alguno sabe lo que es la sigla ADR?- pregunto cambiando de tema.
- si- dice Mario- es una droga que provoca el desvanecimiento temporario de una persona haciendo que parezca un estado de coma, el efecto es casi inmediato, tarda unos minutos-recita como de memoria- ¿porque?- pregunta curioso y con el ceño fruncido. No pestaneo simplemente me quedo mirando a Mario.
- ¿por cuanto tiempo?- pregunto.
- indefinido, hasta que se le aplique el antídoto- dice aun mas serio.- ¿que sucede izzy?- pregunta.
-na-nada- digo tartamudeando. Salgo de la casa y comienzo a correr hasta el hospital pero unos brazos ms detienen, me giran y me abrazan. Por su perfume se que es Ignacio, me dejo abrazar y entierro mi cara en su pecho, no lloro, solo me quedo allí tratando de entender todo.
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Sobrevivir
RomanceSoy Isabel, pero todos me llaman Izzy. Soy rubia, alta y muy flaca. Pareciera que lo tengo todo pero no es asi,no tengo absolutamente nada, ni dinero tengo. Vivo casi en la calle si no fuera porque mi madre sacrifica su vida para dejarnos una casa...