CAPITULO VEINTICUATRO

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- te tengo que mostrar a alguien- le dice Ignacio mientras nos abraza a los dos. Yo siento que cuando nos vean a los tres van a flipar. Regresamos hacia ese luegar que me tiene de tan mal humor. Vamos riendo por un chiste malo que dijo Ignacio, cuando llegamos al hospital nos encontramos con todos allí sentados comiendo helado.
- ¿pero... que?- pregunta anonadado Pedro- ¿como...?- lo sabía, estan flipando. Los ojos de todos estan puestos en nosotros, sus iris parecen que quieren salirse de sus órbitas, y sus bocas forman un O gigantesca.
- denle las gracias a Izzy- dice Ignacio- a mi dulce, amorosa y hermosa novia- continúa besandome la mejilla mientras yo miro la reaccion de los demas que están poniendo los ojos en blanco haciendome reir, le devulevo el beso logrando capturar brevemente su labios.
- ya, ya, suficiente amor por hoy- nos separa Rodrigo.
- celoso- digo riendo. Ovbiamente no soy la misma de hace mas de nueve meses, es impresionante como ha cambiado todo para mi pero no exactamente todo, aun sigo sin saber nada de mi madre biológica, menos del padre de Ignacio. Sin quererlo esa imagen impactante vuelve a mi memoria ocasionando que cierre los ojos al recordar el terrible impacto de la mano del hombre contra su mujer.
- ¿estas bien?- me susurra Ignacio intentando ser disimulado. Le sonrío de forma amarga, mi ceño está fruncido.
- maso- le digo recordando que no nos ibamos a ocultar mas nada.- despues te digo.
- Nacho, me tenias que mostrar a alguien- le recuerda Rodrigo.
- ah, si, ven- le indica Ignacio- Izzy, acompáñame, por favor- pide. Como no me puedo negar a sus pedidos termino siendo arrastrada hacia dentro del hospital a la habitacion de la hermana de Ignacio.
Apenas entramos la encontramos mirando el techo mientras cuenta puntos.
- Ni- le dice a media voz, ella inmediatamente se gira hacia él y le sonríe.
- esta es la tercera vez en el día que vienes, ¿tanto me extrañas?- pregunta divertida.
- hola, si gracias por saludar... hace tanto que no nos vemos- interrumpe Rodigo con los brazos cruzados.
- otro que tambien me extraña- lo mira acusadoramente- tanto que se largó a llorar el día que se enteró que caí en coma- me sorprende la facilidad de Nicole para ocultar eso grave que le ha pasado vaya uno a saber por cuanto tiempo. Su capacidad de hacer como si no le hubiese pasado nada, como si solo se hubiese dormido.- ven aca, tonto- le extiende ambos brazos haciendo que mi hermano corra hacia ella. Se abrazan como si sus vidas dependieran de ello.
- ella es...- intenta presentarme Rodrigo.
- la novia de mi hermano, por lo tanto mi cuñada- dice mirándolo y riendose de su expresion atónita.
- recien despiertas y ya vuelve la chusma Nicole- le reclama. Vale, esto se está poniendo incómodo. Miro a Ignacio esperando ver una reaccion similar a la mía pero lo único que veo es a un chico alucinado por ver a su hermana despierta y a su ya no tan odioso amigo juntos. Me acerco a Ignacio, me inclino.
- ¿Rodrigo es una de las personas que habías perdido?- pregunto mirando la escena del reencuentro.
- no, a él casi lo pierdo porque seguía sabiendo que estaba vivo. Las personas que creía haber perdido son mi mamá y mi hermana- dice mirándome.
- no entiendo- digo mientras hago memoria de la carta que leí de su madre- pero si ella...-  dejo de hablar, no quiero mensionar esa carta, no creo que él quiera volver a recordar ese momento.
- si, la perdí fisicamente, pero sigue estando en mi corazón- dice de forna nostálgica. Esa frase me genera un sentimiento de ternura y por consecuencia le beso la mejilla provocando que él me tome de la cintura y se me quede abrazando.

Estoy en su casa, en su habitación más específicamente. Mis hermanos se fueron con Leonard a pasear y Rodrigo se quedó con Nicole. Ella quiso acompañarlo a ver a su hijo pero los medicos no la dejaron por lo tanto él se dió una escapada a verlos. Luego yo me fui con Ignacio, más practicamente él me arrastró al centro a celebrar que se había reconciliado con su hermano de toda la vida. Estuvimos comiendo en un restaurante chino, fuimos al cine y a unos juego electrónico donde yo le gané las tres partidas de carrera de autos. Es de noche, mis hermanos deben estar en la casa de Leo, ultimamente duermen allí. Yo como siempre desde ese día que me obligó a dormir en su habitacion, duermo allí. Y sigo sin conocer su casa, tiene miedo que me encuentre con su madrastra, sigo sin saber el motivo.
- un momento- digo levantandome bruscamente de su cama mientras él sigue jugando a ese famoso juego de matar en la computadora. Acabo de atar cabos y necesito decírselo- Ignacio, entonces... tu tambien eras como yo- digo señalandolo impresionada por mi descubrimiento, mejor dicho por mi increible capacidad de conexion de sucesos.
- lerda- es todo lo que me dice sin sacar la mirada de la compuradora- Mierda. Perdi- exclama apagandola y girándose hacia mi. Vale, me sacó mi orgullo.
- ¿que?-pregunto sin entender nada de lo que pasó hace dos minutos.
- intenté imitarte con eso de escuchar y ganar al mismo tiempo pero perdí- se explica. Le levanto una ceja- ¿que me decías?- ¿entonces no me escuchó o si y quiere que lo repita?. Me cruzo de brazos sin contestar.
- vale, te escuché. Pero creí que lo habías sacado antes.
- tambien eras tú el que vivía en esa cabaña- digo recordando sucesos.
- exacto
- ¿entonces porqué no te vi nunca, ni nunca escuché de ti?-  pregunto intrigada.
- porque me fui el mismo año que tu llegaste- explica de forma ovbia.
- oh- es todo lo que puedo decir. Estos momentos son los que no se me ocurre nada que decir.
De golpe siento la suave y tierna boca de Ignacio sobre la mía. Es una de las cosas que adoro de él, su espontaniedad, no espera al momento indicado solo expresa sus sentimientos en el momento.
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