CAPITULO VEINTISEIS

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Debo admitir que el día estuvo bueno, estuvimos en una plaza del centro, a regañadientes acepté participar de un espectáculo callejero donde me hicieron hacer de asistente de el Dr Cerebro. Aunque no lo admita delante de Ignacio me gustó el día. El Dr Cerebro me cantó de una manera muy ridícula el feliz cumpleaños haciendo que me resulte muy interesante las baldosas que estoy pisando. Como regalo por haber participado me regalaron dos entradas para no se que cosa.
- Izzy, mira- me tira de la manga Marcos- un restaurante, ¿podemos ir?- pide mirandome con esos ojos marrones tan tiernos, con esa mirada suplicante. Inflo los cachetes y asiento con la cabeza resignada.- ¿viste Nacho? podemos ir a ese restaurante- le grita mirando hacia atras. Él se dedica a hacer reir a Pedro con sus, debo recalcar, horribles chistes.
- ¿sabes lo que es una hipotenusa?- le pregunta Ignacio sin escuchar a Marcos.
- si, es la línea mas larga de un triangulo rectangulo- dice el genio de Pedro sin captar que es un chiste.
- no, son diez hipopótamos en Estados Unidos- dice riéndose de su propio chiste. Esto es suficiente para que intente ser como un ñandú, meter mi cabeza en un agujero y no verlo por el resto de mi vida.
- pero si... ah, eso fue un chiste?- pregunta supongo que queriendo averiguar si realmente habla en serio.
- si- dice poniendose de repente serio- admite que estuvo bueno- dice codeandolo, cada dos por tres me giro mirando la escena, es divertido ver que no soy la única que pienso eso.
- tengo que hacer un favor a la humanidad y a mi hermana- dice poniendole una mano en el hombro de forma confidencial.- no hagas chistes, sin malísimos- dice haciendome reir muy fuerte y que todos se giren a mirarme.
- esto es épico- se para en la veredera Rodrigo - Isabel Alai Arzuaga se está riendo- dice mirando a su alrededor esperando que no le pase algo.
- de verdad, algo le pasó- añade Leonard con el ceño fruncido.
- eh, que me miran tan raro- los miro seria con los brazos en jarras - todos se ríen- digo levantándole una ceja.
- es que tu nunca te ríes de esa manera tan... tan... aútentica- agrega Ignacio una vez lo tengo detras  mío abrazándome por la cintura. Le pego de manera amistosa en el brazo que rodea mi cintura mientras evito reirme mordiendome el labio inferior.
- ¡¿pueden escucharme?!- el grito que pegó Marcos nos hace saltar a todos buscando al que tiene tremendo pulmones.- al fin- dice una vez obtiene nuestra atencion- podemos ir a ese restaurante, ella me dejó- dice señalandome. Lo que faltaba, ¿no puede ahorrarse un poco las palabras?.
- ¿en serio?- preguntan al mismo tiempo Ignacio y Rodrigo- épico- recalca Rodrigo
- inaudito- exclama Ignacio.
- dejen de mirarme así, me ponen de mal humor. Mon Dieu, impossible, c'est impossible- refunfuño para mi en frances sorprendiendo a todos, yo sigo mi camino hasta el restaurante.
- ¿estan seguros que es Isabel?- pregunta Rodrigo. No hay respuesta. - hermano, ¿que le hiciste anoche?- pregunta a Ignacio, es el único de acá que le puede decir hermano.
- cositas- dice haciendo que me ponga roja, menos mal que estoy unos metros mas adelante.
- sabe frances- habla Leo- ¿como hizo para aprender? ¿tu le enseñas? - le pregunta.
- no- dice Ignacio- ¡sabe frances!- sigue exclamando mientras caminamos.
Una vez dentro del local un chico nos atiene, para mala suerte de todos menos mía habla frances.
- podrías ser nuestra traductora, ¿no?- me dice Ignacio, ruedo los ojos.
- Bonjour- le digo- chicos, dice que elijan una mesa y que si quieren algo de aperitivo. - digo mirando a ellos, sus ojos están abiertos de par en par hasta Pedro- clases on line- digo encogiendome de hombros.
Nos sentamos, nos entregan el menú. El empleado nos pregunta que vamos a pedir.
- je veux una pizza, s'il vouz plâit?- pido para mi.
- no entendí mucho, pero pizza entendi- me dice Ignacio mientra mira su menú- ¿en serio? ¿pizza? ¿no tienes otra cosa mas francesa para pedir?- pregunta.
- ¿tu sabes algo de comida francesa?- pregunto divertida.
-em...emmm- acota mientras intenta mantener su orgullo en alto.- vale, tu ganas, no, nose- dice - oye, chico, yo quiero una milanesa a la napolitana- le dice al frances.
- yo no te entenderte- dice a lo muy frances arrastrando las erres.
- quiero una milanes...- empieza a decir muy lentamente jesticulando exageradamente. Le tapo la boca con una mano y le digo al franchute lo que quiere cada uno.
Una vez nos traen nuestros platos, lo devoramos como si fueramos perros callejeros que no hubiesemos comido en por lo menos un mes. Ignacio sigue sin entender que tiene que cerrar el pico en cuanto a chistes, asique la única solucion que le encuentro antes de que se unda completamente como el peor contador de chistes. Lo beso cuando está contando su segundo chiste de despues de la cena.
- pero que....?- pregunta una vez me separo esperando que se haya distraído.- ¿porque me besas?- pregunta extrañado. Por lo general no demuestro cariño de esa manera.
- para que no te hagas mala fama- digo contra sus labios sin separarme del todo, de alguna manera es adictivo.
- voy a tener que seguir consiguiendo esos chistes, por lo menos tengo mi recompenza- dice divertido, en sus ojos puedo ver brillo, eso me hace sonreir.
- la proxima te dejo sin herederos- le susurro con el mimos tono de voz.
- no seas mala- dice.
- devuelveme a mi hermana- dicen Pedro y Rodrigo al mismo tiempo y luego siento el choque de puños. Les saco el dedo del medio y me rio contra la boca de Ignacio, le beso de nuevo y luego me enderezo hasta llegar a mi lugar.
Pagamos la cuenta y nos vamos, cuando estoy por cruzar la puerta de salida el chico del restaurante me para.
- tu es très belle- me dice mirandome de manera rara, mientras me ocupo de ponerle cara fea y rara lo miro, es más alto que yo, ojos color miel y pelo castaño obscuro. Logro distinguir esa mirada, es lasciva, conozco esa mirada, cada dos por tres me ha pasado. Le entrecierro los ojos.- je m'appele Pierre- sigue hablando.- et tu?-pregunta al ver que no contesto.
- tu es trés nouveux, tois toi- le espeto. Me giro de nuevo para irme pero el me detiene.
- non...- no lo dejo hablar, le abofeteo la mejilla, en ese momento llega Ignacio y lo empuja un poco más lejos.
- franchute de porquería, escuchame bien petiso, no te metas con mi novia- la voz sale muy enojada, nunca lo ví tan enojado. Me abraza por los hombros de forma posesiva y me lleva hasta el auto.
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