CAPITULO DOCE

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-Pedrito -susurro para no despertarlo - lo siento, yo nunca quise esto, pero no pude evitarlo- una lágrima rueda por mi mejilla hasta caer y golpear contra la sábana. - te juro que esos van a pagar por lo que te hicieron - digo acariciando su mano. Está tan pacífico, no hay un gesto de preocupación, ni de miedo, no hay gedto de nada. De golpe siento presión en mi muñeca. Miro extrañada, es Pedro que me la está agarrando. No puedo mas de alegría. Sonrío y estoy a punto de gritar llamando a los médicos o a alguien.
- me alegra que hayas venido- susurra y sonríe. - ¿como está mama?- pregunta. Él siempre preocupandose por ella, es tierno verlo actuar así.
- mama está bien, sigue trabajando- digo evitando decirle la verdad, no tiene que porque saber la verdad.
- no le digiste, ¿cierto?- pregunta suspicaz. Suspiro.
- no, no le dije. Es que no sabía como reaccionaría- le explico. Gira su cabeza para mirarme.
- no pasa nada- dice y sonríe mirando al techo. - sabes, ese chico Ignacio, te quiere aunque le cuesta admitirlo- dice y me mira esperando una respuesta. Tiene un brillo pícaro en su mirada que me levantarle una ceja,me muerdo el labio inferior, es mi modo de decirle que no es cierto.- es cierto él me lo dijo ayer mientras yo estaba dormido.
- pero te habías desmayado- digo incrédula.- ¿como puede ser?
- es extraño, yo podía escuchar todo lo que pasaba a mi alrededor pero mi cuerpo no reaccionaba. Así fue como Ignacio me contó sobre su dilema amoroso.
- y ¿que dijo?- pregunto emocionada y ansiosa por escuchar su respuesta. En cierto modo tengo muchos deseos de que sea una respuesta afirmativa, pero el miedo me supera y todos mis pensamientos son negativos. Mi intriga y miedo de la verdad sobre sus sentimientos hacia mi hacen que le crea a Pedro sobre lo que dijo.
- no puedo decirlo, me dijo que no dijera nada, que él algún día lo haría- mis hombros se bajan, estoy desilucionada.
- cuando llegará ese día- susurro para mi. - hermanito, te tengo una noticia gruesa- le digo con voz emocionada.
- ¿que es? - él medio se incorpora. Le encanta las novedades y chismes para ser que tiene doce años. Le cuento la ultima novedad. Su cara de sorpresa es impresionante- ¡no! ¿en serio? ¿ella? ¡¡woow!!- no puede mas de la impresion. A mi me pasó exactamente lo mismo solo que no lo dije. Me rio de su reacción. Nos interrumpe una mujer vestida de blanco.
- disculpe señorita pero necesito llevarme al niño a una sala de rayos- dice disculpándose. Me quedo de piedra, nunca nadie en mi vida me han tratado así, no se como reaccionar.
- s...si, co-como no- digo sin saber que decir y sin entender ni una palabra de lo que dijo, sólo entendí que se iban a llevar a mi hermano de allí por no sé cuanto tiempo.
La mujer ayuda a levantarse a mi hermano mientras yo me quedo en una pared del fondo de la habitación, oculta, sin saber que hacer o decir. Sigo por detras a ellos dos y detras mio me sigue Ignacio. Cuando llegamos a una sala la mujer me pide que me quede allí.
Nos quedamos solos. Ignacio y yo.
- quien era esa mujer y a donde llevan a mi hermano?- pregunto por fin.
- es una médica y se lo llevan a hacer unas radiografías para comprobar qie estén sus huesos bien. - dice mirándome fijamente. Estoy sin expresión. Quedamos por unos minutos de intenso silencio que se esta tornando en incomodo. - ¿y? ¿ya lo pensaste?- corta el silencio haciendo que retumbe su voz por todo el lugar.
- no- digo sinceramente. - tengo muchas cosas en la cabeza como para pensar en eso. - digo seria. Estoy pensando en mi madre, que explicacion le voy a dar cuando la vea.
- pero es importante eso- dice serio.
- tal vez, pero no ahora- digo dando por terminada la conversacion. Me pongo a pasear por todo el pasillo haciendo tiempo. Tengo tantas cosas de las que ocuparme que se me está haciendo un lío. No se por donde empezar. Mientras miro las baldosas pienso en como solucionar mis cosas. En eso abren la puerta saliendo mi hermano y la misma médica de hoy.
- ¿ustedes son parientes de Pedro?- pregunta.
- yo si, soy su hermana- digo apurada por informacion.
- todo está bien- die- le vamos a dar el alta en una semana, luego le recetaremos medicamentos para el dolor de cabeza- me dice,y yo asiento con la cabeza a todo lo que dice sin entender absolutamente nada a lo que se refiere.
En la puerta del hospital Ignacio se aparta para hablar a traves de ese aparato blanco que tienen toeos los que tienen dinero. Es un aparato que le entra en la mano y se lo colocan en una oreja para hablar. Tengo entendido que es un celular.
- aja, si, si, esta bien- responde con monosílabos- espera, ¿que? no, ¿porque?- su voz es mas aguda. Frunzo el ceño, por su cara no es nada lindo lo que le dicen. - si tengo que hacerlo, lo hare- dice con tono resignado. Entrecierro los ojos mirándolo. Algo no está bien.
Sin darme siquiera una mirada se aleja de mi.
- Ignacio- no contesta y se sigue alejando- Ignacio- le grito, se gira con tono cansado- gracias- susurro. Él asiente y se va. Una sensación de tristeza y soledad me inundan. Pestaneo para recuperarme.

Llego a mi casa y encuentro una nota, por la letra es mi madre. "NIÑA, TENEMOS QUE HABLAR" dice la corta nota. Esto no es nada bueno.
Un pequeño pinchaso me hace acordar a la foto que no quise mirar. La saco y la miro. Son tres niños y una mujer. Están igual de pobres que yo pero el lugar es distinto a este. Es un bosque. Pero algo no encaja. Si estos niños son pobres ¿porque tienen una foto?. Son dos niños y una niña. La niña y el niño del extremo son rubios y muy parecidos, parecen hermanos. La mujer tambien es rubia. El niño del medio se me hace muy familiar. Tiene la misma nariz y los mismo ojos que Rodrigo. Pero esta foto no me dice nada, por las dudas la guardo.
Me giro buscando a mis otros hermanos, ya tendrían que estar aqui, pero recorriendo la pequeña casa con mis ojos me percato que la casa está vacia. Mis otros dos hermanos no están. Entrecierro los ojos extrañada, esto es muy raro.
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