CAPITULO DIECINUEVE

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- Es la hora de ir a por tus hermanos- me hace volver a la realidad la voz de Ignacio. No me había dado cuenta que ya habían pasado dos horas desde que su padre se fue. Nos la pasamos jugando a hacernos cosquillas.
Tuve que cancelar mi visita a Lucía, Ignacio no quería salir con la cara amoratada y yo no quería dejarlo solo.
- vamos- le digo recomponiendo mi expresión.
- mejor ve tu- intenta sonar casual pero se que no quiere que lo vean así. Me resigno a ir sola a buscarlos. Camino mirando el piso, es que es tan interesante contar las baldosas. Cuando quiero acordar estoy frente al colegio esperando en un rincon a que salgan. De un momento a otro el lugar se llenan de padres, eso me pone huraña y muy nerviosa, aun tengo la sensacion que me van a mirar mal o me van a decir algo ofensivo. Allí estan, casi no los distingo con la ropa igual a los demas, las chicas con polleras a cuadros y los chicos con pantalon liso gris, camisa blanca y corbata a rayas.
- ¡Izzy!- gritan los tres a coro. Les levanto una mano para que vengan.
- ¿Como les fue ?- pregunto para entrar en tema una vez ellos llegaron a mi.
- ¡a mi bien!- grita eufórico Pedro. Se nota- me tomaron un examen para ver como estoy y lo aprobé con diez. - dice mostrándomelo. Mis ojos se abren enormes y una sonrisa de oreja a oreja se forma en mi cara.
- ¡te felicito!- le digo besando su frente- lo tienes bien merecido. ¿Y a ustedes que les pasa?- pregunto agachándome a la altura de Marcos y Annabelle. Estan tacirturnos mirando el suelo.
- nos preguntaron sobre nuestra mamá- dice Marcos- y no supimos que contestar- termina triste. Le acaricio una mejilla.
- Mark, mírame, tienes madre, no pasa nada conque no digas nada de ella. Ella no está muerta, va a sobrevivir por ustedes. ¿Aparte de eso como les fue?- pregunto para cambiar de tema.
- tengo amigas- habla por fin Annabelle- son dos- dice tímidamente. Me alegra y sorprende, ella no es de hacer amistades.
- te felicito Ani- le digo alegrándola un poco.
Llegamos a casa. Está tan vacia, en realidad siempre estuvo igual pero ahora se siente vacía. Los niños se duermen al instante. Yo tardo en dormirme, me quedo mirando el techo de chapa.

Me levanto temprano, la pesadilla que tuve no me dejó dormir mucho. Aun no ha salido el sol, supongo que son las seis de la mañana. Me pongo una ropa abrigada que me regaló Ignacio. Para despejarme corro hacia un arbol bastante alejado del barrio, me subo hasta una rama bien alta, me siento a horcajadas y me quedo mirando el pedacito de cielo seminegro que puedo ver a traves de las hojas. Cruzo los brazos por mi cuerpo y siento el ruido de papel cuando se arruga y me acuerdo de las cartas. Comienza a aclarar. Saco las cartas y las observo, hay una que me llama la atencion. El papel es amarillo. La abro, está escrito a mano. Son tres cartas y un diario íntimo.
La carta con papel amarillo dice: "hijo, siento mucho no poder vivir mucho más para poder criarte, pero quiero que sepas que te quiero. Por favor cuida de tu hermana. En dos meses los vienen a buscar un señor llamado Aurelio Bustamante, es tu padre. Es rico, pero no te preocupes, le obligué legalmente a reconocerlos". Termina con un garabato. Es demasiado lo que acabo de leer. Pero la intriga me ganó, abro la otra carta que tengo en la mano. Lo primero que veo es el nombre Azzen, eso me recuerda a la fábrica del padre de Ignacio. La abro con mano temblorosa de la ansiedad.
"Señorito Ignacio Brian Bustamante apuerese en la entrega del paquete sino quiere que su hermana muera, le damos dos días. " Eso es todo lo que dice, un poco de desilución me queda al terminar de leer.
La tercera carta me sorprende más aún, tiene inscripto el nombre del colegio donde inscribió a mis hermanos. Dice: " Egresado con el mejor promedio de la promocion novena. Tiene el pase para la universidad que usted desee." tiene la firma de la directora.
Quiero abrir el diario pero tiene candado.
- al fin te encuentro- la inesperada voz de Rodrigo me hace perder el equilibrio y quedar agarrada con las piernas de la rama. Guardo apuradamente las cartas. Rodrigo está desternillandose de risa.
- no es gracioso- digo una vez recupero mi postura.- ¿como me encontraste?
- no te vi por ningun lado y supuse que estabas aqui- dice encongiendose de hombros mientras mira hacia arriba- ¿porque no fuiste a ver a Lucia?- pregunta una vez se sienta en la rama donde estoy, enfrentándome.
- emm... yo.. emm- balbuceo- yo
- no me lo digas estabas con ese tipo- escupe. No aguanto más, una ofensa más y sacan lo peor de mi. Lo miro de forma asesina - vale, tranquila fiera- dice atajándose. Le levanto una ceja, que yo sepa no abrí mi boca. - tu cara lo dice todo, me callo- dice haciendome reir por su cara. - ¿que hacias?- pregunta.
- nada, pensar. ¿Como está ella?- pregunto.
- bien, igual de terca- dice.
- me va a escuchar- digo moviendo mi dedo de una manera cómica. - no puede ser que siga así, tiene que...- el me corta haciendome un gesto.
- eso díceselo a ella- su cara es muy cómica.
- ¿que hora es?- pregunto de repente.
- las diez de la mañana- dice tranquilo. Se me había olvidado completamente que tenía que ir a la casa de Ignacio.
- mierda- mascullo y salto de la rama cayendo parada.
- ¿como carajo lo hiciste?- pregunta gritando desde la rama.
-práctica- digo- dile a mis hermanos que tuve que hacer algo que vayan donde estuvieron ayer. Pedro me va a entender-le aclaro ante su cara de duda.
Llego agitada a la casa. Una vez dentro de la habitación escucho el ruido a agua del baño. Mientras lo espero sentada en su cama miro su mesita de luz, curiosa abro el cajón encontrándome con una sorpresa, una carta que reconozco al instante. La que escribió mi madre biológica. La agarro y la guardo detras de la espalda en forma apurada mientras Ignacio sale del baño. Mi cara está seria.
- wow.. no pensé que ibas a venir. - dice con voz cansada.
- ¿porque tienes esto?- pregunto ahorrándome hipocresías mostrándole la carta.- sabes que esta es mi carta porque ahora que recuerdo se me cayó aqui. No eres tonto como para suponer que era mía. ¿Porque la tienes tu?- pregunto sin moverme del lugar. Ignacio está quieto solo se mueven sus ojos de mi hacia la carta.
- no querras saberlo- dice con voz cansina.
- ¿quien te dijo que no?. Es mi carta, trata sobre mi, asique tengo derecho a saber- digo hecha una furia. Estoy cansada que me tomen por estúpida.
- es mucho hasta para mi que tengo un lío de familia- dice. Eso me hace acordar a las cartas que tengo de él, eso me convierte en lo mismo de lo que me estoy enojando. Comprender eso me hace bajar los hombros y el enojo. Ademas él tiene solo una carta yo no solo tengo eso de él.
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